Camembert, burrata, gruyer... no son quesos que uno asocie con Siberia, pero Nikita Rossov los elabora todos. En total, el joven agricultor produce más de 15 tipos de queso en su pueblo de Khomutovo, en la región rusa de Irkutsk, a unos 5 000 km al este de Moscú.
“Trabajo de la mañana a la noche, los siete días de la semana”, dice Nikita. “Estoy totalmente comprometido con este trabajo”. Desde hace varios años, ayuda a administrar el negocio familiar, que su madre fundó cuando la familia adquirió algunas cabras.
Hoy en día, la fábrica produce unas 36 toneladas de queso anuales y se ha convertido en un destino popular para los turistas: unos 200 al mes. Por añadidura, Nikita también está organizando rutas gastronómicas por la zona.
Pero tiene planes aún más grandes para su negocio ya en expansión: "Me gustaría abrir un restaurante con capacidad para 50 personas", dice, "donde podría atender a grupos de turistas que se detienen en el camino al lago Baikal".
Dado que el coste de las materias primas para la producción aumentó, Nikita se enfrenta a un nuevo obstáculo para cumplir ese sueño. “Los fermentos para hacer queso han duplicado su precio”, explica, “y la subida de precios también ha afectado a los servicios de envasado e impresión”. Pero en lugar de subir los precios de todos nuestros productos, “nos hemos comprometido a producir mayores volúmenes de queso y desarrollar el agroturismo”, dice.
Más allá de la producción práctica, Nikita desea contribuir al desarrollo de su región, lo que comienza con lograr que más jóvenes se interesen e involucren en el trabajo rural.
Por eso filmó una serie de programas para jóvenes sobre profesiones demandadas en el campo, que se emitieron en la televisión local y en Internet. Recientemente, su fábrica de queso ganó un importante concurso ruso, como la mejor práctica que podría replicarse en otras regiones.
En última instancia, todo es parte de mostrar a los jóvenes de las zonas rurales que puede haber un futuro para ellos donde crecieron, si trabajan para lograrlo. “No es fácil crear un negocio de calidad en el campo, pero es posible”, dice.