El 14 de octubre, el Gobierno nigeriano anunció la prohibición de forma indefinida de las importaciones y exportaciones de todas las mercancías a través de las fronteras terrestres del país. El 20 de agosto de este año ya se implementó un cierre parcial de las fronteras para frenar el contrabando de arroz y otros productos. El objetivo de la medida es mejorar los controles de los productos comercializados y reforzar el sector agrícola del país, al tiempo que se reduce la dependencia de los alimentos extranjeros. Aunque el comercio a través de puertos marítimos y aeropuertos continuará, es probable que el cierre de las fronteras terrestres afecte a la disponibilidad interna de productos agrícolas y ganaderos, lo que podría tener su impacto en los precios de los alimentos y los animales vivos en los próximos meses. Según se indica, la perturbación del comercio transfronterizo está impulsando el aumento de los precios de los combustibles y algunos productos alimenticios en los países de la subregión.