FAO en Argentina

Agroindustria y FAO promueven la producción sustentable de alimentos y bebidas

06/11/2017

El Ministerio de Agroindustria y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) llevaron a cabo el 6 de noviembre de 2017 un taller en el que se analizaron los requisitos ambientales que demandan los mercados externos para la producción sustentable de alimentos y bebidas en el mundo, con la participación de cámaras, empresas y organizaciones.

La apertura contó con la participación de Francisco Yofre, Oficial a Cargo de FAO Argentina, Néstor Roulet, Secretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria, Mercedes Nimo, Subsecretari de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria, y Nicolás Lucas, Director de Gestión Ambiental en Ministerio de Agroindustria.

Francisco Yofre, Oficial a Cargo de FAO en Argentina, subrayó la importancia de poner en un mismo nivel lo productivo y lo ambiental para lograr una producción sustentable. También resaltó que el proyecto de huella de carbono se alinea con la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, en particular con los objetivos 12 "Producción y consumo responsables" y el 17 "Alianzas para lograr los objetivos" siendo este último clave para el trabajo articulado entre el sector agroindustrial público y privado.

El Secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet, destacó la formación del gabinete nacional de cambio climático por Decreto 891/2016, que permitió implementar un cambio de metodología y se avanzó en el establecimiento de metas para la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en Argentina. 

Nicolás Lucas, Coordinador de Gestión ambiental de la Secretaría de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria, subrayó la necesidad de articular una política ministerial, integrada y proactiva, aprovechando todo lo que el Ministerio y sus organismos descentralizados ya tienen recorrido en la materia.

La cartera agroindustrial nacional presentó el trabajo que está realizando en conjunto actualmente con la FAO para relevar el estado de situación de la industria en general y en particular sobre ciruela deshidratada, frutos secos, aceite de oliva, aceitunas y pastas secas.

En este sentido, se remarcó la importancia del seguimiento del comportamiento ambiental de la industria alimenticia en Argentina, como también de los principales mercados de destino y sus exigencias en materia ambiental. 

Laura Neirotti, Consultora en Gestión Ambiental del proyecto, analizó las herramientas para promover la sustentabilidad de los alimentos, tales como el análisis del ciclo de vida correspondiente a las cargas ambientales de un producto durante las distintas etapas de su elaboración (transporte, consumo, y fin de vida) las huellas ambientales (huella de Carbono e Hídrica), y las certificaciones ISO. 

Asimismo, Neirotti hizo un diagnóstico ejecutivo del sector industrial argentino. "Solo el 9% del sector de alimentos y bebidas cuenta con la ISO 14009, el 41% cuenta con medidas implementadas y el 50% no cuenta con medidas o desconoce los sistemas de gestión".

"Debemos pasar de producir los mejores productos del mundo a los mejores productos para el mundo. Del mismo modo que muchos productos especifican que tienen Omega-3, deberían tener información ambiental, lo que será un diferencial en un futuro" sostuvo Neirotti. 

Por otra parte, se expuso la iniciativa de la Unión Europea (UE), la Huella Ambiental de Productos (PEF por sus siglas en inglés) que se establece como norma ambiental voluntaria para la producción de alimentos, bebidas y otros productos. 

Cabe recordar que la Comisión Europea inició un período de fases piloto de la Huella Ambiental, que comprende un análisis basado en el ciclo de vida para 24 productos, de los cuales 11 son alimentos (lácteos; agua embotellada; cerveza; café; pastas; alimento para animales destinados a la producción de alimentos y para mascotas; pescados; carne bovina, porcina y ovina; aceite de oliva; y vinos). Se espera que para el 2020 la PEF sea aprobada por la Comisión Europea y se constituya en norma ambiental vinculante (ya no voluntaria).