La disponibilidad de recursos hídricos puede limitar en última instancia el potencial de los países para expandir sus actividades. Las estimaciones de los cambios futuros en el suministro de agua como resultado del cambio climático son, por tanto, de vital importancia para el diseño e implementación de estrategias de desarrollo a medio/largo plazo. El agua disponible en un país no solo consiste en el agua que se genera internamente sino también en los flujos que entran a través de ríos y arroyos, una vez deducidos los flujos de salida comprometidos. Es probable que los recursos hídricos internos y entrantes se vean afectados por los cambios en las precipitaciones y la temperatura como resultado de las condiciones climáticas cambiantes. Por lo tanto, deben evaluarse de una manera espacialmente explícita.

El Equipo de Estudios de Perspectivas Mundiales (GPS) de la FAO ha combinado datos de diversos modelos hidrológicos que simulan la disponibilidad de agua a nivel de píxel y generan proyecciones a nivel de país. Estas proyecciones son consistentes con el AQUASTAT de la FAO.

Más concretamente, el conjunto de datos se generó calculando los cambios relativos en los recursos hídricos internos y entrantes para cada país, como consecuencia de los diferentes escenarios de cambio climático. Se utilizaron cambios relativos para cambiar la escala de los valores recogidos en el AQUASTAT de la FAO. Los datos basados en píxeles de seis modelos hidrológicos considerados en el proyecto ISI-MIP, obtenidos de 5 modelos climáticos, se enrutaron a través de una red fluvial (Fekete et al., 2001) con una resolución espacial de 30 minutos de arco (unos 50 km en el ecuador). Siguiendo la metodología de AQUASTAT, se asumió que los caudales de los ríos que no pueden ser explotados a causa de los tratados se mantendrán invariables en el futuro.