En la capital, Juba, los precios del maíz y el sorgo se dispararon en octubre, subiendo alrededor del 60 por ciento y alcanzando nuevos máximos históricos debido a una nueva y abrupta depreciación de la moneda local en el mercado paralelo a mediados de octubre. Los precios de otros alimentos básicos ‑como la mandioca, el maní y el trigo importado‑, también aumentaron bruscamente, con un incremento del 30 al 40 por ciento. Los precios de los alimentos se situaron en niveles excepcionalmente altos en octubre, siendo los del sorgo y el maíz más del doble respecto a los valores ya elevados de hace un año y casi 50 veces los de julio de 2015, antes del desplome de la moneda. La causa de los altos precios de los alimentos es la situación macroeconómica perennemente difícil, relacionada con las bajas reservas de divisas y la continua depreciación de la moneda del país. Más recientemente, en el primer semestre de 2020, las perturbaciones relacionadas con la COVID‑19 en los mercados y el comercio locales ‑que ya se habían visto afectadas negativamente por los efectos persistentes del prolongado conflicto‑, reforzaron aún más los precios, al igual que la disminución de las importaciones a causa de los controles fronterizos establecidos por el Gobierno de Uganda.