Las tasas de aumento de los precios de los alimentos se redujeron sensiblemente entre agosto y octubre, en comparación con las rápidas subidas registradas en los ocho primeros meses de 2020, cuando los aumentos mensuales de los precios alimentarios alcanzaron un máximo del 38 por ciento en agosto. La desaceleración refleja en general un tipo de cambio más estable y, como resultado, la tasa de inflación mensual de los alimentos se estimó en sólo el 3 por ciento en octubre. A pesar de esta desaceleración, en base anual, los precios de los alimentos se mantuvieron notablemente más altos y en octubre, la tasa de inflación anual de los alimentos se estimó en un 472 por ciento. La debilidad de la moneda nacional y la escasez de divisas son los factores clave que contribuyeron al rápido aumento de los precios en 2019 y 2020, y estos efectos se vieron amplificados por el impacto de la pandemia de COVID-19, que en última instancia ha llevado al país este año a una fuerte recesión. La escasez de suministros de alimentos nacionales, debido a una mala cosecha en 2020, ha contribuido también de manera significativa a la presión alcista sobre los precios.