La iniciativa es liderada por la Agencia para la Renovación del Territorio (ART) con la cooperación técnica de la Organización de las Naciones para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Se inició a mediados de este año cuando se identificaron 35 proyectos de emprendimiento rural en los que participan campesinos, afros e indígenas que en su gran mayoría están vinculados a procesos asociativos y viven zonas históricamente afectadas por el conflicto. 

Acostumbradas a la violencia y a la presencia de cultivos ilícitos, la historia de vida de más 3.000 familias está a punto de cambiar. Tienen la esperanza de que asociados para la producción de café, caña panelera, plátano, arroz y frijol y de proyectos pecuarios y agroecológicos se reactive económicamente su comunidad, su región y se dé un paso firme en la construcción de paz. 

Ya se inició la etapa de formalización de estos emprendimientos. Adicionalmente se realizará un plan integral de fortalecimiento de capacidades y comercialización, con el que se busca garantizar la competitividad y sostenibilidad de las actividades productivas. 

La estrategia se está llevando a cabo en 5 de las 16 regiones que hacen parte de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET, así: en la región de Alto Patía y Norte del Cauca está presente en Caldono (Cauca); en el Sur del Tolima en Planadas (Tolima); en la Sierra Nevada - Perijá - Zona Bananera en La Paz (Cesar) y Fonseca (La Guajira); y en las regiones del Urabá Antioqueño y el Chocó en Dabeiba y Vigía del Fuerte (Antioquia). 

El propósito fundamental es promover la generación de proyectos productivos agropecuarios y de bienes y servicios en municipios fuertemente afectados por la violencia, con altos niveles de pobreza, debilidad institucional y con presencia de cultivos de uso ilícito. 

Estas 5 regiones serán la prueba piloto que servirá de base para replicar el ejercicio en las 11 zonas restantes de los PDET con lo que se espera que se generen condiciones favorables para que estas comunidades puedan apostar a negocios lícitos, rentables y bajo modelos de buenas prácticas ambientales, a través de la inserción en mercados funcionales, la reactivación económica y social de los territorios y el fortalecimiento institucional.

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Monica Castaño

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