FAO en República Dominicana

Historias de éxito

Sabana Grande de Boyá, Monte Plata.- La pequeña propiedad ganadera de Martín de los Santos Merán está viviendo una transformación desde que fue escogida como una de las fincas modelo del proyecto de fortalecimiento de la lechería familiar (PROLEFAM) que ejecuta la FAO, el CONALECHE y la Dirección General de Ganadería del Ministerio de Agricultura, con la finalidad de desarrollar un modelo de producción que contribuya a mejorar el nivel de productividad y acceso a mercados de la cadena lechera familiar en la República Dominicana. “El cambio ha sido del cielo a la tierra. Antes, con las malas prácticas de ordeño, la leche era de mala calidad, lo que hacía que los precios se deprimieran y el productor no obtuviera una buena rentabilidad”, asegura este productor que además es presidente de la Asociación de Ganaderos La Altagracia.

Este proyecto de fortalecimiento de la lechería familiar se desarrolla en la región Este del país y surgió para dar respuesta a los principales problemas que afectan directamente las fincas lecheras familiares, dentro de los que se destacan: baja productividad, escasa conservación de forrajes y de alternativas alimenticias de calidad y de bajo costo, e inadecuadas prácticas de ordeño y transporte de la leche, entre otros.

SANTO DOMINGO. “Esta comida es tan buena como la de mi mamá”, asegura la estudiante Jeimy Tavarez, mientras disfruta del almuerzo que le sirven diariamente en la escuela Café con Leche, del sector de Herrera, uno de los centros educativos que tiene la modalidad de tanda extendida.

Esta pequeña de ocho años que cursa el tercero de básica, es una de las estudiantes que se beneficia del Programa de Alimentación Escolar que desarrolla el gobierno dominicano y abarca alrededor de 1.5 millones de niños y niñas de los niveles inicial, básica y tanda extendida, distribuidos en más de 5 mil escuelas públicas del país.

Santo Domingo.- Con las primeras luces del día, Martín Pérez se encamina hacia su finca para iniciar el ordeño de sus vacas. Más tarde, su esposa Alba Luisa irá a recoger la leche colectada que venden a una empresa de acopio de leche del poblado de Guayacanal, provincia de Azua. Terminado el ordeño, Martín se interna en la finca para trabajar en el cultivo de plátanos y rulos, mientras que Alba Luisa se ocupará del pequeño huerto familiar y la crianza de ovejos que prospera en el patio de su vivienda. Y así, cada día, esta familia de agricultores, cuyos hijos ya abandonaron el nido, se sostiene de lo que producen sus pequeños predios en los que coexisten diversos tipos de agricultura.

Villa Elisa, Montecristi.- El agua que trae la lluvia es el bien más preciado para Agua de Luis, una comunidad empobrecida de la zona costera de Montecristi, que carente de servicio de agua potable, mira al cielo esperando que sus campos agrícolas y ganaderos sean regados por la lluvia, particularmente en esta época donde la sequía ha fijado su domicilio.

Se entiende entonces el entusiasmo que muestra Paulina García cuando señala la siembra de árboles frutales y hortalizas que junto a un grupo de comunitarios han plantado alrededor de la laguna que ha sido rehabilitada recientemente por el Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA), que desarrolla la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con la colaboración del Ministerio de Agricultura.

Al igual que esta, las lagunas de los poblados Los Derramaderos y Arroyo Caña, que tenían décadas inhabilitadas debido a la acumulación de sedimentos, han sido cercadas y reforestadas con plantas frutales y maderables como forma de mantener la sostenibilidad de estas fuentes de agua que a partir de ahora irrigarán las parcelas agrícolas y ganaderas asoladas por la sequía.

“Carecemos de todos los servicios básicos, somos una comunidad olvidada. De la única forma en que logramos algo es si vienen instituciones como la FAO y nos ayudan”, dice Paulina desde el patio de su vivienda donde ve reproducirse una pequeña crianza de conejos y de gallinas ponedoras obtenidas a través del PESA.