La familia Donoso tiene 30 años de experiencia en la producción de hortalizas frescas y hace más de 7 temporadas que su trabajo está inspirado en los fundamentos de la agroecología. Aníbal Donoso, el padre, comenta que la jornada laboral empieza muy temprano, a las 6 de la mañana ya están trabajando, “se levantan con las gallinas”, como decimos en Chile. Su campo es un espacio periurbano, ubicado en Rinconada de Maipú, en la zona poniente de Santiago.

El trabajo en la agrícola Donoso es familiar, su esposa, sus hijas, primos y amigos de la infancia colaboran en las tareas del campo, desde la siembra hasta la distribución de los productos. “Le damos mucha importancia al trabajo en equipo, y que todos tengamos internalizado el concepto que producimos un alimento, no una mercancía, y eso significa tener cuidado en la manipulación y en las buenas labores y prácticas agrícolas”, comenta Aníbal.

En este campo, a diario también cosechan arcoíris.  Tomates, acelgas, melones, zanahorias, son parte de la diversidad de colores y sabores que contienen distintos aportes nutricionales. “Suelo sano, planta sana, alimento sano, persona sana, esa es nuestra consigna” afirma Aníbal Donoso, quien además destaca que “trabajamos por una agricultura sustentable y socialmente justa, es decir, queremos que llegue alimento de calidad a todas las personas”.

El trabajo en el campo forja un carácter especial en las personas. Muchas veces desde niños, deben enfrentar las incertidumbres propias del trabajo con elementos vivos. Aníbal Donoso cree que son necesarias políticas que apunten al desarrollo de una agricultura más sostenible. “Debe comenzar con políticas claras desde el Estado, donde se considere que la alimentación, así como la educación o la salud, es un elemento clave en el desarrollo de las personas, bajo los principios de la igualdad y la justicia. Un alimento sano es una persona sana”.

El trabajo de la familia Donoso apunta al rescate y respeto de la biodiversidad. “Muchas veces para poder descubrir y entender las leyes de la naturaleza y cómo funcionan los sistemas agrícolas tenemos que conocer y recurrir a nuestros ancestros. Aprender de ellos, aplicar y compartir”, afirma Aníbal Donoso.