El 14 de diciembre de 2020, el Ministerio ruso de Economía anunció planes para introducir un impuesto fijo de 25 euros (unos 30 dólares de los EE.UU.) por tonelada sobre las exportaciones de trigo y un cupo de 17,5 millones de toneladas para las exportaciones de trigo, maíz, cebada y centeno a países no pertenecientes a la Unión Económica Euroasiática (UEA). Las exportaciones de cereales que excedan del contingente estarán sujetas a un derecho del 50 por ciento del valor en aduana del producto, que será al menos de 100 euros (unos USD 122) por tonelada. Estas medidas se están adoptando con miras a frenar futuros aumentos de los precios internos de los alimentos básicos, y estarán en vigor del 15 de febrero al 30 de junio de 2021.

Los mismos productos contaron ya con un cupo de exportación de 7 millones de toneladas del 1 de abril al 30 de julio de 2020, en un esfuerzo por garantizar suministros internos adecuados y evitar aumentos de precios de los alimentos básicos, en el marco de la pandemia de COVID-19 (FPMA-Políticas alimentarias).