Los precios de los principales alimentos básicos, sorgo y mijo, siguieron subiendo en febrero de 2024, entre un 4 y un 17 % en la mayoría de los mercados supervisados, a pesar de terminarse recientemente de recolectar la cosecha de 2023, alcanzando nuevos máximos históricos. Los precios de los cereales comenzaron a seguir una tendencia alcista sostenida a finales de 2017, debido a la difícil situación macroeconómica, unida a los elevados precios del combustible y de los insumos agrícolas, que inflaron los costos de producción y transporte. La mayor inestabilidad política desde 2019 y el conflicto desde abril de 2023 ejercieron más presión alcista adicional. Entre marzo de 2023 –justo antes de que estallara el conflicto en abril de 2023– y febrero de 2024, los precios del sorgo y el mijo aumentaron en más del doble. Según el informe de la Misión de evaluación de cultivos y del suministro de alimentos de la FAO en 2023, la producción de sorgo en 2023 se estima en unos 3 millones de toneladas, un 42 % menos que en 2022 y un 34 % por debajo de la media de los cinco últimos años, mientras que la de mijo se estima en unas 683 500 toneladas, un 64 % menos que la producción obtenida en 2022 y un 60 % por debajo de la media. El notable descenso de la producción cerealera total en 2023 obedeció principalmente al efecto del conflicto en curso sobre las explotaciones agrícolas a causa de la inseguridad, así como a la escasa disponibilidad y los elevados precios de los insumos agrícolas.