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Moda de fieltro de montaña: ¿la próxima sensación?


Una diseñadora haitiano-italiana y mujeres kirguisas colaboran para llevar diseños tradicionales al mercado internacional

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Un grupo de mujeres de zonas montañosas de Kirguistán están colaborando con la diseñadora haitiano-italiana Stella Jean para llevar sus diseños tradicionales de fieltro a la escena internacional. ©FAO/Mirbek Kadraliev

08/03/2021

En Kirguistán, donde las temperaturas invernales pueden descender hasta -40 ºC, el fieltro es una fuente vital de calor para la población local y desempeña una función fundamental en su cultura. Se trata de un material tradicional utilizado para decorar las yurtas y confeccionar mantas y ropa. El arte de fabricar fieltro se ha transmitido de generación en generación, de madres a hijas, durante siglos.

“En tiempos antiguos, el fieltro se consideraba un material sagrado en nuestra cultura. Creíamos que nos protegía de los malos espíritus y las fuerzas enemigas, así como de las temperaturas hostiles”, señala Zhamilya Mambetkulova, una maestra de 65 años de una escuela local de Barskaun, un asentamiento ubicado en Issyk-Kul, la región más nororiental de Kirguistán. Zhamilya es experta en bordado y costura tradicional y viene enseñando su arte a las niñas de la zona desde hace 40 años.

En 2017 Zhamilya y un grupo de mujeres locales se reunieron para formar un grupo de artesanas llamado Topchu, en el que trabajan juntas en la producción y venta de objetos de seda y fieltro.

“Utilizamos motivos kirguisos tradicionales para crear productos textiles, alfombras, prendas de vestir, pañuelos de seda y tapices adornados con fieltro, que luego se venden en tiendas y boutiques en el centro de Bishkek e incluso en otros países. En la actualidad participan unas 15 mujeres en Topchu”, indica Zhamilya.

Formar parte de un grupo de artesanas es una manera para que las mujeres produzcan más y, por lo tanto, generen más ingresos, en ocasiones incluso duplicando y triplicando sus salarios mensuales habituales.

“Con el dinero adicional, podemos pagar la educación de nuestros hijos y mejorar la seguridad alimentaria de nuestras familias”, comenta Zhamilya con una sonrisa.

Zhamilya es miembro del grupo de artesanas Topchu y ha enseñado a las niñas de la zona el arte del bordado durante los últimos 40 años. Izquierda/arriba: ©FAO/Mirbek Kadraliev. Derecha/abajo: ©FAO/Mirbek Kadraliev

Los productos de la Alianza para las montañas

Durante los últimos cinco años, la iniciativa sobre los productos de la Alianza para las Montañas, un proyecto ejecutado por la FAO, ha colaborado con grupos de productoras en Kirguistán. Las ha ayudado a acceder a mercados más amplios a través de una etiqueta de la Alianza, un rótulo narrativo que cuenta la historia de cada producto y permite que los consumidores aprendan sobre los orígenes de un producto y su función en las culturas locales. Los pañuelos hechos por Topchu llevan esta etiqueta, que explica la historia, la tradición y la singularidad de cada producto y contribuye a su venta en todo el mundo.

En 2020, el Comité de las mujeres de la FAO presentó el trabajo de Topchu a la diseñadora de moda Stella Jean para averiguar su interés en asociarse con la iniciativa de la Alianza para las montañas en una colección de moda sostenible. Los diseños de Stella se basan en el multiculturalismo en la moda y fusionan la sastrería clásica italiana con las características estilísticas de diversas culturas. La diseñadora también ha creado una plataforma de desarrollo sostenible con objeto de promover oportunidades de trabajo decente para muchas personas en todo el mundo. En consonancia con esta visión, abrazó la idea de colaborar con Topchu para impulsar el reconocimiento mundial de sus diseños únicos.

Una colaboración cultural

Stella Jean, la Alianza para las montañas y la FAO, a través de su Comité de las mujeres, están aunando fuerzas con Topchu para diseñar una colección de moda sostenible. Colaborando virtualmente con Ada Rasulova, miembro de Topchu y punto focal de la Alianza en Kirguistán, Stella transformó el diseño tradicional shyrdak, utilizado habitualmente para alfombras, en un motivo de vestimenta contemporánea. Los diseños de fieltro se colocan en algodón para confeccionar prendas de uso diario. La colaboración es un intercambio de capacidades y conocimientos, que combina la artesanía tradicional de Kirguistán con la experiencia de los fabricantes de ropa de Italia.

“La técnica shyrdak es una lección sobre sostenibilidad que… transciende la belleza y tiende puentes entre distintas tierras. Esta colaboración ayudará a las mujeres a reforzar su propia autonomía económica… preservando al mismo tiempo sus propias tradiciones y haciéndose un hueco en el mercado mundial”, afirma Stella.

Trabajando con los diseños de Stella Jean, las mujeres de Topchu confeccionaron las decoraciones de fieltro y las colocaron en algodón para crear ropa de uso cotidiano más contemporánea. ©FAO/Mirbek Kadraliev

Stella creó el diseño inicial de la colección de ropa, el cual se envió a Ada, quien coordinó el trabajo con las mujeres de Topchu. Estas crearon el fieltro y lo añadieron al algodón. A continuación, las piezas se enviaron de nuevo a Italia, donde el equipo de Stella las ensambló y confeccionó las prendas que se expondrían y venderían en la Semana de la Moda de Milán en febrero de 2021. Los diseños de ropa se enviarán de nuevo a las mujeres de Topchu para que puedan reproducir y vender las prendas ellas mismas.

“Esta experiencia es una oportunidad de producir artículos para un mercado extranjero y mostrar nuestras tradiciones y artesanía”, señala Zhamilya. “Aquí muchas de las mujeres terminan su educación después de la secundaria y migran a otro lugar. Pero al obtener mejores ingresos derivados de la producción y la venta de estas artesanías, no tenemos que dejar nuestro hogar e ir a las grandes ciudades para trabajar”.

Zhamilya espera que la iniciativa sea el comienzo de una nueva era para las mujeres locales y les dé la posibilidad de compartir con el mundo la belleza de su arte tradicional: el fieltro ha sido durante siglos una parte muy importante de su cultura.

“Nuestra esperanza para el futuro es que Topchu siga creciendo y ampliándose a fin de poder incluir a más mujeres”, comenta.

Con el apoyo de la FAO, la iniciativa de la Alianza para las montañas trabaja actualmente en ocho países para fortalecer la resiliencia de los pobladores de las montañas, sus economías y sus entornos. Presta apoyo técnico y financiero a pequeños productores de las zonas montañosas de países en desarrollo para crear empresas, reforzar sus capacidades de comercialización y mejorar las cadenas de valor de los productos de montaña tradicionales.

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