En un contexto de recursos gubernamentales limitados, las asociaciones público-privadas (APP) se promueven cada vez más como un mecanismo para integrar objetivos de aumentar financiación y eficiencia y mitigar algunos de los riesgos de hacer negocios en el sector agroalimentario. En un examen reciente de las experiencias internacionales se comprobó que las APP pueden contribuir a un desarrollo agrícola sostenible con inclusión de los agricultores pequeños, siempre y cuando se integren mecanismos de acción colectiva entre los productores y de gestión de riesgos en los acuerdos de asociación. Adicionalmente, el éxito de las APP depende de la existencia de un entorno político propicio y de la combinación adecuada de conocimientos especializados de los sectores público y privado.