FAO en Uruguay

Uruguay es país piloto para transformar su modelo productivo a través de la bioeconomía

Foto: @FAO / Marina González
11/12/2019

Se desarrolló en Montevideo el tercer taller sobre la Estrategia Nacional de Bioeconomía Sostenible (EBS) con participantes del sector público y el sector privado, la academia, la sociedad civil, institutos de investigación y el apoyo de organismos multilaterales, como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Algunos delegados de la reunión del Grupo de trabajo internacional sobre bioeconomía sostenible (ISBWG, por sus siglas en inglés) que se había reunido días antes en Uruguay, también participaron de este taller nacional.

Lucía Pittaluga, consultora nacional de la FAO a cargo del seguimiento en Uruguay del proyecto global “Hacia la elaboración de directrices sobre una bioeconomía sostenible”, propone cuatro lineamientos por los que debería regirse la Estrategia Nacional de Bioeconomía Sostenible del país: desarrollo territorial inclusivo, sostenibilidad del consumo y la producción; inserción global y regional basada en el valor agregado ambiental, así como el desarrollo de ciencia, tecnología e innovación.

Desde su perspectiva, el desarrollo de la bioeconomía tiene repercusiones en el comercio mundial y permitirá que países con una alta dotación de recursos biológicos, que reemplazan a los fósiles, apuesten por esta perspectiva innovadora, se posicionen de manera diferencial con un enfoque sostenible.

Pittaluga asegura que Uruguay puede hacer la diferencia y pone como ejemplo la ganadería, “nosotros nos permitimos tener ganadería de precisión por los mecanismos de trazabilidad y lo podemos conjugar con la genética. Esto es una oportunidad única para jugar fuerte en la bioeconomía”.

Además, la experta considera que este enfoque permite abordar múltiples objetivos como la diversificación productiva, cuestiones ambientales, desarrollo territorial, generación de empleo, inclusión y equidad social, adaptación y mitigación del cambio climático.

Esto último, facilita la aplicación interinstitucional e intersectorial de este nuevo rumbo motivo por el cual Uruguay trabaja desde hace cuatro años en la formulación y puesta en marcha de la Estrategia.

“Considerando que el propósito es transformar la matriz productiva del país, se articularon y coordinaron esfuerzos para crear un marco de referencia y una visión común”, aseguró Anne Bogdanski, Oficial de Recursos Naturales de la Unidad de bioeconomía de la FAO en Roma, coordinadora del ISBWG y del proyecto a nivel global.

“Este es un buen ejemplo de Cooperación Sur Sur y Triangular para la bioeconomía, destacado por una publicación reciente de la ONU. Contribuimos a este documento que menciona el trabajo del ISBWG y el del proceso que también estamos acompañando en Uruguay. El país estuvo incluso en la COP25 presentando algunas de las acciones que desarrolla para avanzar en sus compromisos de mitigación, adaptación y respuesta al cambio climático”, agregó Bogdanski.

El proceso de elaboración de la EBS se realiza a través de instancias de trabajo interinstitucionales coordinados por el MGAP y la Unidad de Bioeconomía de la FAO en Roma, con apoyo del ISBWG, ya que Uruguay es un país piloto en el proyecto.

En base a los insumos generados en otros dos talleres, en este tercer encuentro, realizado a fines de este mes de noviembre con la participación de 48 personas de más de 30 organismos multilaterales, instituciones públicas y privadas del país, se buscó enriquecer y poner en discusión los lineamientos estratégicos definidos para la Estrategia de bioeconomía sostenible (EBS). Además, se identificaron oportunidades para el desarrollo de áreas específicas dentro de los sectores productivos de la bioeconomía.

En la apertura de ese encuentro, Walter Oyhantcabal, Coordinador de la Unidad agropecuaria de sostenibilidad y cambio climático de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA, MGAP), aseguró que una estrategia de bioeconomía “alinea [a Uruguay] con los compromisos internacionales porque está elaborada en un marco de políticas y planificación estratégica, en el que se destacan la Agenda 2030 y los ODS de las Naciones Unidas; el Acuerdo de París, así como con la Estrategia de Desarrollo Uruguay 2050: transformación productiva sostenible, transformación de las relaciones de género y transformación social”.

En este sentido, el Director de planificación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP –Presidencia), Fernando Isabella, también valoró la introducción de este paradigma productivo en la Estrategia Nacional de Desarrollo Uruguay 2050.

Isabella recordó que “la bioeconomía fue incorporada en 2015 por la OPP al considerarla, junto con la Economía Digital, uno de los ejes dinamizadores de la transformación productiva del país”.

Por su parte, Anne Bogdanski presentó el panorama global del desarrollo de la bioeconomía y comentó que “Uruguay se está esforzando en garantizar un enfoque sostenible del modelo y esto es muy importante”. Porque desde su punto de vista, “el propósito es que la bioeconomía contribuya a la superación de la crisis mundial por el cambio climático y eso solo será posible si su implementación y su enfoque es realmente sostenible”.

Avances hacia la construcción de la Estrategia

La consultora de la FAO en Uruguay Lucía Pittaluga presentó los avances de la investigación sobre lineamientos para la EBS, objeto central del tercer taller de co-creación. En este marco, realizó un análisis de los antecedentes vinculados a la bioeconomía en Uruguay y una evaluación de las políticas de desarrollo productivo vigentes, incluyendo una descripción de los sectores productivos comprendidos dentro de la estrategia.

“¿Cómo puede una estrategia de bioeconomía sostenible contribuir al desarrollo de Uruguay?”, era la pregunta a la que buscaba responder su exposición.

Para la investigadora, la bioeconomía sostenible conjuga el uso sustentable de la biomasa con la aplicación de nuevas tecnologías, como son la biotecnología, la nanotecnología y la bioinformática; así como viejas tecnologías renovadas.

A su vez, este nuevo modelo busca desarrollar la economía de servicios, poniendo el énfasis en la gestión de conocimientos ligados a los recursos naturales. También se puede decir que la bioeconomía propone industrializar las economías a partir de la biomasa.

En este orden, la EBS está vinculada directamente con la Economía Circular, con los ejes estratégicos de las políticas agropecuarias, con el Plan Sectorial en Biotecnología y con múltiples iniciativas, proyectos de investigación, planes sectoriales y acciones del sector privado que ya se están llevando a cabo a nivel nacional [1].

Por lo tanto, Uruguay ya estaba aplicando políticas de fomento al desarrollo de la Economía con enfoque en la sostenibilidad.

Teniendo en cuenta que este concepto comprende todos los sectores que producen, procesan o usan recursos biológicos en cualquiera de sus formas; se considera el modelo adecuado para potenciar la diversificación productiva y proyectar al país en el mercado a nivel mundial.

La consultoría presentada por Pittaluga concluye que los complejos productivos involucrados con la bioeconomía en Uruguay son los de alimentos y bebidas, turismo sostenible; química y farmacéutica; producción forestal de madera y celulosa y, pesca y recursos acuáticos.

Para dinamizar estos sectores a través de los cuatro lineamientos que rigen la estrategia -desarrollo territorial inclusivo, sostenibilidad del consumo y la producción; inserción global y regional basada en el valor agregado ambiental y la ciencia, la tecnología e innovación orientadas a la bioeconomía-, se debería poner en marcha un plan de trabajo con este propósito.

La experta Lucía Pittaluga concluyó su presentación indicando cuatro acciones transversales en las cuales se debería seguir trabajando para consolidar la EBS: formación, capacitación y sensibilización en bioeconomía, generación de información faltante para la bioeconomía; monitoreo y evaluación de las políticas de fomento a la bioeconomía y Cooperación internacional, y Cooperación Sur Sur.

El desarrollo de la EBS contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de Uruguay que, en ese marco se comprometió a lograr una mayor inserción internacional, promover ciencia, tecnología e innovación, fortalecer el mercado laboral, propiciar el ambiente y el desarrollo de la cultura para la transformación productiva a través de la economía circular, la economía social, el territorio y el desarrollo productivo.

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[1] El Plan Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible, la Política Nacional de Cambio Climático Contribución Determinada a Nivel Nacional, el Plan Nacional de Aguas. la Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica; la Estrategia Nacional de Bosque Nativo, la Ley Plan Nacional de Agroecología; la Ley de Gestión Integral de Residuos; el Plan Nacional de Adaptación a la Variabilidad y el Cambio Climático para el Sector Agropecuario.