FAO en Argentina

La falta de protección social, acceso a la salud y la educación de las mujeres rurales

28/09/2016

Limbania es productora de hortalizas orgánicas de estación. Nacida en Bolivia, tiene 30 años, es mamá de dos hijos y trabaja en el Centro Agrícola El Pato (Berazategui, provincia de Buenos Aires). El futuro de su trabajo requiere del empoderamiento en su doble papel como trabajadora y proveedora de cuidados familiares.

En el marco de la campaña “Mujeres rurales, motores del desarrollo”, y con el apoyo de la ingeniera agrónoma, María Lara Tapia, y la fotógrafa y realizadora audiovisual, Sofìa Nicolini Llosa, realizamos una jornada de entrevistas a mujeres productoras agrícolas.

En esta nota, Limbania advierte de la necesidad de promover la protección social de las mujeres rurales, apoyar su importante contribución a la producción de los alimentos y promover el acceso a la educación o la salud.

¿Cómo es un día de tu vida?

Me levanto a las 6 AM, acompaño a mis hijos a la escuela, vuelvo a casa para hacer tareas del hogar como limpiar los platos, y después voy a la quinta. Al mediodía voy a buscarlos, cocino, preparo la comida para los perros y  regreso a la quinta otra vez. En la noche preparo la cena y mando a bañar a mis hijos. Todos los días lo mismo.

¿Desde cuándo trabajas en la quinta?

Llegué desde Bolivia a los 6-7 años con mi mamá. Ella se había juntado con otro hombre, después me anotó a la escuela y estudié hasta noveno grado. Tengo 5 hermanos. Yo iba a la escuela y cuando volvía, preparaba la comida y los tenía que cuidar mientras mi mamá trabajaba. Más tarde formé mi familia y trabajé en la quinta.

¿Cuál es tu trabajo en la quinta? ¿Y el más duro o que menos te gusta?

En la quinta las mujeres escardillamos, plantamos, sembramos, desparramos bosta, hacemos carga. La tarea más difícil es cosechar chaucha o escardillar cuando está duro, es decir, cortar con el zapín lo que es pasto y dejar la planta que planté. Es muy duro cuando el el zapín te rebota y no puedes cortar más.

¿Qué se cultiva en la quinta? ¿Qué tipo de cultivos utilizáis?

Todos los cultivos son agroecológicos. Tenemos brócoli, acelga, remolacha, verdeo, lechugas, coliflor, repollo… Varía según la temporada. Ahora ya estamos con zapallitos en túnel, plantines de berenjena, morrón, haba. Tenemos aromáticas en corredores, como romero, menta, orégano o tomillo.

¿Es más laborioso y costoso plantar cultivos agroecológicos?

Sí porque no puedes utilizar químicos y tienes que escardillar la tierra, pero con lo agroecológico tienes más salida para vender la verdura. Hace dos años empezamos con una parcela de 30 surcos para lo agroecológico. Primero no nos convencía pero seguimos con toda la quinta sin corredores, sin poner aromáticas y nos fue bien. Las plagas no fueron tantas y funciona.

¿Esos trabajos lo hacen solo mujeres o también hombres?

Lo hacen tanto mujeres como hombres.

¿Recuerdas alguna anécdota de un duro día de trabajo?

Un día que cayó una tormenta horrible, yo tenía que terminar de sembrar y el barro se pegaba en la máquina. Tenía que empujar muchísimo… Cuando llueve te embarras, y en verano a veces falla el motor y se corta el agua. Por eso, cuando está por llover hay que sembrar antes para que con esa lluvia nazca la cosecha.

¿Qué opinas sobre el prejuicio de las personas que piensan que el hombre hace trabajos que la mujer no puede?

La gente piensa que las mujeres hacen el trabajo más liviano y los hombres lo más pesado, pero no es cierto, lo hacemos todo por igual. Por ejemplo, las mujeres desparramamos bosta. Puede ser que el hombre lo haga más rápido pero nosotras sabemos hacerlo.

Cuando llegan los camiones a El Pato a buscar los alimentos para venderlos, ¿participas en la negociación de precios?

No, en la comercialización de los productos solo participan los hombres; son quiénes arreglan los precios de las verduras, los bolsones o los cajones.

¿Qué aspectos mejorarías en tu entorno laboral?

Los caminos ya que cuando llueve, se vuelven imposibles y hay que dar una vuelta muy grande para llegar hasta la escuela. También mejoraría el acceso a los créditos para armar invernaderos, y cambiaría la bomba gasolera por una eléctrica, para que saliera más cantidad de agua y regar más rápido.

Háblanos de tus hijos. ¿Qué podría hacer el estado por ellos?

Cuando no tienen clase, mi hija Elena de 13 años cuida de su hermano Tomás, de 11. A veces llevo a Tomás a un campo a jugar con las ovejas. En verano, mi hija me ayuda con la casa a limpiar, cocinar, nos lleva el almuerzo y cuida de su hermano. El gobierno debería ayudarnos a construir un espacio o guardería para los chicos. Tenemos la pileta de comercio, pero me queda en Berazategui, muy lejos de El Pato. Unas colonias de verano son necesarias para dejar a nuestros hijos en verano, ya que es el periodo del año que tenemos más trabajo.

Tu hija es quién te ayuda más en el hogar. ¿Y tu hijo?

Mi hijo Tomás de 11 años tiene discapacidad. Por eso necesitamos una escuela especial para él. Decían que iban a abrir una pero al final nada. En cuanto al transporte, mi hijo va a una escuela cerca del cruce Varela. Hay un colectivo que viene a buscarlo pero a veces se rompe y hay mamás que no pueden llevarlos.

¿Cómo te afecta tener un hijo con discapacidad? ¿Qué dificultades tienes?

Tener un hijo con discapacidad no es nada fácil. Tiene 11 años y no sabe leer ni escribir. Desde que noté que iba para atrás en la escuela, empecé a recorrer Berazategui para buscar ayuda pero no hay nada económico, no hay nada. Conseguí un médico que pude pagar por un tiempo pero fue subiendo las cuotas. Me dijo que necesitaba una psicopedagoga y estimulación dos veces por semana, pero me salía por una fortuna y no podía pagarlo. Me da pena porque veo que Tomás no avanza y le cuesta bastante en la escuela. Hace poco recibía una medicación que ahora no le puedo dar.

¿Llevas a tu hija al campo para enseñarle cómo se trabaja la tierra?

Sí, ella sabe escardillar, sembrar y cosechar. La llevo para que aprenda a trabajar la tierra por si el día de mañana no quiere estudiar, para que pueda tener un trabajo. A mí el campo no me gustaría para mis hijos porque en verano tienes que estar al sol y en invierno se te parten las manos y te congelas. Pero si les enseño a cultivar es para asegurarles una oportunidad en un futuro.

¿Participas en alguna organización rural o cooperativa?

Participo de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra), un gremio de agricultores. Todos los meses nos reunimos el segundo sábado de cada mes. Antes iba mi marido pero ahora tengo que ir yo porque él se va a jugar a la pelota. Hablamos de las problemáticas que tiene cada uno y nos ayudamos. Preparamos bolsones y se fijan precios. A veces te ayudan con insumos, te los facilitan y vas devolviendo poco a poco. 

¿Qué nivel de participación tienen las mujeres en las reuniones de la UTT?

Sí, las mujeres son la mitad de los participantes. En las reuniones hombres y mujeres opinan y deciden por igual. Hay dos o tres mujeres que hablan mucho. Suelo ir con mi cuñada que tuvo que reemplazar a su marido porque también juega a la pelota. En una reunión expuse el problema de la bomba de agua. Quedaron en llevar una bomba eléctrica y bajar un caño más abajo.

Sos trabajadora, madre y responsable de las tareas del hogar, pero a veces se escuchan comentarios de que la mujer “ayuda” y no trabaja.

Sí muchas personas dicen que las mujeres van a ayudar a la quinta, pero los hombres en casa y no ayudan a cocinar o lavar ropa. Eso no me gusta, yo se lo he dicho a mi marido pero no conseguí ningún cambio. Me gustaría que me ayudara en casa como yo en la quinta, a cocinar, lavar los platos, barrer limpiar, cuidar a mis hijos…

Fotografìa: ©Sofìa Nicolini Llosa

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Info sobre la campaña /Flickr FAO Argentina