La iniciativa popular de promover enfoques ecológicos de la agricultura y la relocalización de sistemas alimentarios descentralizados es notable en el Kurdistán devastado por la guerra. Los esfuerzos por generar ecologías kurdas a través de la agroecología, la soberanía alimentaria y las economías del cuidado se basan exclusivamente en las tradiciones de la ecología social, el rechazo de las relaciones patriarcales y el confederalismo democrático.

Las iniciativas ecológicas kurdas en materia de alimentación, agricultura y uso de la tierra se basan singularmente en el confederalismo democrático, el municipalismo libertario y el rechazo de las relaciones patriarcales. Esta versión kurda de la soberanía alimentaria afirma el derecho de hombres y mujeres a gobernarse democráticamente y a coproducir sistemas alimentarios, ecologías, economías, conocimientos y cultura locales. La toma de decisiones descentralizada, distribuida y democrática es crucial para revivir y sostener diversas ecologías asociadas a la alimentación, la agricultura, el pastoralismo y otras formas de uso de la tierra. Además, las prácticas agroecológicas kurdas que relocalizan los sistemas alimentarios contribuyen a reducir las huellas ecológicas y de carbono, al tiempo que mejoran la seguridad alimentaria y nutricional.

Las iniciativas ecológicas kurdas que regeneran la diversidad de la naturaleza y la cultura en la alimentación y la agricultura ofrecen importantes perspectivas para los movimientos sociales globales que trabajan por la soberanía alimentaria, la agroecología y las economías de cuidado basadas en el decrecimiento y la justicia de género. A su vez, estos movimientos de solidaridad global pueden ayudar a las comunidades kurdas a fortalecer su lucha por desarrollar alternativas justas y afirmativas para la vida frente al proceso de mercantilización de la naturaleza y las relaciones sociales, que se encuentra en constante expansión.