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Convertirse en héroes en la lucha contra la langosta del desierto


En Kenya, el sargento Brian y el Servicio nacional de la juventud están ganando la batalla contra una plaga peligrosa y la inseguridad alimentaria

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La invasión de langostas del desierto en Kenya habría podido ser catastrófica para miles de agricultores y comunidades rurales. ©FAO/Luis Tato

13/10/2021

La oleada sin precedentes de langostas del desierto que Kenya sufrió a principios de 2020 habría podido ser catastrófica para miles de agricultores y comunidades rurales. Las tierras áridas y semiáridas del país, donde vive la mayor parte de los pequeños productores y agricultores y pastores vulnerables, fueron los lugares predilectos de alimentación de la plaga. Cual alfombra viviente, las bandas de ninfas cubrieron grandes extensiones de tierra y los enjambres llegaron a los lugares más remotos.

El sargento Brian Odhiambo del Servicio Nacional de la Juventud de Kenya recuerda lo preocupado que estaba. “Las langostas del desierto se alimentan de los pastos y los cultivos de los que depende nuestro país. Esto significa que no habrá comida para nosotros”, pensó. “Cuando una familia vaya a la explotación y las langostas se hayan comido lo que han cultivado, van a pasar hambre. Nuestros niños no pueden ir a la escuela con hambre”.

La situación era grave. La dimensión de los enjambres de insectos que se alimentan de cultivos y pastos no se había visto en generaciones, y Kenya no tenía ni los conocimientos ni la capacidad necesarios para combatirlos. Teniendo en cuenta que la inseguridad alimentaria ya era elevada debido a las sequías recurrentes, los agricultores y pastores vulnerables ya no podían hacer frente a otro revés.

Unirse para hacer frente al desafío

No obstante, Kenya se unió para hacer frente al desafío. Las operaciones especializadas de control de la langosta del desierto son complejas y requieren la intervención de equipos bien formados, así que el Gobierno de Kenya, con el apoyo de la FAO, capacitó en materia de operaciones de control a 696 exploradores comunitarios, 140 oficiales de extensión de distrito, 25 expertos en medio ambiente, salud e inocuidad y 60 oficiales agrícolas de distrito.

Asimismo, el Gobierno contrató a varios miembros del Servicio Nacional de la Juventud, el programa voluntario del país que ofrece trabajo y educación a los jóvenes, que tuvo un papel decisivo en la lucha contra la langosta del desierto. Se impartió capacitación a 500 personas y 20 supervisores del Servicio nacional de la juventud, como el sargento Brian, que más adelante supervisó a un grupo de 200 personas capacitadas que trabajaban en las operaciones de control de langosta del desierto.

El terreno de las zonas remotas del norte semiárido de Kenya es extraordinariamente accidentado y moverse por allí es problemático. No fue una tarea fácil. Las restricciones impuestas debido a la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) complicaron aún más si cabe las operaciones en estas regiones remotas y accidentadas del país.

“La invasión de langosta supuso una amenaza para el país. Se oía hablar de ello en todas las emisoras de radio y los canales de televisión. Muchos kenianos no entendían lo que eran estas langostas”, dijo el sargento Brian. “Estaba emocionado porque tenía la oportunidad de ir y aprender más sobre ellas y de formar parte de las operaciones de control”.

Con el apoyo de la FAO, el Servicio Nacional de la Juventud ha logrado tener bajo control la situación relativa a la langosta del desierto en Kenya. ©FAO/Luis Tato

La FAO formó a 22 jóvenes profesionales del Ministerio de Agricultura sobre varios aspectos de la gestión de la langosta del desierto y trabajó con el Gobierno para asegurar que solo intervinieran equipos bien capacitados y debidamente equipados en las operaciones de lucha contra esta plaga. 

En estas sesiones se enseñó a utilizar el dispositivo portátil de la FAO “eLocust3g”, que permite registrar y transmitir datos basados en el sistema de posicionamiento global (GPS) y que se diseñó para funcionar en lugares remotos y difíciles donde cuesta hacer un seguimiento y donde no hay conexión a internet. El dispositivo, que cuenta con un programa informático de gran capacidad y con GPS y que está diseñado específicamente para este fin, permite a las personas que trabajan sobre el terreno recopilar datos estándar y transferirlos vía satélite desde el lugar en que se encuentren hasta el centro regional de mando para el seguimiento de la langosta, en Lewa. Las coordinadas de las langostas avistadas se introducen en un mapa y se comparten en tiempo real con los equipos que se encargan de combatir la langosta sobre el terreno para que estos puedan dirigirse allí. 

“Nos despertábamos sobre las cinco y media de la mañana. A las seis y media ya estábamos en marcha. Nuestros equipos sobre el terreno nos indicaban dónde se encontraban los enjambres, de qué tamaño eran y cuántos había en esa zona. Luego, nos dirigíamos al lugar sabiendo hasta dónde podíamos llegar cada día”, dijo el sargento Brian. 

En total, participaron 500 miembros del Servicio Nacional de la Juventud en la lucha sobre el terreno. 

El Servicio nacional de la juventud ha estado en la primera línea de la lucha contra la langosta del desierto en Kenya. El sargento Brian opina que, de no haber sido así, la destrucción habría sido mucho peor.

“Las personas que trabajaron sobre el terreno dieron lo mejor de sí. La respuesta de los aldeanos y el Gobierno siempre es alentadora. Este ánimo y los efectos de los servicios que prestamos a la comunidad nos permiten seguir adelante”, dijo el sargento Brian.

El sargento Brian (en el centro) y sus compañeros trabajaron arduamente para obtener un resultado increíble: que ya no haya langostas del desierto en Kenya. ©FAO/Luis Tato

Kenya: un país sin langosta del desierto

“De no haber sido por las varias asociaciones, nada de todo esto se habría podido lograr”, señala el sargento Brian. En efecto, los resultados fueron excelentes y, en la actualidad, Kenya es un país sin langosta del desierto. En solo un año, el país ha generado una sólida capacidad institucional para hacer frente a futuros brotes y, además de formar a jóvenes profesionales, ha creado un centro de mando para el seguimiento de langosta del desierto con el apoyo de la FAO. 

Actualmente, el sargento Brian ayuda a formar a más voluntarios del Servicio Nacional de la Juventud en las mejores prácticas de lucha contra la langosta. “Les enseño a entender por qué hay que luchar contra la langosta del desierto y cómo hacerlo”, dice el sargento Brian.

“Lo que me inspira son los jóvenes con los que trabajo. Me alegro de haber ayudado a estos chicos que desean servir a su país”.

Fueron el sargento Brian y muchos héroes como él quienes hicieron posible que Kenya contuviera el histórico recrudecimiento de langosta del desierto en 2020-21. Mientras otros países de África y del mundo siguen luchando contra las langostas del desierto, muchos otros héroes de la alimentación están haciendo frente al desafío, en estrecha colaboración con la FAO y sus gobiernos para proteger a las comunidades, los medios de vida y la seguridad alimentaria.

La FAO dispone de un sistema mundial que permite hacer un seguimiento de la langosta del desierto y emitir una alerta temprana a los países afectados. Asimismo, la FAO ayuda a los gobiernos a dar seguimiento a las emergencias relacionadas con la langosta del desierto y a responder ante ellas reforzando las capacidades de los países y proporcionando orientación técnica relativa a la planificación y ejecución de campañas de lucha. Con el generoso apoyo de los asociados que aportan recursos, la FAO y los gobiernos nacionales afectados por el recrudecimiento de 2020-21 en África oriental han trabajado juntos para evitar la destrucción de 4,4 millones de toneladas métricas de cereales y pérdidas económicas que podrían llegar a los 1 700 mil millones de USD.

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Detrás de nuestros alimentos, siempre hay alguien que los produjo, plantó, cosechó, pescó o transportó. Al aproximarse el Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre, agradecemos a estos #HéroesDeLaAlimentación, quienes, independientemente de las circunstancias, continúan suministrando alimentos dentro y fuera de sus comunidades. Hay innumerables formas de ser un héroe de la alimentación en su comunidad y ahora es un buen momento para empezar. Nuestras acciones son nuestro futuro.

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