El primer Congreso Internacional sobre Pérdidas Poscosecha del Instituto ADM para la prevención de pérdida poscosecha (Universidad de Illinois, Urbana Champaign), en colaboración con la Fundación Rockefeller y SAVE FOOD, fue todo un éxito y reunió en Roma (Italia) a más de 300 profesionales agrícolas de 62 países diferentes para debatir sobre la reducción de las pérdidas poscosecha. Las deliberaciones de los días del 4 al 7 de octubre se centraron en la utilización de los intereses e ímpetus internacionales actuales para incitar la reducción global de las pérdidas poscosecha.

Los participantes subrayaron el papel que desempeña la reducción de las pérdidas poscosecha para colmar el vacío existente entre demanda y suministro, la reducción del cambio climático y la reducción de la pobreza; proporcionaron soluciones a temas nacionales, regionales y mundiales de pérdidas poscosecha; y compartieron estudios organizativos e investigaciones académicas en numerosas sesiones plenarias y de grupo.

Bob Easter, Presidente Emérito de la Universidad e Illinois, Urbana Champaign, señaló la importancia de una hoja de ruta en la agenda de la reducción de la pérdida de alimentos, considerándolo un “elemento ausente”, en lo esfuerzos de todo el mundo. Easter afirmó que las sesiones del Congreso prepararían el terreno para el desarrollo de un conjunto reducido de objetivos que servirán de guía a las partes interesadas en la reducción de las pérdidas poscosecha en todo el mundo.

Los participantes subrayaron la necesidad del desarrollo de una cadena de frío ecológica, especialmente en los países desarrollados. Toby Peters, director de Dearman[b1] , apeló a una “cadena de frío en movimiento” o por una necesidad mayor de vehículos refrigerados para transportar productos agrícolas en distancias largas de forma inocua. La empresa de Peters provee tecnologías energéticas y frías no contaminantes.

Además del deterioro de las cadenas de frío, se hizo hincapié en el tema persistente del desarrollo de la cadena seca. Innocent Musabyimana, Secretario Permanente del Ministerio de Agricultura de Rwanda, y otros afirmaron que las tecnologías inadecuadas de secado eran tan importantes como el desarrollo de la cadena de frío.

Adrian van der Knaap, Jefe de logística y transporte del Programa Mundial de Alimentos, subrayó la necesidad creciente de obtener mayores fondos para hacer frente a la reducción de las pérdidas poscosecha en los países en desarrollo. De acuerdo con un estudio del PNUMA sobre financiación poscosecha, Van der Knaaap se dio cuenta de que, en lo últimos 30 años, solo se había destinado un 5 % de la financiación agrícola a la prevención poscosecha, mientras que la gran mayoría (un 95 %) se había invertido en el incremento de la producción. El Jefe de logística y transporte afirmó que se debería dar una mayor prioridad a mejorar las prácticas de manejo y almacenamiento en la finca. Propuso un foco renovado sobre el papel de los silos que, según él, debería considerarse como “cuentas de orden” para los agricultores de pequeña escala.

Van der Knaap también afirmó que algunas soluciones de almacenamiento herméticas utilizadas en el ámbito local tienen el potencial de sacar a una gran cantidad de gente de la pobreza y señaló que estas tecnologías no son lo suficientemente consideradas en los lugares que existen para integrarlas y optimizarlas en el uso local.

También se estudiaron las pérdidas poscosecha en el sector pesquero con un gran número de presentaciones de especialistas del Uruguay, Madagascar, Mauricio y la República Unida de Tanzania. Estos especialistas pesqueros presentaron análisis de pérdidas e intervenciones en el sector. El Doctor Yahya Ibrahim Mgawe, de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD), subrayó la espectacular expansión de la acuicultura en África y las consecuentes y elevadas pérdidas en el sector.

La presentación del Doctor Mgawe sobre las estimaciones de pérdidas de pescado exploratorias y cuantitativas en África llegó a la conclusión de que la pérdida de calidad respondía al 70 % de las pérdidas de pescado totales en el continente, mientras que la pérdida física resultaba de un relativamente pequeño 5 %, lo que enfatiza la necesidad de educar a los diferentes actores de las cadenas de valor pesqueras. Mgwae afirmó que, con el apoyo de la FAO, su oficina había creado materiales de formación sobre la prevención de la pérdida pesquera.

Asimismo, se mencionó la marginalización de las hortalizas indígenas o tradicionales y otros alimentos en las estimaciones de la pérdida poscosecha cuando los participantes expresaron la necesidad de evaluar los retos de los cultivos específicos de productos tradicionales, incluyendo sus pérdidas y posibles intervenciones.

Etharin Cousin, Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, subrayó la sinergia entre género y reducción de pérdida de alimentos, enfatizando la importancia del fortalecimiento de la mujer en la agricultura y los beneficios obtenidos gracias a una participación más equitativa de esta. “Los mercados alimentaros no rinden cuando ignoran las necesidades de las mujeres. Las mujeres representan un 80 % de la fuerza de trabajo agrícola en algunos casos”, afirmó. Judith Rodin, Presidenta de la Fundación Rockefeller, comparte esta opinión y subrayó el papel que la reducción de las pérdidas poscosecha puede desempeñar en la reducción del cambio climático; asimismo, reiteró el compromiso de su fundación con un programa de reducción de pérdidas poscosecha sostenido.

El último día del Congreso, los participantes fueron agrupados según áreas de la cadena de suministro de alimentos y se les encargó que realizaran una lluvia de ideas para la reducción de las pérdidas poscosecha. Estas ideas se combinaron y actualmente alimentan el desarrollo de una hoja de ruta sobre la reducción de las pérdidas poscosecha dirigida por el Instituto ADM, la Iniciativa SAVE FOOD y la Fundación Rockefeller, entre otros. La Hoja de ruta para la prevención de las pérdidas poscosecha debería publicarse en diciembre de 2015.