FAO en Chile

Discurso Representante de la FAO en Chile en inauguración 4º Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas IMPAC4

06/09/2017

 

Eve Crowley, representante en Chile de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), participó el lunes 04 de septiembre en la inaguración del 4º Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas IMPAC4, que se lleva a cabo en La Serena.

La ceremonia fue encabezada por el Ministro del Medio Ambiente de Chile, Marcelo Mena; el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz; y el Intendente Regional, Claudio Ibáñez.

Palabras Inauguración Eve Crowley, Rep. FAO Chile
4º Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas IMPAC4

Un saludo a las autoridades nacionales e internacionales

Ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz

Intendente de la región de Coquimbo, Claudio Ibáñez

Ministro de Medio Ambiente de Chile, Marcelo Mena

Un saludo a las organizaciones, profesionales y participantes

Gracias por la invitación a FAO a ser parte de este importante evento.

Grandes felicitaciones a Chile por recibir y ser sede por primera vez en América Latina y el Caribe de este Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas.

"No podemos seguir utilizando los recursos marinos y acuáticos como si fueran infinitos. Y no podemos seguir usando nuestros océanos como un vertedero".

Este fue el llamado que el Director General de la FAO, José Graziano Da Silva, hizo en enero de 2014 en la Cumbre sobre Economía Azul en Abu Dhabi, y también en “Nuestro Océano” en Chile en 2015 y en la Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas en 2017.

Hoy queremos reforzar este llamado sobre la importancia que el “mundo azul” tiene para los servicios ecosistémicos y los medios de vida.

Los océanos y los mares cubren más del 70% de la superficie de nuestro planeta, aportan la mitad del oxígeno del mundo y albergan el 80% de la vida de la Tierra.

Al mismo tiempo, la pesca y la acuicultura constituyen los medios de vida de cerca de 820 millones de personas, lo que representa un 12 por ciento de toda la población mundial.

Los océanos y el sector pesquero proveen alimentos, esencial para la vida humana. Más
de 3 100 millones de personas en el mundo dependen del pescado para cubrir al menos el 20% de su ingesta total de proteína animal.

El sector primario de la pesca de captura y la acuicultura es la fuente de empleo de 56 millones de personas, 90% de las cuales son pescadores artesanales.

También es importante para el comercio dado de que el pescado está entre los productos alimentarios más comercializados del mundo y el 60% del volumen comercializado proviene de países en desarrollo.

Pero no todo está bien.

La contaminación, la sobreexplotación, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y el cambio climático se han convertido en graves amenazas para los ecosistemas marinos.

La pesca ilegal no declarada y no reglamentada representa hasta 26 millones de toneladas de pescado cada año, una sexta parte de todas las capturas marinas.

Y es previsto que el incremento de las temperaturas asociado con el cambio climático reducirá las capturas de las principales especies de pescado en un 40% en 2050.

Estamos aquí hoy porque sabemos que esta situación no es soportable. Y porque sabemos que las áreas marina costeras protegidas son clave para revertir las tendencias actuales, dado de que estos son los lugares del océano donde la biodiversidad marina se reúne con los seres humanos y sus actividades, generando recursos, alimentos y valores genéticos, culturales y espirituales.

Lo bueno es que ya existe un consenso internacional de que la acción inmediata y ambiciosa es necesario.

Este consenso es el Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (u ODS).

Este Agenda reconoce la vida submarina como parte integral de los desafíos que enfrenta el planeta hoy en día: la pobreza, el hambre, el cambio climático y la necesidad de un crecimiento inclusivo y de una gestión sostenible de los recursos naturales.

Por esto hay un objetivo específico sobre los océanos, el Objetivo 14 que es - CONSERVAR Y UTILIZAR DE FORMA SOSTENIBLE LOS OCÉANOS, LOS MARES Y LOS RECURSOS MARINOS PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE. Este objetivo va mucho más allá de la conservación y sitúa la atención sobre las personas y las comunidades costeras que dependen de los recursos marinos, especialmente de países en desarrollo.

Y, con la Meta 6 de Aichi para la diversidad biológica, prevé planes de reconstrucción para una población mundial creciente que depende de la pesca para su alimentación y nutrición, así como para los medios de vida relacionados con la pesca.

Mi organización, la FAO, desempeña un papel destacado en la consecución del ODS14, que pide que se ponga fin a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) para 2020.

La FAO es responsable por el Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto, el primer tratado jurídicamente vinculante centrado específicamente en el problema de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, que entro en vigor en junio de 2016, así empezando una nueva era en la lucha contra la pesca ilegal.

La FAO también es responsable de otros instrumentos vinculantes y no vinculantes negociados con los Estados Miembros que pueden ayudar a lograr el ODS 14, como por ejemplo el Código de Conducta para la Pesca Responsable, y una serie de Directrices voluntarias sobre sistemas de documentación de las capturas, para la pesca en pequeña escala, para el eco-etiquetado, y para la buena gobernanza de la tenencia de los recursos pesqueros.

La FAO lanzó además en 2013 la Iniciativa sobre el crecimiento azul, una evolución del concepto de “economía azul” de la Conferencia de Rio+20 de 2012, que destaca los tres pilares del desarrollo sostenible: económico, social y ambiental.

Tiene por objeto crear un entorno favorable para los trabajadores de los sectores pesquero y acuícola con el fin de que actúen no solo como usuarios de los recursos, sino también como sus administradores.

Una cosa es clara. Hoy en día una gestión de la pesca más sostenible y una mejor conservación depende de la cooperación y coordinación entre todas las partes interesadas y a todos los niveles.

Y esta cooperación depende de una intensificación de los esfuerzos en el desarrollo de capacidades, especialmente aquellos que fortalecen el entorno normativo, los acuerdos institucionales y los procesos de colaboración que empoderan a las comunidades pesqueras, a las organizaciones de la sociedad civil y a las entidades públicas.

En este sentido, me gustaría destacar la Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en Parques Nacionales, otras Áreas Protegidas, Flora y Fauna Silvestres (REDPARQUES) y su Grupo Marino en la coordinación de acciones en torno a las áreas marinas costeras protegidas (AMCP).

Esta Red (que será expuesto en el Pabellón afuera en este congreso) ha permitido aumentar la cooperación entre los países de la región y, con base en el intercambio de experiencias y conocimientos, fortalecer las capacidades técnicas de los profesionales de las instituciones nacionales responsables para la gestión de los parques nacionales y otras áreas protegidas.

Reconstruir el sector pesquero es no sólo recuperar las poblaciones de peces, sino también reconstruir los valores económicos, sociales y medioambientales que proporciona la pesca productiva y sostenible para las generaciones futuras.

La reconstrucción de las poblaciones de peces, de los conjuntos de especies y de los hábitats es un imperativo legal y moral, un compromiso ecológico y una necesidad socioeconómica.

La compleja red de interrelaciones océano-personas que por un lado impactan y por el otro se benefician, refuerza la idea de gestionar eficazmente estas áreas del océano con el pueblo, donde ambos coexisten y respetan, para asegurar sus beneficios y sus maravillas para las próximas generaciones.

Contamos con todos ustedes para lograr esta meta y cuenten con nosotros como aliados.

Muchas gracias.