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Las mujeres rurales en Sierra Leona alzan la voz


Fomentar la toma de decisiones inclusiva y las inversiones agrícolas responsables

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Experta en cuestiones de género y juventud, Fatmata participó en un proyecto de la FAO que refuerza la posición y la capacidad de las mujeres rurales para participar en la toma de decisiones en el hogar y la comunidad. © FAO/Aurelia Rusek

12/10/2023

Fatmata Binta Jalloh creció en Makeni, la ciudad más grande de la provincia septentrional de Sierra Leona. Su madre era enfermera y solía ir a las aldeas rurales a atender a las mujeres.

“A menudo me hablaba de mujeres víctimas de la violencia de género que dependían de sus maridos para alimentarse y procurar alimentos a sus hijos”, recuerda, y añade: “lamentablemente, esto sigue ocurriendo hoy en día”.

“La mayoría de los problemas que afectan a las mujeres se deben a que no son independientes económicamente, por lo que tienen que depender de maridos o familiares que las maltratan”, explica Fatmata “Ellas (las mujeres rurales) merecen contar con igualdad de oportunidades, pero la sociedad se lo pone muy difícil”.

Hoy, a través de su trabajo como experta en género y juventud en el Ministerio de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Sierra Leona, ayuda a las mujeres rurales a acceder a capacitación técnica, insumos u otras maneras para sacar el máximo partido de sus actividades agrícolas.

En otra aldea remota, Foday Kamara creció en una familia de agricultores de subsistencia. A menudo carecían de alimentos suficientes para todos los miembros de la familia. Esto llevó a sus padres a enviarlo a los 10 años a vivir con su tía. Hoy es director de una organización no gubernamental (ONG) local que apoya la capacitación de jóvenes y mujeres.

El compromiso de Fatmata y Foday con la defensa de las mujeres rurales de Sierra Leona los llevó a participar en un proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) implementado en colaboración con la ONG Solidaridad West Africa. El proyecto provee a mujeres y hombres de las habilidades y conocimientos necesarios para prosperar en el sector agrícola mediante inversiones responsables en agricultura. También refuerza la posición de las mujeres rurales para que puedan participar en los procesos de toma de decisiones.

La FAO y la ONG Solidaridad West Africa lanzaron un programa de desarrollo de la capacidad para mujeres rurales en Sierra Leona, con el fin de ayudarlas a acceder a un empleo decente en la agricultura y a realizar inversiones responsables como empresarias

De la agricultura de subsistencia al agronegocio responsable

Dos tercios de las familias de Sierra Leona dependen de la agricultura de subsistencia y del pequeño comercio como fuentes de alimentos e ingresos. Las mujeres rurales rara vez cuentan con otra fuente de ingresos para subsistir.

“Poder invertir en sus actividades agrícolas representa un salto cualitativo que permitiría a las mujeres rurales en particular pasar de la agricultura de subsistencia a los agronegocios, ampliando sus oportunidades económicas”, explica a su vez Maud Oustry, experta de la FAO en desarrollo de la capacidad.

Sin embargo, a pesar de los importantes esfuerzos realizados en los últimos años para allanar el terreno a las mujeres, la desigualdad de género sigue prevaleciendo en Sierra Leona. Aunque casi el 80 % de las mujeres que tienen empleo en el país trabajan en el sector agroalimentario, se enfrentan a importantes obstáculos para acceder a recursos básicos como la tierra, la capacitación o los servicios.

“La mayoría de las agricultoras rurales son analfabetas. No tienen conocimientos empresariales y rara vez pueden acceder a financiación. Incluso si lo consiguen, las percepciones y las normas sociales suponen un obstáculo”, advierte Fatmata.

“Si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos, los servicios y los procesos de toma de decisiones que los hombres, podrían invertir en agricultura, desarrollar sus actividades agrícolas y convertirse en agroempresarias con sus propios negocios”, asegura Oustry.

En noviembre de 2022, la FAO y Solidaridad lanzaron un programa de desarrollo de la capacidad para mujeres rurales como parte del proyecto en Sierra Leona. Su objetivo es permitir a las mujeres acceder a un empleo decente en la agricultura y realizar ellas mismas inversiones responsables en la agricultura como empresarias.

El primer paso es desarrollar las habilidades de las mujeres rurales y promover su participación en los procesos de toma de decisiones.

“Las mujeres realizan la mayor parte del trabajo agrícola, pero cuando se trata de tomar decisiones, intervienen los hombres. Ellos deciden sobre todo: la producción, la venta, el uso de los recursos”, indica Foday.

Concienciar sobre los derechos de la mujer

Fatmata y Foday, junto con otras 25 representantes de organizaciones de mujeres rurales, participaron en una formación de instructores.

“El material estaba orientado a ayudarlas [a las mujeres rurales] a analizar su situación, identificar los retos que les impiden invertir en agricultura y esbozar posibles soluciones para abordarlos”, explica Foday.

Para asegurarse de que las mujeres están informadas sobre sus derechos, las participantes estudiaron también los marcos normativos, incluyendo la legislación —recientemente promulgada— que aborda cuestiones como el acceso de las mujeres a la financiación, las oportunidades de empleo, la igualdad salarial, la baja por maternidad y la protección de los derechos consuetudinarios sobre la tierra.

“Son derechos por los que las mujeres han luchado durante décadas. Conocerlos ha dado confianza a las mujeres rurales y la sensación de que las cosas están cambiando”, afirma Fatmata.

Hacia una toma de decisiones inclusiva

Asimismo, se celebraron sesiones de diálogo en los que las mujeres pudieron presentar sus problemas y sugerencias a las autoridades locales y debatir el camino a seguir.

“Las sesiones de diálogo fueron muy intensas”, cuenta Foday. “Por ejemplo, las mujeres contaban las penurias por las que pasan para acceder a la tierra a pesar de la nueva ley que les concede derechos consuetudinarios sobre las mismas. Muchos responsables locales desconocían la legislación, ya que su divulgación aún se está llevando a cabo”.

A raíz del diálogo con el máximo dirigente de Kambia, éste se comprometió a coordinarse con otros jefes de aldea para garantizar el respeto de los derechos de la mujer.

También se invitó a las mujeres a asistir a las reuniones mensuales del consejo del distrito para dar seguimiento a otros compromisos adquiridos durante las sesiones del diálogo. “Esto es muy importante porque significa que ahora las mujeres participarán en la toma de decisiones a nivel local y de distrito”, indicó Fatmata.

Una vez dotadas de las habilidades y conocimientos necesarios, Fatmata y Foday estaban preparadas para formar a otras mujeres rurales del distrito de Kambia. Se celebraron sesiones de capacitación similares en otros ocho distritos de Sierra Leona, de las que se beneficiaron casi 300 mujeres en total. © FAO/Aurelia Rusek

Durante las sesiones de capacitación, los participantes aprendieron que una inversión responsable en agricultura no solo beneficia a los inversores, sino también a las comunidades —incluidas las mujeres—, los hombres y el medio ambiente. Contribuye al desarrollo sostenible, mejora la seguridad alimentaria y la nutrición y respeta los derechos humanos.

“A muchos les ha abierto los ojos, porque en todas las comunidades hemos tenido experiencias de empresas que contaminan la tierra y las aguas. Ahora sabemos que no solo tenemos que pedir el pago de una cuota por el uso de la tierra, sino también asegurarnos de que sus inversiones son sostenibles desde el punto de vista ambiental, económico y social”, concluye Fatmata.

Para finales de 2024, el programa habrá trabajado con 420 mujeres rurales y 210 líderes masculinos locales sobre la importancia de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones. Como siguiente paso, la FAO y Solidaridad están haciendo un seguimiento de los compromisos adquiridos para mejorar la participación de las mujeres rurales en las inversiones agrícolas responsables.

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