El 6 de septiembre, el Gobierno turco introdujo un límite a las exportaciones de harina de trigo elaborada con cereal de producción nacional, del 1 por ciento de las exportaciones totales. No se impusieron límites a las exportaciones de harina de trigo en el marco del mecanismo de exención de derechos del “régimen de perfeccionamiento activo”, que permite las exportaciones de productos de trigo de grano importado. Turquía es uno de los principales exportadores de harina de trigo del mundo. Iraq, Sudán y la República Árabe Siria suman más del 60 por ciento de las exportaciones totales de productos de trigo del país. La medida tiene como objetivo estabilizar los elevados precios internos de la harina de trigo y proteger a los consumidores, y se ha impuesto con carácter temporal. Los precios de la harina de trigo aumentaron fuertemente tras la notable depreciación de la moneda nacional frente al dólar EEUU desde fines de julio, lo que aumentó la competitividad del país en el mercado internacional, sosteniendo la demanda externa y ejerciendo presión alcista sobre los precios internos. Los precios más altos de los insumos importados y las tendencias recientes en el mercado internacional del trigo supusieron un refuerzo adicional. En un nuevo esfuerzo por aliviar la presión alcista sobre los precios de la harina de trigo, el Gobierno ha iniciado la venta de sus existencias y anunció importaciones libres de impuestos hasta mayo de 2019.