Foto Prensa Presidencia

El 28 de julio de 2017, Chile celebró el cincuentenario de su reforma agraria. La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, reunió a organizaciones campesinas y pueblos originarios de todo el país, y a algunos de los arquitectos principales detrás de este proceso histórico que cambió el rostro del campo chileno.

"Conmemoramos el inicio del proceso de transformación social y económica más importante del siglo XX”, señaló la Presidenta de Chile, quien rindió un homenaje a los dirigentes campesinos que hicieron la reforma agraria cinco décadas atrás.

Según el Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué, la reforma agraria facilitó la transformación estructural de todo el país, dado el peso que tenía la agricultura en Chile en 1967.

“La reforma abrió la puerta a la dignificación del campesinado y a la modernización de la agricultura y la economía rural en Chile”, dijo Berdegué durante el evento.

Durante la conmemoración, Oscar de la Fuente, dirigente de la Confederación Nacional Campesina y Trabajadores del Agro de Chile (CONAGRO), pronunció un importante discurso en el que destacó la “alegría y esperanza”  que la reforma trajo “a miles de campesinos, minifundistas, trabajadores rurales y sus familias”.

Hablando en el Palacio de la Moneda, frente a las autoridades ministeriales y miembros de la sociedad civil, de la Fuente dijo que era necesario analizar la reforma agraria “en su contexto histórico específico” y que desde esa perspectiva afirmó que en opinión del campesinado la reforma agraria “respondió con creces a las viejas demandas de su tiempo”.

De la Fuente destacó las condiciones que dieron origen a la necesidad de llevar a cabo la reforma agraria: “la Reforma Agraria formó parte de un proceso de transformaciones profundas (…) que, involucraron a la política, la economía y sociedad chilena. (…) “El inquilinaje era injusto, donde el patrón explotaba, imponiendo las condiciones de trabajo y pago y actuaba según las circunstancias como el amo paternalista o cruel. La hacienda y el latifundio se caracterizaron por ser grandes extensiones de tierras, muchas de las cuales estaban improductivas, no se pagaba impuestos por ella, y el campesino carecía de todo derecho.”

Con el inicio de la reforma agraria, el campesinado, junto a muchos otros sectores sociales, asumió la iniciativa para tomar en sus manos su propio destino y alcanzar su anhelada dignidad. Con respecto a los logros delproceso de transformación, de la Fuente destacó que en los siete años que duró la Reforma Agraria, “se expropiaron 10 millones de hectáreas y se puso término al sistema pre capitalista y semi-feudal del latifundio y el inquilinaje en Chile.”

Luego de recordar los graves retrocesos, en términos de reconocimiento político-social y de derechos, que sufrió el campesinado en ocasión del golpe de estado de 1973 y del proceso de contrarreforma que se instauró a continuación durante 17 años, de la Fuente agregó que ha llegado el momento de reconocer el “gran aporte” que hacen en la actualidad la pequeña producción y la agricultura familiar campesinas “a la producción de alimentos para la dieta nacional y al empleo rural”.

“Mirando el agro actual en su conjunto vemos que sus medios, componentes y relaciones, necesitan ser repensadas” y que por ello se hace necesario definir una nueva estrategia de desarrollo rural que ponga en el centro “el interés del país, el uso responsable de los recursos naturales, el cuidado del medio ambiente, y los derechos de los trabajadores y las trabajadoras”, concluyó de la Fuente.

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