El 22 de mayo, el Gobierno marroquí anunció la reintroducción del derecho de importación sobre el trigo blando -del 135 por ciento- tras una suspensión entre enero y abril de 2019. Los derechos de importación se revisan de forma periódica en función de la situación de la oferta y la demanda en el país. Los impuestos se suelen subir durante la recolección de la cosecha -entre los meses de mayo y julio- para proteger a los productores locales. Los aranceles sobre las importaciones de trigo pretenden promover la venta de la cosecha local, que este año se espera se reduzca de los 7,3 millones de toneladas de 2018 a 4,9 millones de toneladas, casi un 20 por ciento inferior al promedio de los últimos cinco años debido a unas condiciones meteorológicas secas (SMIA-Resúmenes informativos por países).