Centro de inversiones de la FAO

Oportunidades para la adopción de tecnologías de energías renovables

11/07/2022

Para muchos países en desarrollo, el acceso limitado a la energía puede dificultar el desarrollo de industrias elaboradoras modernas de productos agrícolas, impedir que los agricultores produzcan productos de valor superior y ser una causa importante de pérdidas de alimentos. Los países que, como Rwanda, aspiran a cubrir sus necesidades crecientes de alimentos y energía reduciendo, al mismo tiempo, su huella de carbono se están orientando cada vez más hacia energías renovables como la energía solar, la eólica, la hidroeléctrica y la biomasa. El informe de la FAO titulado Renewable energy for agri-food chains: investing in solar energy in Rwanda (Energía renovable para las cadenas agroalimentarias: invertir en energía solar en Rwanda), publicado en la serie K4I, examina las oportunidades para la adopción de tecnologías de energía solar en el sector agroalimentario de Rwanda.

Esta evaluación desglosa los principales bloques de producción y elaboración de las cadenas agroalimentarias del país. Seguidamente, evalúa la demanda energética en cada etapa de la cadena y muestra el tamaño potencial del mercado y las áreas más prometedoras. Invertir en tecnologías de energías renovables puede ayudar a minimizar las emisiones de las cadenas agroalimentarias, a aumentar la productividad y la competitividad y a aprovechar mejor los recursos naturales de nuestro planeta. Estas tecnologías también pueden ayudar a los países a cumplir sus compromisos internacionales de desarrollo, incluidos los que se recogen en las contribuciones determinadas a nivel nacional y en la Agenda 2030.

El estudio clasificó las intervenciones con energía solar en intervenciones de Tipo 1, es decir, las instalaciones solares que suministran energía a una etapa específica de la cadena de valor, o de Tipo 2, en las que la demanda eléctrica podría cubrirse con sistemas fotovoltaicos. Averiguar el mercado potencial de una tecnología concreta es una buena forma de conseguir que el sector privado y el Gobierno se centren en escalar la tecnología en cuestión. La evaluación reveló que el mercado potencial para tecnologías solares concretas en la cadena hortícola, por ejemplo, podría alcanzar un valor de alrededor de 470 millones de USD, mientras que en el caso de los enfriadores de leche a pequeña escala en Rwanda podría llegar a los 25 millones de USD.

Si se emplearan estas tecnologías, podrían solucionar algunas de las limitaciones estructurales que impiden la modernización del sector nacional de los agronegocios y generar, al mismo tiempo, empleos, sobre todo para las mujeres y los jóvenes. Esta metodología se puede aplicar a la amplia gama disponible de tecnologías de energías renovables y a todas las cadenas agroalimentarias. Las tecnologías de energía solar deberían compararse con otras alternativas de energías renovables a fin de hallar las soluciones más sostenibles y rentables para la cadena agroalimentaria en cuestión teniendo en cuenta el contexto y las necesidades del país.

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