El 23 de marzo de 2016, el Gobierno de Sri Lanka redujo temporalmente las ventajas fiscales a la importación de harina de trigo, con el objetivo de fomentar el consumo local de arroz. La demanda de trigo importado como sustituto para el arroz ha ido en aumento, impulsada por los bajos precios del trigo en los mercados internacionales. A través de la eliminación temporal de las exenciones para la importación de harina de trigo, el Gobierno espera aumentar la demanda de arroz de producción local, del que hay una abundante oferta después de una producción que se estima de nivel récord en 2015, y en vista de otra cosecha que se prevé superior a la media en 2016, protegiendo así a los agricultores de una caída en las ventas y los precios.