FAO en México

En Loma Bonita, niñas y niños adoptan una cultura de alimentación saludable

15/03/2018

 

  • En la escuela primaria federal bilingüe “General Lázaro Cárdenas”, a través del Proyecto de Seguridad Alimentaria para Zonas Rurales (PESA), de la SAGARPA, se aplica la metodología de FAO para impulsar huertos y alimentación escolar sostenibles, beneficiando a 96 infantes.
  • El 15 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Alimentación Escolar. Para la FAO invertir en comidas escolares llevará a una generación de niños a desarrollar hábitos alimenticios saludables y que se beneficien de una dieta diversa, contribuyendo de esta forma a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Hambre Cero.

Ajalpan, Puebla.- “Me gusta comer en el comedor de la escuela porque me dan zanahoria, brócoli y frutas”, diceElvis Cortés Hernández, alumno de quinto grado de primaria. Con 10 años de edad, Elvis es un niño sano que juega con sus amigos en el patio de su escuela, donde cuentan con un huerto, granja de pollos y comedor, que se complementa con educación nutricional, lo que ha marcado la diferencia para que niñas, niños y sus familias coman bien.

En 2011, la Agencia de Desarrollo Rural Servicios Urbanos y Rurales de Compromisos Sustentables (SURCOS), operador técnico del PESA en Loma Bonita, comunidad indígena Náhuatl del municipio de Ajalpan, Puebla, encontró una deficiencia de nutrientes en 87% de los menores de edad y un 40% de desnutrición crónica, detectada por medio de signos clínicos observados en piel, cara, cabello y uñas; así como la toma de peso y estatura.

José Cirilo Cruz Peralta, Director de la escuela, explica que existía una mala alimentación en los y las estudiantes debido principalmente a las limitantes económicas de sus padres. “Diagnosticamos que el bajo rendimiento de los alumnos se debía a la mala alimentación. Fue un momento oportuno de concatenar estas situaciones para buscar un resultado positivo”, afirma el Profe Cirilo, como le llaman cariñosamente padres de familia y sus alumnos.

Cándida Domínguez, Coordinadora de la Agencia SURCOS, explica que el trabajo en la escuela inició con el huerto escolar y la capacitación para la producción de hortalizas y fue complementando simultáneamente con educación nutricional.

“Nosotros como Agencia lo que hacemos es capacitar a la gente para que tenga conocimientos en cuanto a la producción de alimentos, pero también en su uso”, afirma Carlos Núñez González, Nutriólogo de la Agencia SURCOS.

Con las gestiones del Profe Cirilo se logró establecer un comedor escolar que fue equipado con financiamiento del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), luego se instaló un gallinero escolar, en donde se producen de 15 a 18 huevos diariamente. Ahora las hortalizas y huevos que se producen en el patio escolar son consumidos por niñas y niños en el comedor de la escuela donde de lunes a viernes reciben desayuno y comida. De esta manera se complementa el menú que provee el Servicio de Alimentación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con alimentos frescos producidos en la localidad.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que la alimentación escolar aumenta la asistencia de los niños a la escuela y provee beneficios educativos y de salud a los niños más vulnerables, pues un estómago lleno puede ayudar a los estudiantes a concentrarse en sus lecciones.

Leticia de Jesús Carrera, madre de familia, explica que anteriormente no tenían dinero para comprar verduras para sus hijos, pero ahora con el huerto pueden sembrar lo que necesitan “Nosotros en el huerto ya sabemos preparar la composta, como sembrar, como cuidar las plantas para poder cosechar", afirma.

Actualmente en el comedor escolar se consumen 13 diferentes hortalizas entre las que están: acelga, espinaca, brócoli, col, zanahoria, betabel y coliflor.

El huerto escolar es también una herramienta didáctica. Juan Arturo Córdoba y Matilde Cruz, profesores de la escuela, explican que lo utilizan en casi todas las asignaturas para favorecer el aprendizaje vivencial, por ejemplo, para que los alumnos tomen medidas como perímetros y áreas, además de aplicar operaciones matemáticas como sumas, multiplicaciones y divisiones.

Enedina Nery Maldonado, madre de familia, comenta que ven una gran mejora en la escuela: “antes les dábamos dinero a nuestros hijos para que se compraran un dulce, ahora eso de consumir chatarra o un dulce ya no sucede, en lugar de consumir una golosina mejor se les da una fruta y ese dinero para que se compren un plátano, algo que los nutra en su cuerpo”, afirma Enedina, quien también ahora tiene un huerto en el traspatio de su casa, el cual instaló con los conocimiento que obtuvo en las capacitaciones.

Los padres de familia decidieron cerrar la tienda escolar para evitar la venta de alimentos chatarra. “Decidimos quitarla porque se vendía todo lo que sabemos que no es bueno que consuman nuestros hijos, esas cosas les hacen daño a su cuerpo, les afecta tanto en sus dientes y en su estómago”, comenta Enedina.

Para Emilia Hernández Montalvo, madre de familia, el huerto escolar los ha beneficiado también a ellos como adultos. “Antes los niños no comían verdura por que no la conocían, pues vivimos en la Sierra, en este momento ya comen verduras. Algunas mamás tampoco conocían las verduras. Ahorita ya nos acostumbramos hasta nosotros, hasta nosotros ya estamos muy bien”, explica.

“Hemos dado solución adecuada a la mala alimentación, sin esperar a que los productos vengan de afuera, aquí dentro del patio escolar se siembra y se cosecha. Así también se ha fomentado una cultura de alimentación saludable en el ámbito escolar que ha trascendido a los hogares”, finaliza el Profe Cirilo.