Conjunto de Herramientas para la Gestión Forestal Sostenible (GFS)

Gestión colaborativa de conflictos

El objetivo del módulo sobre la Gestión colaborativa de conflictos es prestar apoyo a los profesionales de la gestión de conflictos, los oficiales forestales y otras partes interesadas en la gestión de conflictos relacionados con los bosques a través de enfoques colaborativos. Explica cómo superar políticas forestales conflictivas, resolver los conflictos y crear relaciones positivas entre los distintos actores forestales interesados, para facilitar la planificación y puesta en práctica de la gestión forestal sostenible. Además, el módulo ofrece enlaces a las principales herramientas y a casos sobre gestión de conflictos.

El conflicto es uno de los principales impedimentos para llevar a cabo una gestión sostenible de los bosques y lograr resultados positivos en materia de desarrollo en el sector forestal. El conflicto forestal puede determinar la pérdida de ingresos, de empleo, de ingresos públicos y de servicios ambientales, así como generar actos de violencia.

Habida cuenta de la creciente escasez de tierra y el mayor valor de los bosques, es probable que se sigan presentando conflictos en torno a los bosques.

Los objetivos de la gestión forestal sostenible pueden alcanzarse si las partes interesadas trabajan conjuntamente para evaluar y abordar los numerosos intereses en torno a los bosques, fomentan la confianza y la cooperación y buscan soluciones que les beneficie mutuamente; este proceso se denomina gestión colaborativa de conflictos. La gestión colaborativa de conflictos puede requerir la participación de profesionales que puedan facilitar el diálogo, fomentar la participación, ayudar a superar las diferencias y facilitar soluciones colaborativas. 

¿Qué son los conflictos forestales?

¿Qué son los conflictos forestales?

Los conflictos o controversias se presentan cuando las personas perciben que sus objetivos, necesidades, intereses o valores se ven amenazados. Ello puede ser el resultado de un desacuerdo, pero los conflictos y las controversias van más allá de la mera diferencia de opiniones. En el sector forestal, los conflictos y las controversias son la expresión de valores y prioridades diferentes (a menudo arraigados) de las personas relacionadas con el uso de los recursos forestales.

Los conflictos existen en todas partes y no son necesariamente negativos. De hecho, los conflictos son necesarios para lograr un cambio positivo. Por consiguiente, un conflicto puede ser positivo, negativo o neutral. El modo en que los conflictos se desarrollan depende en gran medida del modo en que se gestionan. Se puede hacer mucho para prevenir los conflictos,  abordando sus causas subyacentes en una etapa temprana, y evitar así que tomen un rumbo violento o destructivo, ya sea a nivel local, nacional o internacional.

La gestión forestal es una fuente inherente de conflictos porque es polivalente y, por tanto, incluye muchas partes interesadas –como los usuarios forestales locales, los organismos gubernamentales dentro y fuera de la administración forestal, la sociedad civil y el sector privado– que a menudo tienen intereses en conflicto. Además, la gestión forestal puede estar fragmentada y sometida a marcos jurídicos confusos, superpuestos, competitivos o contradictorios.

Los conflictos de intensidad relativamente baja no suelen llevar directamente a la violencia, pero pueden fomentar la violencia “estructural”, como dificultar el desarrollo y provocar enfermedades, causar hambre y migración forzada. En muchas partes del mundo, los bosques desempeñan funciones esenciales para los medios de vida, las identidades y la seguridad, por ello, los conflictos relacionados con su control, su gestión y su utilización deben resolverse lo antes posible. Los conflictos de gran magnitud aumentan la vulnerabilidad de los usuarios de los bosques más desfavorecidos y a menudo generan sufrimiento humano, recesión económica y degradación ambiental.

Los conflictos relacionados con los bosques no son un fenómeno nuevo. En muchos países, las poblaciones forestales han sido desplazadas de sus tierras y despojadas de sus activos forestales por personas ajenas como leñadores, pastores, colonizadores y cazadores. Históricamente, las comunidades forestales se han visto obstaculizadas en la defensa de sus tierras y bosques por una falta de reconocimiento jurídico y un desequilibrio de poder, y se suelen sentir abrumadas rápidamente por fuerzas externas. Sin embargo, se están reconociendo cada vez más los vínculos tradicionales de las comunidades forestales con los bosques, y se les están confiriendo facultades, lo cual aumenta la posibilidad afrontar la gestión de los conflictos de forma colaborativa y con resultados equivativos.

¿Qué es la gestión colaborativa de conflictos?

¿Qué es la gestión colaborativa de conflictos?

La gestión colaborativa de conflictos puede ayudar a prevenir y gestionar los conflictos forestales. Incluye una amplia gama de enfoques informales entre los que figuran la colaboración entre las partes interesadas con el objeto de llegar a un acuerdo sobre cuestiones controvertidas, y la facilitación del aprendizaje social entre individuos, grupos y organizaciones con el fin de solucionar los conflictos relacionados con los bosques.

El proceso de gestión colaborativa de conflictos consta de tres fases principales:

  1. la fase de deliberación previa, que conlleva un análisis del conflicto y el desarrollo de una estrategia de gestión colaborativa de conflictos;
  2. la fase de deliberación, que implica la búsqueda de un acuerdo, y
  3. la aprobación y la aplicación del acuerdo.

Gracias a la gestión colaborativa de los conflictos los gestores forestales pueden:

  • promover la participación de grupos de partes interesadas diversos o en competencia con el fin de llegar a un acuerdo al que todas las partes interesadas se hayan comprometido;
  • prestar ayuda a las partes interesadas en la adopción de una actitud de cooperación en lugar de perseguir intereses personales;
  • establecer nuevas formas de comunicación y de toma de decisiones sobre cuestiones importantes, y fomentar la toma de conciencia sobre la importancia de la equidad y la responsabilidad en la comunicación con las partes interesadas;
  • establecer alianzas y fortalecer redes entre las partes interesadas;
  • crear un espacio para que las partes interesadas se comuniquen y puedan llevar a cabo futuros acuerdos con el fin de adoptar medidas concretas, y
  • adoptar decisiones que tengan una base sólida de apoyo.