Día Internacional de los Bosques

Mensajes clave

Bosques sanos significan personas sanas.

Los bosques aportan beneficios para la salud de todos, como aire fresco, alimentos nutritivos, agua limpia y un espacio para la recreación. En los países desarrollados, hasta el 25% de todos los medicamentos es de origen vegetal; en los países en desarrollo, ese aporte asciende al 80%.

Los alimentos de los bosques proporcionan dietas saludables.

Las comunidades indígenas suelen consumir más de 100 tipos de alimentos silvestres, muchos de los cuales provienen de los bosques. Un estudio realizado en África permitió determinar que la diversidad alimentaria de los niños expuestos a los bosques es, por lo menos, un 25% mayor que la de los niños que no tienen esa exposición. Por otra parte, la destrucción de los bosques no es saludable: casi uno de cada tres brotes de las enfermedades infecciosas emergentes se vincula con los cambios en el uso de la tierra, como la deforestación. 

La restauración de los bosques mejorará nuestro medio ambiente.

Año a año, el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques, extensión similar al tamaño de Islandia, y la degradación de la tierra afecta a casi 2 000 millones de hectáreas, superficie que es más grande que América del Sur. La pérdida y la degradación de los bosques emiten grandes cantidades de gases que provocan el calentamiento del clima, y al menos el 8% de las plantas y el 5% de los animales de los bosques corren un riesgo sumamente grande de extinguirse. Por otra parte, la restauración y la gestión sostenible de los bosques abordarán simultáneamente las crisis del cambio climático y de la biodiversidad, al tiempo que producirán los bienes y servicios necesarios para el desarrollo sostenible. 

La silvicultura sostenible puede crear millones de empleos verdes.

Los bosques proporcionan más de 86 millones de empleos verdes y sustentan los medios de vida de muchas más personas. La madera proveniente de los bosques bien gestionados nutre a diversos sectores, que van desde la industria del papel hasta la construcción de grandes edificios. La inversión en restauración forestal ayudará a las economías a recuperarse de la pandemia al crear aún más empleo. 

Es posible restaurar tierras degradadas a una escala enorme.

La Iniciativa de la Gran Muralla Verde del Sáhara y el Sahel, creada por la Unión Africana en 2007, es la respuesta más ambiciosa que se está implementando en todo el mundo en materia de adaptación y mitigación al cambio climático. Dicha iniciativa tiene el objetivo de restaurar 100 millones de hectáreas de tierras degradadas, retener 250 millones de toneladas de carbono y crear 10 millones de empleos verdes para el año 2030, al tiempo que reverdece el paisaje de un cinturón de 8 000 kilómetros de extensión a través de las tierras áridas de África. Asimismo, se podría lograr que vastas zonas de tierras degradadas ubicadas en otros sitios volvieran a ser sumamente productivas si se restauran con vegetación y especies de árboles locales.

Cada árbol cuenta.

Los proyectos de plantación y restauración a pequeña escala pueden tener grandes impactos. El reverdecimiento de las ciudades crea un aire más limpio y espacios más hermosos, además de que genera enormes beneficios para la salud física y mental de las poblaciones urbanas. Se estima que los árboles brindan a las megaciudades beneficios anuales que equivalen a 500 millones de dólares o más al reducir la contaminación del aire, enfriar los edificios y prestar otros servicios. 

El paso clave hacia un cambio positivo consiste en involucrar y empoderar a las personas para que utilicen los bosques de manera sostenible.

Un medio ambiente saludable requiere la participación de las partes interesadas, especialmente a nivel local, para que las comunidades puedan gobernar y administrar mejor la tierra de la que dependen. El empoderamiento de la comunidad ayuda a generar soluciones locales y promueve la participación en la restauración del ecosistema. Existe la oportunidad de “reconstruir” paisajes forestales que sean equitativos y productivos, y que eviten los riesgos que plantea la destrucción de los bosques para los ecosistemas y las personas.

Podemos recuperarnos de esta crisis planetaria, sanitaria y económica; restauremos el planeta en esta década.

Al invertir en la restauración de los ecosistemas ayudaremos a sanar a las personas, las comunidades y el medio ambiente. El objetivo del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, que comienza este año, es prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo. Nos ofrece la posibilidad de volver a colocar a los árboles y bosques en los paisajes forestales degradados a gran escala, con lo que se aumentará la resiliencia ecológica y la productividad. Bien ejecutada, la restauración forestal es una solución basada en la naturaleza clave para reconstruir mejor y lograr el futuro que deseamos.