Los precios del sorgo y el mijo cultivados localmente disminuyeron en la mayoría de los mercados por segundo mes consecutivo en octubre, ya que los comerciantes continuaron vendiendo existencias antes de la cosecha de 2018, que se recolecta a partir de noviembre. Los precios del trigo -en su mayoría importado-, se reforzaron en la capital, Jartum, hasta niveles casi récord. En general, los precios de los cereales en octubre estaban dos o tres veces más altos que sus valores de hace un año. El alto nivel de precios es el resultado de una tendencia alcista sostenida, que comenzó a fines de 2017 tras la fuerte depreciación de la moneda local y la eliminación de los subsidios al trigo en los presupuestos de 2018, lo que provocó la demanda de mijo y sorgo como alimentos sustitutivos y apuntaló sus precios. La escasez de divisas –que dificulta las importaciones- y de combustible –que incrementa los costes de transporte-, junto con los altos precios de los insumos agrícolas, elevó los costes de comercialización de los productos básicos alimentarios e incrementó la inquietud sobre el impacto en la cosecha de 2018, reforzando aún más los precios de los alimentos (SMIA-Actualización). En un esfuerzo por abordar la escasez de divisas, el 7 de octubre el Gobierno devaluó la moneda local de SDG 17,96 a SDG 47,5 por dólar EEUU. Es probable que esta medida ejerza presión alcista sobre los precios de los alimentos en los próximos meses. Con el objetivo de contener la inflación y estabilizar el tipo de cambio, el Gobierno sudanés levantó las restricciones a la importación, introducidas en septiembre de 2017, en 19 alimentos seleccionados, entre ellos carne y productos lácteos, pescado y hortalizas. Además, anunció a fines de octubre un plan de reforma económica de emergencia de 15 meses, que incluye medidas de austeridad, como la eliminación de todas las exenciones de impuestos aduaneros y la reducción de los gastos gubernamentales.