El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2022

Capítulo 4 REPERCUSIONES Y OPORTUNIDADES SOCIOECONÓMICAS DE LA AUTOMATIZACIÓN AGRÍCOLA

Repercusiones laborales de la automatización agrícola

La automatización puede afectar a la producción agrícola y las oportunidades de empleo decente de diversas formas. En la producción de cultivos, se hace posible ampliar las tierras cultivadas o mejorar el rendimiento por hectárea, lo que a su vez aumenta la producción. En el ámbito de la producción ganadera, la automatización puede mejorar la productividad de la mano de obra y reducir de forma considerable el trabajo pesado al permitir que los trabajadores ordeñen o alimenten sus animales con una intervención manual mínima. Un razonamiento similar se puede aplicar a la pesca, la acuicultura y la actividad forestal (véase el Capítulo 2); en el caso de la actividad forestal, la mejora de la seguridad de los trabajadores supone un beneficio adicional importante que impulsa la automatización. Todos estos beneficios pueden tener como resultado un aumento significativo del bienestar. Si la automatización implica grandes economías de escala, la adopción generalizada entre grandes productores puede a veces dejar fuera del negocio a productores más pequeños y precipitar la consolidación en el sector de la agricultura. A medida que la demanda de mano de obra agrícola disminuye y las nuevas tecnologías hacen que algunas habilidades queden obsoletas, la automatización puede desplazar a los trabajadores, especialmente los más pobres, que tal vez tengan dificultad para encontrar empleo en otra parte. Deben establecerse políticas, leyes e inversiones apropiadas para evitar, mitigar o abordar los efectos sociales negativos, sobre todo para los más vulnerables.

En las siguientes secciones se consideran los efectos que la automatización agrícola tiene para el empleo en los sistemas agroalimentarios en diferentes contextos. En el presente informe se analiza la repercusión de la automatización agrícola desde la perspectiva particular del empleo rural decente, que se define como el trabajo que proporciona ingresos para vivir y condiciones laborales razonables. En el Recuadro 19 se exponen los estándares de empleo decente que se utilizarán para evaluar la repercusión de las tecnologías de automatización agrícola.

Recuadro 19Analizar la automatización agrícola desde la perspectiva del empleo decente

Por empleo rural decente se entiende cualquier actividad, ocupación, trabajo, negocio o servicio realizado por mujeres y hombres, adultos y jóvenes, a cambio de remuneración o beneficios, en las zonas rurales que23: i) respeta las normas fundamentales del trabajo tal como se definen en los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (por ejemplo, contra el trabajo infantil, el trabajo forzoso y la discriminación y con garantía de libertad para negociar); ii) proporciona un ingreso vital adecuado; iii) asegura un grado adecuado de seguridad y estabilidad en el empleo; iv) adopta medidas de seguridad y salud; v) evita el exceso de horas de trabajo, y vi) promueve la capacitación. Para analizar la automatización agrícola desde la perspectiva del empleo decente, es necesario examinar sus repercusiones en los ámbitos siguientes:

Trabajo infantil. Según un reciente estudio empírico que abarca siete países en desarrollo, el uso de tractores (y de cosechadoras combinadas en la India) disminuye entre un 5 % y un 10 % la probabilidad de empleo infantil, al tiempo que mejora la asistencia escolar de los niños. Sin embargo, en los lugares en que el acceso a la educación es limitado, la introducción de maquinaria agrícola puede simplemente derivar en que los niños pasen de realizar actividades de trabajo agrícola a no agrícola24.

Ingresos adecuados para vivir. En ciertas situaciones, la automatización puede contribuir a mejorar los ingresos, los medios de vida, la rentabilidad y las oportunidades laborales25, 26. Por ejemplo, en Uganda, los teléfonos móviles se asocian con un aumento positivo de los ingresos familiares y la igualdad de género gracias a la mejora del acceso a los mercados, los servicios y la información27.

Seguridad y salud ocupacionales. Las nuevas tecnologías pueden reducir el trabajo pesado y los riesgos para la salud, por ejemplo mediante la disminución del uso de herbicidas y plaguicidas28.

Horarios de trabajo reducidos. El ahorro de tiempo derivado de la automatización agrícola puede dejar más tiempo para el descanso y actividades recreativas. Esto también puede ofrecer a los pequeños productores la oportunidad de dedicarse a trabajos no agrícolas, lo que generará mayor estabilidad en materia de ingresos y contribuirá a lograr medios de vida resilientes.

Las repercusiones en el empleo de la automatización agrícola son difíciles de medir, pues normalmente implican cambios en las distintas actividades de producción agrícola, así como cambios en etapas iniciales derivados de la demanda variable de insumos y cambios en etapas finales que afectan al transporte y la logística, la elaboración, la distribución y la venta minorista. A medida que la transformación agrícola evoluciona, las personas abandonan la agricultura en busca de trabajos mejor remunerados y continúa el descenso de la proporción de personas empleadas en la agricultura, como se describe en el Capítulo 1 (véase la Figura 3). El proceso reconfigura la oferta y la demanda de mano de obra en todos los sistemas agroalimentarios, ya que afecta a la producción, la elaboración y la distribución de alimentos y otros productos agrícolas. Cuando todos los nodos en los sistemas agroalimentarios cambian más o menos de forma simultánea, resulta difícil, si no imposible, atribuir repercusiones sociales —tales como cambios en el empleo decente e implicaciones relativas al género, los jóvenes y los pequeños productores— a hechos concretos de la automatización agrícola. Entender la transformación de los sistemas agroalimentarios es un paso fundamental para comprender sus repercusiones sociales, especialmente en el empleo. Cabe señalar que en este capítulo no se incluyen los posibles efectos indirectos de la adopción de automatización (por ejemplo, el aumento de la demanda de investigadores y científicos para desarrollar y mejorar las tecnologías), ni se consideran las posibles implicaciones en la economía en general, que también pueden tener importantes repercusiones sociales. Cómo se manifiesta en la realidad el amplio conjunto de repercusiones finales posibles sigue siendo una cuestión empírica y dependerá de las circunstancias específicas en los diferentes países y sociedades.

La Figura 7 contribuye a representar dos aspectos principales. En primer lugar, los efectos posibles de la automatización agrícola son múltiples y es probable que las repercusiones en el empleo agrícola sean diversas. La demanda de mano de obra poco cualificada, ya sea mano de obra familiar o contratada, probablemente disminuya al automatizarse numerosas tareas. La automatización de algunas tareas puede solucionar los problemas de limitación de mano de obra, permitiendo que la producción aumente, bien por expansión horizontal o por intensificación. Es posible que la automatización aumente la demanda de trabajadores relativamente cualificados que complementen las nuevas tecnologías. En segundo lugar, los efectos generales de la automatización agrícola en el empleo decente dentro de los sistemas agroalimentarios probablemente sean muy diferentes de los efectos en cada centro de negocio agrícola. La automatización podría reducir fácilmente el empleo estacional de bajos salarios en las explotaciones y aumentar el empleo menos estacional de salarios más altos en las etapas iniciales y finales. La pregunta es si las repercusiones sociales positivas del aumento del trabajo menos temporal con mejor salario compensan los efectos negativos de la menor disponibilidad de empleo estacional de bajo salario para los trabajadores, permitiendo que estos últimos encuentren alternativas de empleo.

La estacionalidad laboral supone una preocupación en el sector agrícola en todo el mundo. Las actividades de producción de cultivos y ganadera son intrínsecamente estacionales. Esto quiere decir que el desempleo y el subempleo tienden a ser altos en algunas temporadas, mientras que en otras puede haber un déficit importante de mano de obra. Para un productor agrícola, no tener acceso a mano de obra en momentos críticos, por ejemplo, durante la cosecha o el esquileo, puede tener importantes consecuencias para las actividades agrícolas y dar lugar a pérdidas o desalentar totalmente el cultivo. La automatización que alivia el exceso de demanda de mano de obra durante algunas temporadas podría, en teoría, mantener el empleo en otras. Esto hace que surjan preguntas importantes. ¿Qué labores agrícolas son más fáciles de automatizar y en qué temporadas? ¿Coinciden con la escasez de mano de obra que afrontan las explotaciones? Por otro lado, ¿cuáles son las repercusiones para los trabajadores más pobres no cualificados que se ven sin trabajo una vez que las empresas empiezan a automatizarse y cuyas competencias quedan obsoletas? ¿Qué políticas pueden asegurar un proceso de automatización más productivo, eficiente, sostenible e inclusivo?

Para la mayoría de cultivos que requieren mano de obra intensiva, esencialmente frutas y hortalizas, las labores que se realizan en las temporadas de más escasez de mano de obra suelen ser las más difíciles de automatizar por los daños que la maquinaria pudiera ocasionar a las plantas o frutas. A modo de ejemplo, cabe examinar la automatización en las zonas agrícolas más ricas, donde los salarios agrícolas son relativamente altos y las soluciones de automatización están más disponibles. En California (Estados Unidos de América), la preparación del suelo se ha mecanizado de forma generalizada, en particular la arada, la labranza y la nivelación del terreno. La cosecha de cultivos para fines de elaboración, por ejemplo tomates o uvas de vino, está automatizada. Sin embargo, la recolección de frutas y hortalizas frescas para consumo final sigue dependiendo del trabajo manual y es más difícil de automatizar, aunque se perfilan en el horizonte soluciones robóticas de recogida de la cosecha, incentivadas por la escasez de recolectores y el rápido aumento de los salarios.

Estas nuevas oportunidades de empleo son aptas para muchos tipos de trabajadores. Los empleos de conductor, almacenista, operador de maquinaria y mecánico requieren poca formación académica, pero experimentan diferencias en cuanto a la remuneración, la seguridad en el empleo y las competencias necesarias29, 30. Estos empleos también pueden ser estacionales, especialmente en las pequeñas empresas de elaboración, pero pueden ser estables si los ofrecen grandes empresas comerciales de elaboración. En ambos casos son menos estacionales que los trabajos de campo en la agricultura. Son desempeñados en su gran mayoría por hombres3132. Los trabajos de empleado administrativo, vendedor y especialista que requieren más formación académica, capacitación y experiencia son los mejor pagados y habitualmente registran una proporción más alta de mujeres empleadas33.

Implicaciones para los pequeños productores y los productores de subsistencia

Las implicaciones en la demanda de mano de obra dependen del tipo de trabajo y la producción. Los productores de subsistencia gestionan sus unidades de producción mediante mano de obra familiar. Suelen ser pobres, padecer una situación de inseguridad alimentaria y tener acceso limitado a los mercados y servicios34. En el Estado Plurinacional de Bolivia, hasta un 83 % de los pequeños productores son pobres, en comparación con el promedio nacional de pobreza que se sitúa en torno al 61 %. En Etiopía, donde el 30 % de la población vive por debajo del umbral de pobreza del país, la tasa de incidencia de la pobreza para los pequeños productores asciende al 48 %. En Viet Nam, más de la mitad de los pequeños productores son pobres, mientras que en el conjunto del país solo un 20 % de la población vive en situación de pobreza. En tales condiciones, la tasa de pobreza más alta que se registra entre quienes trabajan en la agricultura viene provocada, al menos en parte, por las bajas tasas de productividad, ya que sobreviven gracias a una agricultura de subsistencia o prácticamente de subsistencia. Si estas explotaciones adoptan la automatización, pueden aumentar su productividad y mejorar los ingresos y los medios de vida mediante la ampliación de la producción y podrían llegar a convertirse en explotaciones familiares comerciales. Por ejemplo, la disponibilidad de tractores para explotaciones familiares en pequeña escala en Zambia permitió que los productores duplicaran con creces sus ingresos, sobre todo mediante el aumento de las tierras cultivadas y la aplicación de más insumos (principalmente fertilizantes), lo que incrementó el rendimiento un 25 %35. La adopción de la automatización puede liberar tiempo para dedicarlo a otras actividades como la educación de los hijos y acarrear beneficios económicos a largo plazo para los hogares. También puede posibilitar que los miembros del hogar busquen trabajo en actividades no agrícolas, si las hay.

La automatización agrícola puede asimismo dar acceso a mercados de mayor valor y permitir que los hogares agrícolas firmen contratos con supermercados o compradores extranjeros, siempre que la calidad y la cantidad de los productos sean constantes. La participación en estos mercados de alto valor puede aportar beneficios significativos en materia de bienestar para los hogares agrícolas. En Kenya, los contratos de los supermercados con pequeños productores de hortalizas aumentaron los ingresos de los hogares agrícolas en más de un 40 % y dieron lugar a la mayor reducción de las medidas multidimensionales de la pobreza para los hogares más pobres36. En los hogares agrícolas que suministran productos a los supermercados también se ha registrado un consumo considerablemente mayor de calorías, vitamina A, hierro y zinc37.

Incluso en otras regiones de África, donde la mano de obra es relativamente abundante y las tasas de fecundidad son altas, hay datos que demuestran que la falta de mano de obra agrícola limita la producción. Así pues, la automatización brinda la posibilidad de mejorar la producción y los ingresos de los hogares. Un estudio de datos relativos a las explotaciones obtenidos de cuatro países en África oriental y meridional justifica las iniciativas actuales encaminadas a mecanizar la agricultura en África, pues la mano de obra y otras fuentes de energía agrícola parecen ser factores importantes que limitan la productividad agrícola en la región38.

Muchos de los beneficios que puede aportar la automatización agrícola no son ni inmediatos ni automáticos. Los pequeños productores y los agricultores de subsistencia carecen de competencias de gestión y técnicas para aprovechar las oportunidades que ofrece la automatización agrícola. Deben asimismo actualizar y modernizar sus modelos de negocio para adaptarse a las normas y exigencias de los mercados. Este aspecto pone de relieve la importancia de fomentar la capacidad y establecer sistemas de asesoramiento rural eficaces que puedan garantizar el acceso oportuno a información sobre tecnologías y mercados (véase el Capítulo 5).

Implicaciones para la producción comercial en mediana y gran escala

Las unidades de producción comercial de tipo familiar pertenecen a familias y son explotadas por mano de obra familiar, pero también pueden utilizar la contratación de mano de obra, por ejemplo, trabajadores agrícolas asalariados, capataces, contratistas. La automatización puede reducir la demanda de los tres tipos de mano de obra, pero puede lograr también que los productores amplíen su actividad. Si los productores comerciales familiares optan por la expansión hacia una agricultura comercial empresarial, es muy probable que la mano de obra familiar sea reemplazada por profesionales contratados, en particular administradores, comerciales, operadores de maquinaria y mecánicos. Si, como sucede a menudo, la adopción de tecnologías viene alentada por el aumento de salarios y la escasez de mano de obra, la automatización agrícola tenderá a aumentar la productividad laboral y los salarios, en cuyo caso la automatización podría mejorar el bienestar tanto de los productores como de los trabajadores contratados. Sin embargo, la automatización también puede desplazar a los trabajadores, sobre todo a los más pobres y menos cualificados, que se verán obligados a buscar trabajo en otra parte, lo que posiblemente ejerza una presión a la baja en los sueldos de la mano de obra no cualificada ya que su conjunto de competencias dificulta que se encuentren otros trabajos (véase el Recuadro 20). Otra posibilidad es que las explotaciones de subsistencia abandonen por completo la agricultura debido a la adopción de tecnologías por parte de las explotaciones comerciales, lo que se denomina concentración parcelaria. En estos casos, debe disponerse de políticas, legislación e inversiones que garanticen que los productores de subsistencia y en pequeña escala, así como los trabajadores poco cualificados, no se queden atrás, sino que puedan obtener beneficios de la automatización agrícola. Podría ser necesario ofrecer protección social y capacitación específicas durante la transición.

Recuadro 20Las repercusiones en la mano de obra de la cosecha mecanizada de caña de azúcar en el Brasil

En el Brasil, se elaboraron una serie de leyes y reglamentos para prohibir la quema previa a la cosecha de caña de azúcar a partir de 2020 por motivos ambientales. Esta medida puso fin a la cosecha manual, que conllevaba la quema de caña de azúcar antes de la cosecha, e hizo que los productores de caña invirtieran cada vez más en motorizar su cosecha. Aunque esta legislación ha aportado beneficios para el medio ambiente por lo que se refiere a la disminución de la contaminación y ha aumentado la productividad, se estimó que reduciría entre un 52 % y un 64 % la mano de obra que trabajaba directamente en la producción de caña de azúcar. Los trabajadores menos cualificados, que no superaban los tres años de estudios, serían los más gravemente afectados, en tanto que estaba previsto un aumento de la demanda de mano de obra especializada en el sector. Estos cambios en el empleo requieren medidas públicas inmediatas para proteger a los más vulnerables de los efectos negativos de la automatización.

FUENTE: Guilhoto et al., 200239.

Las explotaciones comerciales de tipo empresarial dan empleo a todo tipo de mano de obra, salvo mano de obra familiar. Estas explotaciones son las más avanzadas y, por lo general, presentan un nivel importante de automatización. Suelen contar con economías de escala y el capital necesario para invertir en más tecnologías robóticas que pueden reducir considerablemente la demanda de mano de obra agrícola, lo que podría acarrear consecuencias negativas para los trabajadores, en particular los trabajadores poco cualificados, o cambiar el tipo de mano de obra necesaria en la explotación. Por ejemplo, con la automatización digital, un antiguo tractorista puede supervisar un enjambre de máquinas agrícolas autónomas o reciclarse para llevar a cabo reparaciones. Sin embargo, los robots no suelen ser económicamente viables para la mayoría de explotaciones, a menos que escasee la mano de obra. A modo de ejemplo, aunque las tecnologías de ordeño robotizado llevan muchos decenios explotándose comercialmente, pocas explotaciones lecheras en los Estados Unidos de América las han adoptado, ya que la mano de obra agrícola sigue siendo relativamente económica40. Por su parte, en Europa occidental se llevan utilizando a nivel comercial desde la década de 1990.

En general, si se adoptan tecnologías de automatización donde no hay escasez de mano de obra, pero se hace como consecuencia de un abaratamiento artificial de su costo, por ejemplo gracias a subvenciones públicas, existe el riesgo de que los trabajadores se vean desplazados y se genere desempleo. El desplazamiento de mano de obra puede resultar costoso para los trabajadores agrícolas; la repercusión global dependerá de si pueden cambiar a los nuevos trabajos que se generen en las etapas iniciales y finales (véase la Figura 7). Por otra parte, la adopción de tecnologías agrícolas motivada por el alza de los salarios y la creciente competencia por la escasa mano de obra probablemente aumente los salarios así como la productividad global, beneficiando tanto a los productores como a los trabajadores contratados.

La automatización en las explotaciones agrícolas de países de ingresos altos o sus regiones podría tener efectos negativos en las remesas que los migrantes envían a países y regiones más pobres. Si la demanda de trabajadores agrícolas migrantes poco cualificados disminuye, esto podría aumentar el nivel de desempleo en los países y regiones de origen de los migrantes, además de reducir los flujos de remesas41. En el Brasil, la automatización de la cosecha de café ha reducido significativamente la demanda de mano de obra poco cualificada, sobre todo migrantes internos procedentes de zonas más pobres del país, pero ha aumentado la demanda de trabajadores especializados42. Esta situación requiere políticas sociales inmediatas e inclusivas que ayuden a los trabajadores no cualificados que pierdan su trabajo para que puedan encontrar empleo en otra parte.

La automatización parece en muchos casos producirse en un contexto de disminución de la mano de obra agrícola y aumento de los salarios en zonas de emigración. En el Recuadro 21 se proporciona un ejemplo de cómo la automatización agrícola en los Estados Unidos de América se ve impulsada por una escasez de mano de obra cada vez mayor en las comunidades de emigrantes de México. En otro estudio realizado en los Estados Unidos de América se observó que la automatización de los invernaderos aumentaba los ingresos brutos de los negocios hortícolas, permitiéndoles pagar salarios más altos y retener durante más tiempo a los trabajadores migrantes, además de contratar menos trabajadores nuevos especializados43.

Recuadro 21La automatización y las comunidades rurales de emigrantes: el caso de California

A medida que se amplía la producción de cultivos mientras la oferta de mano de obra agrícola interna disminuye, los países buscan nuevas fuentes de mano de obra agrícola por conducto de la inmigración. Por ejemplo, en California (Estados Unidos de América), más del 90 % de la fuerza de trabajo agrícola está formada por inmigrantes. La dependencia de trabajadores agrícolas extranjeros es universal en los países de ingresos altos de hoy en día. Puede parecer que la automatización afectaría negativamente a las comunidades de origen de migrantes. Sin embargo, la automatización agrícola en California no surge de la nada. En México, de donde procede la mayoría de los inmigrantes, las tasas de fecundidad están disminuyendo, el nivel de asistencia escolar se está incrementando considerablemente y el acceso a trabajos no agrícolas está aumentando, lo que reduce la oferta de mano de obra rural. La construcción de escuelas de enseñanza secundaria en zonas rurales de México está extendiendo la educación a niños y niñas que de lo contrario buscarían empleo en la agricultura, acelerando así la transformación agrícola. De hecho, las personas que tienen un mayor nivel de estudios tienen más probabilidades de trabajar en el sector no agrícola, incluso cuando emigran44. Como resultado, la oferta de mano de obra agrícola se ha reducido significativamente en California; entre 2008 y 2018, los salarios agrícolas aumentaron un 18 % más rápido que los salarios no agrícolas.

Antes de que la oferta de mano de obra agrícola mexicana disminuyera en la década de 1990, apenas había incentivos para adoptar y desarrollar nuevas tecnologías que permitieran ahorrar mano de obra en California. En la actualidad, en ambos países, hay una carrera entre la automatización y el descenso de la fuerza de trabajo agrícola. El proceso de automatización suele comenzar con las actividades que requieren más mano de obra y son más fáciles de automatizar, pero a medida que se desarrollan y comercializan soluciones más avanzadas, los Estados Unidos de América, en particular, están empezando a automatizar actividades más complejas como la recolección de frutas y hortalizas.

FUENTES: Charlton, Hill y Taylor, 20223; Taylor y Charlton, 201845.

back to top Volver arriba