Derecho a la alimentación

Ian Jarratt, Asociación de Consumidores de Queensland: Es crucial que las organizaciones de consumidores participen en la toma de decisiones sobre todos los aspectos de la transformación de los sistemas agroalimentarios

Experts' corner - 23.06.2022

Brisbane, Queensland - El trabajo de las organizaciones de consumidores de todo el mundo afecta en gran medida a la realización del derecho a la alimentación a nivel local, nacional, regional o incluso mundial. Su labor abarca una variedad de áreas, como la seguridad alimentaria, la nutrición, los precios justos, la agricultura sostenible, la pérdida y el desperdicio de alimentos, la salud y el bienestar, o la comercialización y el etiquetado de alimentos, entre otros.

En esta entrevista, Ian Jarratt, miembro de la Asociación de Consumidores de Queensland (QCA), nos explica la importancia de la transparencia y la representación efectiva de los precios por unidad, así como las ventajas que supone para el consumidor la toma de decisiones informadas. Igualmente, hablará sobre los avances y retos en la fijación de precios por unidad en diferentes partes del mundo. Todo ello, mediante ejemplos concretos, fruto de su experiencia durante casi veinte años trabajando en este mismo ámbito fuera y dentro de Australia.


 Una visión general de la Asociación de Consumidores de Queensland (QCA)

QCA tiene una larga trayectoria abogando por la mejora de la transparencia de los precios de los alimentos y las decisiones informadas de los consumidores mediante la representación de los precios por unidad de medida. ¿Puede hablarnos sobre el trabajo que lleva a cabo QCA y acciones concretas que realiza en esta materia?

Ian Jarratt: La Asociación de Consumidores de Queensland (QCA) es una pequeña organización creada hace más de 40 años para defender los intereses de los consumidores en el estado de Queensland, Australia. Es miembro de la Federación de Consumidores de Australia. A través del trabajo de sus voluntarios, aborda diversas cuestiones relacionadas con los consumidores y las consumidoras.

En 2004 empezó a promover la fijación efectiva de los precios por unidad en los productos envasados. Anteriormente otras organizaciones de consumidores lo habían intentado sin éxito, debido a la oposición por parte de las tiendas y a la falta de la información fiable sobre las ventajas que ya ofrecía en otros países.   

"Otras organizaciones de consumidores
lo habían intentado sin éxito, debido a la oposición
por parte de las tiendas y a la falta de información fiable
sobre las ventajas que ya ofrecía en otros países"
 

En 2007, un estudio llevado a cabo por un miembro de QCA sobre el precio por unidad de productos envasados ​​en EE. UU., Bélgica, Irlanda, Suecia y el Reino Unido, puso de manifiesto los beneficios que conllevaba para los consumidores y la economía, en tanto en cuanto aumenta la toma de decisiones informadas.

QCA difundió ampliamente las conclusiones e impulsó una campaña en favor de la representación de los precios por unidad en productos envasados. En 2008, una investigación nacional recomendó su uso, y un año más tarde se incorporó en la legislación nacional.

QCA también ha participado en el desarrollo de una norma internacional sobre precios por unidad (ISO 21041: 2018) y las Directrices sobre mejores prácticas de precios por unidad del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de EE. UU. A su vez, continúa sensibilizando a los consumidores sobre el uso del precio por unidad, abogando por mejoras en el sistema nacional, así como su aplicación en otros productos.

Impacto de la transparencia y el precio por unidad en el derecho a la alimentación

A menudo no se tiene en cuenta que la transparencia de precios, sobretodo el precio por unidad, puede mitigar los efectos de la escasez en el suministro de alimentos y el aumento de los precios, los cuales agravan el disfrute del derecho a la alimentación. ¿Podría explicarnos por qué la transparencia es relevante para los consumidores?

Ian Jarratt: La transparencia de los precios de los alimentos es de extrema importancia para el derecho a la alimentación de los consumidores. Garantiza que información de confianza llegue a todos los consumidores, ayudándoles a tomar decisiones informadas, calcular los gastos, monitorear y comparar precios, y obtener así una mejor rentabilidad del dinero. También aumenta la responsabilidad y la competencia en la cadena de valor, y permite que los consumidores ahorren dinero u obtengan más cantidad o variedad de alimentos con el mismo gasto. Es especialmente útil para los consumidores con un presupuesto ajustado, los más vulnerables o aquellos que no pueden comprar otros artículos esenciales debido a lo que ya gastan en alimentos.

"Garantiza que información de confianza
llegue a todos los consumidores, ayudándoles
a tomar decisiones informadas, calcular los gastos,
monitorear y comparar precios, y así obtener
la mejor rentabilidad del dinero"
 

Existen ciertas medidas que favorecen la transparencia de precios, por ejemplo, representar de manera adecuada y no engañosa los precios, o indicar el precio total.

El precio por unidad facilita la transparencia de precios de forma muy sencilla y a bajo coste. Ayuda a comparar diferentes valores, como tamaños del envase, marcas, productos envasados y a granel, productos frescos, congelados y enlatados, productos sustitutivos, u ofertas y precios normales. Posibilita detectar la subida de precios por la reducción del tamaño de los envases (lo que se conoce como reduflación). Además, fomenta un mayor arbitrio y participación, al sensibilizar sobre el costo de la canasta de alimentos y la importancia de un etiquetado claro.

"El precio por unidad facilita la transparencia de precios
de forma muy sencilla y a bajo coste"
 

 El precio por unidad en el mundo

La obligación de indicar el precio por unidad de los productos envasados ​​es relativamente reciente. ¿Cómo ha evolucionado a lo largo de los años, qué factores lo han impulsado y cuál es su estado global en la actualidad?

Ian Jarratt: El precio de los alimentos y otros productos a granel se expresa por unidades de medida, el cual suele estar regulado. Ahora bien, no es el mismo caso para los productos envasados.  

La representación voluntaria del precio por unidad de alimentos envasados comenzó en los Estados Unidos en la década de 1960, cuando el consumo de estos productos se extendió con rapidez, y con ello las preocupaciones de los consumidores y los gobiernos por la transparencia inadecuada de los precios. Para evitar la regulación del tamaño de los envases, los minoristas acordaron indicar el precio por unidad, además del precio de venta. Sin embargo, el alcance y la calidad no solía ser apropiado.

En 1970, en plena crisis energética, y con el fin de reducir el costo de vida de los consumidores, ciertos estados exigieron a algunas tiendas indicar el precio por unidad de los productos envasados​, y prescribieron los detalles de cómo debían hacerlo. Durante ese mismo período, también pasó a ser obligatorio en Japón y Suecia.

Les siguieron los países escandinavos, y en 1998 la Comunidad Económica Europea. Desde entonces, también es obligatorio en varios países de América Latina Suiza, la provincia de Quebec en Canadá, Australia y Turquía. Desde abril 2022 ya es una realidad en India (solo para los productos envasados), y pronto lo será en Nueva Zelanda.

Sin embargo, en la mayoría de los países, las tiendas todavía no están obligadas a indicar el precio por unidad, ni tampoco lo hacen de manera voluntaria.  

Retos y recomendaciones

Como hemos visto, el precio por unidad es obligatorio en algunos países, pero a veces no es tan efectivo como podría o debería ser. ¿Qué problemas ha identificado en este sentido y qué acciones recomienda para que su uso sea exitoso?

Ian Jarratt: En los alimentos y otros productos vendidos a granel, el precio por unidad no siempre es tan útil, dada la falta de consistencia en las unidades de medida.

Ocurre lo mismo con los productos envasados, debido a una prominencia y legibilidad difícil, unidades de medidas inadecuadas e inconsistentes, por ejemplo entre envasados y a granel, y la ausencia de regulación en ciertas ocasiones (como ofertas especiales, anuncios publicitarios y venta en línea).

Estos problemas disminuyen la concienciación, la confianza y el uso del precio por unidad por parte del consumidor.

Por lo tanto, los gobiernos, las organizaciones de consumidores y las tiendas deben priorizar aún más que el precio por unidad sea fácil de reconocer, leer, comprender y usar. Concretamente, los gobiernos han de promover que cumpla con los estándares internacionales; las organizaciones de consumidores, que sea empleado por los consumidores; y los minoristas, que favorezca la transparencia, y la satisfacción y fidelidad de los consumidores.

"Gobiernos, organizaciones de consumidores y minoristas
deben priorizar aún más que el precio por unidad
sea fácil de reconocer, leer, comprender y usar"
 

Organizaciones de consumidores, socios clave en la transformación de los sistemas agroalimentarios

Los sistemas agroalimentarios están integrados por una variedad de actores. A su juicio, ¿qué conocimientos y experiencias pueden aportar las organizaciones de consumidores en la toma de decisiones en favor de la transformación sostenible e inclusiva de los sistemas agroalimentarios?

Ian Jarratt: Las organizaciones de consumidores son los únicos actores centrados en las necesidades, objetivos y valores de los usuarios de los productos de los sistemas agroalimentarios. Pueden, y de hecho ya lo hacen, considerar las perspectivas de interés público. Al establecer vínculos con millones de consumidores, acceden a información muy útil sobre sus necesidades o experiencias, además de proporcionarles conocimientos relevantes. Por ello, es crucial que participen en la toma de decisiones sobre todos los aspectos de la transformación de los sistemas agroalimentarios.

"Las organizaciones de consumidores son
los únicos actores centrados en las necesidades,
objetivos y valores de los usuarios de los productos
de los sistemas agroalimentarios"
 

Las organizaciones de consumidores han sido los principales defensores de la representación efectiva del precio por unidad, y han sido fundamentales en el desarrollo de estándares, pautas, legislación, etc. Su papel es esencial para asegurar una mayor y mejor fijación de los precios por unidad, así como aumentar la concienciación y su uso por parte del consumidor. Sin organizaciones de consumidores, el precio por unidad se mostraría en mucha menor medida.

"Sin organizaciones de consumidores,
el precio por unidad se mostraría 
en mucha menor medida"
 

La creación de redes, clave para el éxito

Por otro lado, ¿por qué es positivo para las organizaciones de consumidores el colaborar con otras organizaciones de la sociedad civil y otros actores (como las universidades, el sector privado o el gobierno)? ¿De qué manera la FAO puede ayudar a las organizaciones de consumidores a cumplir sus objetivos en relación con los derechos alimentarios?

Ian Jarratt: Los recursos y la capacidad de influencia de la mayoría de las organizaciones de consumidores son muy limitados. Por ello, es fundamental que trabajen juntas, y con otras partes interesadas, en beneficio de los consumidores.

QCA sensibiliza otras organizaciones de consumidores sobre las ventajas de la representación clara de los precios por unidad, con quienes comparte información y experiencias. Para ello, participa en la red de Consumers International, hace presentaciones en conferencias, y distribuye un boletín semestral sobre los precios unitarios a nivel global, al cual las organizaciones de consumidores de todo el mundo pueden contribuir aportando información nacional.

QCA también ha trabajado con la Organización Internacional de Normalización -ISO (especialmente con su Comité de Política del Consumidor -COPOLCO), además de animar a los investigadores a tratar temas clave del precio por unidad.  

Por su parte, la FAO puede apoyar asegurando que las organizaciones de consumidores sean invitadas a participar en el desarrollo y la implementación de las políticas y prácticas, recibiendo asistencia mediante el intercambio y la creación de conocimiento cuando sea necesario.


 Sobre Ian Jarratt

Ian Jarratt es un economista agrícola jubilado y analista de políticas que tiene especial interés en aumentar la eficiencia y eficacia del mercado a través de la mejora de la calidad y disponibilidad de información para los consumidores. Ian es miembro de la Asociación de Consumidores de Queensland (QCA).

Durante casi 20 años, mientras ha estado jubilado, ha realizado investigaciones y actividades de abogacía en Australia y en más de 20 países sobre el precio por unidad, especialmente en productos alimentarios. También representó a Consumers International en el comité de la ISO que preparó la norma sobre precios por unidad (ISO 21041:2018).

En 2010, Ian recibió el premio National Consumer Advocate de la organización de consumidores australiana CHOICE, y en 2017, la medalla de la Orden de Australia.

Ian se encarga de preparar el boletín semestral de QCA, el cual presenta el estado global del precio por unidad, y al que pueden contribuir otras organizaciones de consumidores. Para hacer aportes o suscribirse, es necesario enviar un correo electrónico a [email protected].

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