Los precios del grano de maíz blanco subieron bruscamente en febrero y marzo de 2024, alcanzando niveles récord, al reaccionar los mercados al efecto de las severas condiciones de sequía sobre las cosechas. En la actualidad, los pronósticos sobre la producción apuntan a una cosecha de maíz inferior a la media en 2024, con un resultado especialmente malo para la cosecha de maíz blanco, un alimento básico fundamental. El déficit de lluvias ha sido menos intenso en las zonas agrícolas de maíz amarillo, por lo que los precios de este cereal –utilizado sobre todo como pienso–, han subido de forma menos pronunciada. Con las condiciones de sequía afectando a los países vecinos, se espera que un fuerte repunte de la demanda de exportación de cereales desde Sudáfrica añada más presión alcista sobre los precios en 2024.