FAO en Colombia

Mujeres Rurales Emprendedoras: empoderamiento económico para poner fin a las violencias

Hasta hace algunos años la mujer rural ante la economía productiva era clasificada como inactiva, sin embargo, las investigaciones han demostrado que las mujeres no sólo cumplen un rol fundamental en espacios domésticos y en las labores de cuidado, sino que representan una proporción sustancial de la fuerza de trabajo agrícola. Su aporte a la economía rural fue por muchos años invisibilizado, y con ello también su situación, necesidades y problemas. Independientemente de la labor específica a la cual se dedican, hoy se sabe que el tiempo de trabajo empleado diario por la mujer rural casi duplica al de los hombres y sin embargo este no es remunerado.

Ante este panorama aún hoy a nivel mundial la mayoría de personas pobres del mundo son mujeres y habitan las zonas rurales (un 76%). Particularmente ellas suelen presentar en promedio un Índice de Desarrollo Humano más bajo que el de los hombres, según lo demostró el último Informe de Desarrollo Humano presentado por el PNUD y además son sujetos de fuertes discriminaciones que reducen sustancialmente su acceso a las oportunidades. Con una población de mujeres que se estima supera la media mundial, esto se traduce en enormes desafíos para el desarrollo, de ahí la importancia de promover su empoderamiento y autonomía económica sobre todo desde el campo.

“Para mí el campo lo es todo. Es la base fundamental que mueve la economía en todo el país. Es muy importante ver el campo no simplemente como un quehacer diario, sino como una empresa que es rentable y sostenible en el tiempo desde donde las mujeres lideresas pueden brindar un cambio para sus municipios”

Este es el testimonio de Ana Lucía Hoyos, oriunda del Corregimiento El Diviso en Argelia, Cauca, uno de los municipios mayormente afectados del departamento por cultivos de uso ilícito por ser corredor estratégico al pacífico colombiano y por ende escenario del conflicto armado, pero también desde donde se están gestando iniciativas innovadoras como las de la Asociación de Mujeres Agroindustriales, Pecuarias y Ambientales del Corregimiento de El Diviso, ASOMUCADI.

ASOMUCADI es una organización legalmente constituida, que tiene por objeto promover el empoderamiento de las mujeres rurales a través de la producción y comercialización del café y algunos de sus derivados, Ana Lucía es actualmente Vicepresidenta de la misma.

Su origen data del año 2010, como resultado de un proceso formativo que adelantaron 45 mujeres de las veredas Lusitania, El Diamante, La Guinea y el corregimiento El Diviso, en el programa “Mujeres ahorradoras en acción” de Prosperidad Social y que hoy agrupa a 24 socias, muchas de ellas mujeres cabezas de hogar entre los 25 y 60 años de edad.

Con arequipe, yogurt y vino de café, estas 24 mujeres no sólo cosechan sino que procesan este producto con el sueño de convertirse en grandes emprendedoras caficultoras y generar ingresos para ella y para sus familias.

El país hoy más que nunca necesita que historias de empoderamiento económico y social como las de Ana Lucía y ASOMUCADI sean las que se repliquen por toda Colombia. Ni una Mujer rural más como víctima, sino como protagonista del desarrollo, pues si el consenso es que desde el campo será posible labrar la paz que añoran los colombianos, esta no será posible sin la mujer rural. Ellas representan más de un cuarto de la población mundial y son aproximadamente el 43% de la mano de obra agrícola. Ellas producen, procesan y preparan gran parte de los alimentos a los que se tiene acceso, lo que pone sobre sus manos la responsabilidad de la seguridad alimentaria y nutricional de sus familias y comunidades.

La historia aquí presentada es de mujeres participantes del programa Familias Rurales, desarrollado por Prosperidad Social y la FAO en el Departamento del Cauca,  el cual ha incorporado el enfoque de género de manera transversal a todo el proceso. Su metodología innovadora en el país ha fomentado la construcción de nuevas masculinidades invitando tanto a hombres como a mujeres a replantear su papel en los espacios domésticos y productivos, ha promovido la participación paritaria de la mujer en escenarios de toma de decisión como asambleas comunitarias y  Comités de Participación y Control Social. A su vez, puntualmente ha llevado a cabo Encuentros Comunitarios de Género con el propósito de conversar y reflexionar sobre el reconocimiento de los derechos de las mujeres y su papel en escenario familiares, comunitarios y productivos.