En Río de Janeiro (Brasil), hay una generación de chefs que promueven la agricultura sostenible a través de un vínculo entre los pequeños productores y la gastronomía. En 2007 fundaron el Instituto Maniva, una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es conectar los mundos del consumo y la producción. Empezaron a visitar a diferentes agricultores en sus tierras, no sólo para encontrar nuevos tipos de verduras o frutas, sino también para comprender las necesidades de los agricultores, los retos a los que se enfrentan y los detalles de su trabajo.

Claudino es uno de estos agricultores, cuya historia se cuenta aquí. Pertenece a Agroprata (Asociación de Agricultores Orgánicos de Pedra Branca) una organización de agricultores tradicionales de Río de Janeiro. El único día que deja sus frutales es el martes, cuando baja al Mercado de Agricultores de Ipanema, el barrio más rico de Río de Janeiro, Brasil.

Además de encontrar un buen lugar para vender sus caquis y plátanos certificados como orgánicos, los agricultores de Agroprata han encontrado ahora nuevos amigos, otros agricultores, de todas partes del Estado de Río de Janeiro. Además, iniciaron una relación personal con los consumidores que iban todas las semanas al mercado, buscando ansiosamente esos productos especiales y reconociendo la dedicación y el trabajo de los agricultores. Para muchos de estos consumidores, era la primera vez que veían y podían hablar directamente con un agricultor.

Mediante el reconocimiento de Claudino y el trabajo con sus pares, los ecochefs ayudaron a mejorar la cultura y tradiciones alimentarias, a promover la economía circular y la creación conjunta e intercambio de conocimientos. Un ejemplo de esta fructífera colaboración es la exitosa elaboración del vinagre de caqui hecho por Claudino. El vinagre pasó por los laboratorios de química, la universidad de agronomía, las escuelas de cocina para llegar a las manos de los cocineros más premiados de los restaurantes más prestigiosos de Río. El producto del bosque recorrió el camino mágico entre los agricultores, chefs y consumidores. Esta historia muestra cómo los agricultores familiares también pueden ser innovadores, si tienen las oportunidades y el apoyo adecuados.

Claudino Avelino da Costa en el bosque de los plátanos y caquis.  Foto de: Bel Corção