Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

16 de octubre de 2024

Día Mundial de la Alimentación

Ninfa Aguilar Medina

“Siempre me ha gustado cultivar el terreno sin utilizar productos químicos. Me pone en armonía con la naturaleza y con el planeta”.
16/08/2022

Perú

Desde que era una niña que creció en el distrito de Pucará, en el departamento de Junín, situado en el centro del Perú, Ninfa Medina quiso tener una huerta como la de su abuela. Para Ninfa su abuela era paciente y sabia, y a Ninfa le encantaba hablar con sus plantas. Su pasión por la horticultura se contagió en su nieta. 

 Mientras que otros estudiantes podían traer una mascota familiar para la presentación escolar, “Yo siempre traía plantas a la escuela”, recuerda Ninfa. “Luego, a medida que fui creciendo, pude tener mi propia huerta”. 

Cuando por fin consiguió su propia parcela en las tierras de cultivo de su padre, decidió mantener su huerta orgánica y utilizar prácticas ancestrales. 

“Siempre me ha gustado cultivar el terreno sin utilizar productos químicos. Me pone en armonía con la naturaleza y con el planeta.” 

Y la Pachamama, o Madre Tierra, la premió produciendo generosamente una gran variedad de hierbas aromáticas y verduras nutritivas. 

Ninfa ha mantenido su enfoque agroecológico incluso cuando su padre decidió pasar temporalmente a producir cultivos comerciales menos sostenibles lejos del huerto familiar, con la esperanza de generar más ingresos. 

Para garantizar que los productores ecológicos como Ninfa puedan continuar protegiendo el medio ambiente y a pesar de todo vivir bien de su tierra, la FAO ha estado trabajando con mujeres agricultoras en Perú y Ecuador en la construcción de una red local de mujeres productoras, que puedan apoyarse mutuamente y comercializar colectivamente sus productos, promover los agronegocios en la región y fortalecer las cadenas de producción, incluso con capacitación en prácticas resilientes al clima. Parte de este trabajo se realiza a través de las escuelas de campo para agricultores, donde las mujeres cultivan, cosechan y aprenden nuevas habilidades juntas en parcelas de prueba. Ninfa, por ejemplo, aprendió las mejores formas de cultivar tomates a gran altura y a elaborar su propio fertilizante orgánico. En total, la FAO está trabajando para mejorar los medios de vida de unas 200 mujeres empresarias de la región. 

Aunque está ansiosa por ver que las mujeres agricultoras de su comunidad aumenten sus ingresos, la prioridad de Ninfa sigue siendo la misma: “La Pachamama tiene mucha vida [y] no debemos matarla con productos nocivos. Debemos proteger la biodiversidad de nuestros huertos, porque solo así nos sentiremos ricos”. 

El apoyo dado a Ninfa se proporcionó a través de los siguientes tres proyectos en su comunidad: el proyecto “Consolidación de programas de alimentación escolar”, el proyecto “Sistemas alimentarios sostenibles y resilientes en el contexto de la COVID-19” y el proyecto “Mujeres rurales”.