El índice de precios de los alimentos de la FAO desciende en agosto

Las buenas condiciones de la oferta empujan a la baja las cotizaciones internacionales de los productos alimenticios, con excepción de las del arroz y el azúcar

Vacas en Italia.

©FAO/Riccardo De Luca

08/09/2023

Roma – Los precios internacionales de los productos alimenticios disminuyeron en agosto, con la excepción de los del arroz y el azúcar, según informó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento mensual de los cambios en los precios internacionales de los productos alimenticios comercializados a nivel mundial, registró un promedio de 121,4 puntos en agosto, es decir, un 2,1 % menos que en julio y un 24 % por debajo de su nivel máximo, alcanzado en marzo de 2022.

El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO descendió un 3,1 % en agosto y revirtió así en parte la pronunciada subida, del 12,1 %, registrada en julio. Los precios mundiales del aceite de girasol disminuyeron cerca de un 8 % durante el mes, ante el debilitamiento de la demanda mundial de importaciones y la abundante oferta de los principales exportadores. Las cotizaciones mundiales del aceite de soja descendieron como consecuencia de la mejora de las condiciones de los cultivos de soja en los Estados Unidos de América, mientras que las del aceite de palma registraron una caída moderada ante el aumento estacional de la producción en los principales países productores del Asia sudoriental.

El índice de precios de los cereales de la FAO descendió un 0,7 % desde julio. Los precios internacionales del trigo cayeron un 3,8 % en agosto ante el aumento estacional de las disponibilidades de varios de los principales exportadores, mientras que los precios internacionales de los cereales secundarios cayeron un 3,4 % en un contexto de abundante oferta de maíz a nivel mundial, como resultado de una cosecha récord en el Brasil y el inicio inminente de la cosecha en los Estados Unidos de América.

En acusado contraste, el índice de precios de la FAO para todos los tipos de arroz subió un 9,8 % desde julio y alcanzó el nivel máximo de los últimos 15 años en cifras nominales, como resultado de las perturbaciones del comercio tras la prohibición de las exportaciones de arroz blanco índica impuesta por la India, el mayor exportador de arroz del mundo. La incertidumbre respecto de la duración de la prohibición y la preocupación acerca de las restricciones a la exportación hicieron que los actores de la cadena de suministro mantuvieran sus reservas, renegociaran contratos o dejaran de hacer ofertas de precios, lo que limitó la mayor parte del comercio a pequeños volúmenes y a las ventas que ya se habían concluido anteriormente.

El índice de precios de los productos lácteos de la FAO descendió un 4,0 % desde julio, arrastrado por las cotizaciones internacionales de la leche entera en polvo, dada la abundante oferta en Oceanía. También bajaron los precios internacionales de la mantequilla y el queso, debido en parte a la escasa actividad en los mercados asociada a las vacaciones de verano en Europa.

El índice de precios de la carne de la FAO descendió un 3,0 %. Los precios mundiales de la carne de ovino fueron los que más cayeron, como resultado de un repentino aumento de las disponibilidades exportables, sobre todo en Australia, y de la debilitación de la demanda de China. La abundancia de suministros también empujó a la baja los precios de las carnes de cerdo, aves de corral y bovino.

El índice de precios del azúcar de la FAO subió un 1,3 % desde julio, situándose en agosto en un promedio un 34,1 % superior a su valor de hace un año. El aumento fue provocado fundamentalmente por la cada vez mayor preocupación acerca de los efectos del fenómeno El Niño en los cultivos de caña de azúcar, unida a precipitaciones por debajo de lo normal en agosto y a la persistencia de condiciones atmosféricas secas en Tailandia. La abundante cosecha que se está recogiendo en el Brasil limitó la presión al alza sobre las cotizaciones internacionales del azúcar, al igual que la disminución de los precios del etanol y el debilitamiento del real brasileño.

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Se prevé que la producción mundial de cereales igualará al récord anterior

La FAO ha publicado también una nueva Nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales, en la que se pronostica que la producción mundial de cereales en 2023 aumentará un 0,9 % respecto del año anterior y alcanzará los 2 815 millones de toneladas, igualando la producción récord lograda en 2021.

Mientras que la producción mundial de trigo disminuirá un 2,6 % respecto de 2022, se prevé que la producción total de cereales secundarios aumentará un 2,7 % y que la producción de maíz alcanzará un nuevo récord de 1 215 millones de toneladas, impulsada por los buenos rendimientos en el Brasil y Ucrania.

A pesar de una ligera revisión a la baja desde julio, las previsiones siguen indicando que la producción mundial de arroz en 2023/24 se recuperará, aumentando un 1,1 % respecto de la campaña anterior.

Según el pronóstico, la utilización mundial de cereales en la próxima campaña ascenderá a 2 807 millones de toneladas, es decir, un 0,8 % por encima del nivel de 2022/23.

Se prevé que las reservas mundiales de cereales al cierre de las campañas de comercialización de 2023/24 se situarán en 878 millones de toneladas, con un incremento anual del 2,2 %, lo que apunta a un coeficiente reservas-utilización de cereales a escala mundial del 30,5 %, que la FAO considera un “nivel relativamente desahogado de la oferta mundial desde una perspectiva histórica”.

Se estima que las reservas mundiales de arroz alcanzarán un máximo histórico de 198,1 millones de toneladas, impulsadas por la India, que junto a China mantiene cerca de tres cuartas partes de este volumen, como en campañas anteriores. Se calcula que, en conjunto, las reservas de arroz mantenidas por el resto de los países terminarán el año registrando una contracción por segunda vez consecutiva y se ubicarán en 51,4 millones de toneladas, el nivel más bajo de los últimos cuatro años.

La FAO redujo su pronóstico sobre el comercio mundial de cereales en 2023/24 a 466 millones de toneladas, lo que constituye una caída del 1,7 % respecto de la campaña de comercialización anterior. Se prevé una disminución de los volúmenes comercializados de trigo y maíz, debido a una combinación de motivos, entre ellos la caída de las exportaciones de Ucrania a raíz de las perturbaciones del comercio asociadas a la guerra en curso. La FAO también ha rebajado su pronóstico sobre el comercio mundial de arroz respecto de la cifra de julio, teniendo en cuenta la intensificación de las restricciones a la exportación por parte de la India. Aunque la duración de estas restricciones y el alcance de su aplicación son inciertos, si se prolongan y si El Niño provoca dificultades de producción en otros países exportadores asiáticos podrían hacer que la recuperación del comercio de arroz prevista en 2024 sea modesta, señaló la FAO.

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