A mediados de octubre, el Gobierno impuso medidas restrictivas a la exportación de granos de maíz y productos de harina de maíz. Según se informa, estas restricciones son temporales, para permitir que la Agencia de Reservas Alimentarias (FRA) -organismo paraestatal encargado de administrar las reservas estratégicas nacionales y agilizar el funcionamiento del mercado-, logre su objetivo de comprar 500 000 toneladas de maíz; pues a 11 de octubre, se estimaba que las compras estaban en cerca del 30 por ciento del total. Las restricciones a la exportación se producen en medio de una fuerte contracción interanual en la producción de maíz de 2018, que ha ejercido presión alcista sobre sus precios internos, que en octubre eran aproximadamente un 20 por ciento más altos que un año antes.