Derecho a la alimentación

Un compromiso histórico

Las Directrices voluntarias en apoyo de la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria nacional son una herramienta práctica para implementar el derecho a una alimentación adecuada, la cual adopta principios de derechos humanos.

Fueron refrendadas por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) en su 30º período de sesiones y aprobadas por consenso por el Consejo de la FAO en noviembre de 2004, tras dos años de negociaciones intergubernamentales, cuyos debates fueron fuertemente apoyados por la sociedad civil.

Si bien no establecen obligaciones jurídicamente vinculantes, ofrecen orientación política en diecinueve áreas de acción propicias para la realización del derecho a una alimentación adecuada, tales como recursos naturales, educación, legislación y mercados.

La inclusión de las partes interesadas en el diseño, la implementación y el monitoreo de una estrategia en favor del derecho a la alimentación refuerzan la legitimidad política de las mismas. Es por ello que las Directrices son tan valiosas para todo aquel individuo o institución que trabaje en seguridad alimentaria y nutrición.

Contenido

Las Directrices sobre el Derecho a la Alimentación muestran cómo los estados debieran idealmente poner en práctica para la realización del derecho humano a una alimentación adecuada. Se dividen en tres secciones.

La primera sección explica el objetivo de las Directrices, haciendo referencia a instrumentos internacionales relevantes, y el significado del derecho a una alimentación adecuada y el logro de la seguridad alimentaria.

La segunda, destaca la importancia de crear un entorno propicio, así como de contar con asistencia técnica y mecanismos de rendición de cuentas para la implementación del derecho humano a una alimentación adecuada. Incorpora las 19 Directrices, que identifican los componentes básicos para la realización del derecho a una alimentación adecuada.

La tercera sección se refiere a los compromisos que los gobiernos, las organizaciones internacionales y las partes interesadas puedes adoptar para la realización del derecho a una alimentación adecuada, y las a acciones que han de llevarse a cabo para cumplir con estos compromisos.

En el camino hacia la Agenda 2030

Desde la adopción de las Directrices sobre el derecho a la alimentación, las partes interesadas, y en particular los Estados, han hecho grandes progresos en el desarrollo, adopción, implementación y seguimiento de las medidas y procesos orientados a la realización del derecho a una alimentación adecuada.

Las Directrices anticiparon la urgencia de abordar los desafíos mundiales más decisivos de la actualidad, que no podrán solucionarse sin dejar a nadie atrás. Además, han influido en la agenda mundial contra el hambre y la malnutrición durante los últimos quince años, y continúa siendo relevante para los actuales esfuerzos dirigidos al cumplimiento de los ODS. En su planteamiento, priorizan a los más vulnerables, no solo sus necesidades sino también derechos, que deben cumplirse adecuadamente a través de la responsabilidad y la obligación de los titulares de deberes.

MENSAJES PRINCIPALES

Las Directrices sobre el derecho a la alimentación significaron el primer intento de los gobiernos por interpretar un derecho económico, social y cultural, además de recomendar medidas que hayan de adoptarse para su realización.

Las Directrices han contribuido de manera considerable a la consecución de la Agenda 2030.

La realización del derecho a una alimentación adecuada es un principio rector de varios instrumentos.

En 2019 las Directrices sobre el derecho a la alimentación cumplieron 15 años desde su adopción.

Los gobiernos solicitar a la FAO la traducción de las Directrices en su idioma oficial.

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