FAO en Colombia

En 2022, el 28 % de los hogares colombianos tuvo dificultades para alimentarse

04/07/2023

De acuerdo con las cifras reportadas por el DANE en la Encuesta de Calidad de Vida 2022, elaborada por con apoyo de la FAO en la incorporación de la Escala de experiencia de inseguridad alimentaria (FIES), 28,1 % de los hogares en Colombia presentó en 2022 dificultades para acceder a los alimentos, llevando a estas familias a la inseguridad alimentaria moderada o grave.  




Por primera vez el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) incluyó en la Encuesta de Calidad de Vida (ECV) una serie de ocho preguntas enfocadas a la inseguridad alimentaria en el país, de acuerdo con el segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Hambre Cero. 

Datos importantes que fueron incluidos a partir de la Escala FIES, construida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y empleada por varios países en el mundo para evaluar la prevalencia de inseguridad alimentaria en los hogares y personas. 

De acuerdo con la ECV 2022, en Colombia el 28,1 % de los hogares, se clasificó en estado de inseguridad alimentaria moderada o grave: esto equivale a 15,5 millones de personas. Asimismo, en el espectro de la inseguridad alimentaria grave, las cifras muestran una incidencia nacional de 4,9 %, o 2,6 millones de personas. 

Esta medición, bajo la Escala FIES, se apoyan ubican las preguntas desde la experimentar incertidumbre sobre la capacidad para obtener alimentos, pasando por la disminución en la calidad, cantidad y variedad de alimentos, saltando comidas principales hasta quedarse sin alimentos o pasar un día entero o más sin comer. 

De acuerdo con Piedad Urdinola, directora del DANE, el reporte evidencia que las principales razones para no acceder a alimentos se relacionan con la reducción o falta de recursos para obtenerlos (pobreza monetaria). Esto se da en mayor medida en las poblaciones que residen en zonas rurales, en departamentos costeros y en comunidades de poblaciones vulnerables. 

No obstante, según explica Santiago Mazo, especialista en nutrición de la FAO en Colombia, aunque los datos son altos, Colombia se ubica por debajo del promedio para América Latina y el Caribe, donde el 46 % la población vive en inseguridad alimentaria moderada y severa, según el informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición -  SOFI 2022 (cifras de 2021).
 

Prevalencia de la inseguridad alimentaria en hogares 

De acuerdo con los resultados de la ECV-FIES, 28 de cada 100 hogares tuvieron que disminuir la cantidad y calidad de los alimentos consumidos, al menos una vez durante los últimos 12 meses, debido a falta de dinero y otros recursos. En el total nacional, la prevalencia de inseguridad alimentaria grave fue del 4,9 %, lo que significa que en 5 de cada 100 hogares al menos una persona se quedó sin comer durante todo un día. 

Respecto a la prevalencia de la inseguridad alimentaria en las cabeceras municipales, en comparación con las áreas rurales (centros poblados y rural disperso), los resultados de la encuesta indican que 27 de cada 100 hogares urbanos experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, mientras que en los rurales fueron 33 de cada 100. 

Según Urdinola, “que en los centros poblados y rural disperso sea mayor el indicador parece una gran contradicción, pues la mayoría de los alimentos se cultivan en las zonas rurales”, resaltó durante la presentación de los resultados. 

En relación con los departamentos más afectados, se encontró que los que presentan una mayor prevalencia de inseguridad alimentaria son: La Guajira, con una tasa de 59,7% de los hogares y de 17,5% para los casos en donde la misma alcanza el nivel de grave; seguido por Sucre (47,9 %, 10,4 %); Atlántico (46,1 %, 8,3 %); Magdalena (45,3 %, 10,4 %) y Chocó (43,2 %, 10,4 %). 

En contraste, los que presentaron una menor tasa de inseguridad alimentaria fueron: Caldas (14,6 %, 2,5 %); San Andrés (17,2 %, 3,7 %); Quindío (17,3 %, 2,2 %), Risaralda (17,5 %, 2,5 %) y Amazonas (18,6 % y 3,4 %).
 

Incidencia de acuerdo con el tipo de hogar 

“Son mucho más vulnerables los hogares monoparentales que los que no lo son porque se permiten una mayor repartición de tareas, mientras que los monoparentales tienen que asumir toda la carga económica y del cuidado”, destacó Urdinola.

Agregó que los hogares con más desventajas son los que solo tienen una persona a cargo y es una mujer, con 34,1 %. Aquellos, por ejemplo, que tienen presencia de menores, adultos mayores o de personas con discapacidad.

Con menores de 5 años la probabilidad de inseguridad alimentaria moderada o grave es de 36,5 %, en promedio y con menores de 18 años, las prevalencias son de 32,8 %, en promedio. Por su parte, la presencia de personas con discapacidad aumenta la prevalencia a 38,3 % en contraste con el 26,7 % en hogares donde no hay personas en esa condición.

Otro de los hallazgos del reporte, evidencia que la prevalencia de la inseguridad alimentaria crece de acuerdo con el tamaño de los hogares. Para el total nacional, 24 de cada 100 hogares conformados por una persona experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, mientras que la prevalencia de inseguridad alimentaria aumentó a 40 de cada 100 en los hogares integrados por cinco o más personas.

En cuanto a la jefatura de hogar, los resultados de la ECV evidencian que la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave es más alta en hogares cuya jefa es una mujer (31 de cada 100), en contraste con los que tienen jefatura masculina (26 de cada 100). Esto se presenta tanto en las zonas urbanas como en las rurales, pero se destaca la alta prevalencia en hogares rurales con jefatura femenina (36 de cada 100).
 

Otras vulnerabilidades

De acuerdo con el auto reconocimiento étnico, las estadísticas muestran mayor prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en los indígenas (46,3 %), seguidos de hogares que tienen como jefe/a una persona que se reconoce negra, afrocolombiana, raizal o palenquera (40,7 %). 

Asimismo, mientras que 27 de cada 100 hogares en cabeza de no migrantes o de migrantes internos experimentan ese tipo de inseguridad alimentaria, los de migrantes venezolanos tienen una probabilidad mayor del 44,7 %). De hecho, la encuesta establece que se trata de uno de los mayores niveles de prevalencia entre los distintos grupos examinados. 

Por su parte, los hogares que tienen como cabeza un migrante internacional no venezolanos cuentan con una muy reducida prevalencia de inseguridad alimentaria (8,9 %).
 

Un enfoque de derechos para mejorar la alimentación, la nutrición y la salud 

“Estos resultados, que llevamos viendo en los últimos años y que se agravaron con la pandemia por Covid-19, deben llamar la atención y buscar las soluciones de manera estructural, revisando las oportunidades que tiene el país en materia de producción de alimentos”, destacó Maya Takagi, representante a.i. de la FAO en Colombia. 

Takagi señaló además que “la inclusión del derecho humano a la alimentación adecuada es una decisión que como FAO celebramos, pues este va más allá del acceso a alimentos, parte de la concepción misma de la nutrición como un derecho en el que la sociedad en su conjunto tiene un llamado para aportar en su garantía. 

Que Colombia logre reducir sus índices de inseguridad alimentaria, debe contemplar varias medidas, categorizadas de acuerdo con el porcentaje de incidencia. Por ejemplo, el Acuerdo de Paz lo contempla desde el punto uno: reforma rural integral, en el que se parte desde la entrega de tierras y el apoyo a la producción alimentaria para aquellos que han sido afectados por el conflicto, agregó Takagi.
 

La importancia de los datos 

La preparación de este informe, con base en la Encuesta FIES, marca una diferencia importante, según lo explicó Mazo, pues Colombia no reportaba este indicador desde 2015, por lo que ayudará a medir el avance que tenga en el cumplimiento del ODS #2. 

De otro lado, “es importante destacar que esta ha sido la encuesta con la muestra más amplia que hasta el momento se ha hecho en Latinoamérica, empleando la Escala FIES”, señaló Mazo, al explicar que esta contó con la participación de 88.300 hogares, cerca de 250.000 personas. Asimismo, el aporte principal de la metodología FIES es que permite que los resultados sean comparables entre países. 

Para Urdinola, este análisis estadístico permite que el país cuente con información fiable, base fundamental en la toma de decisiones y la orientación efectiva de programas y políticas públicas que faciliten el alcance de las metas nacionales.
 

Consulte aquí la ECV-2022, así como los anexos y tablas de registro: https://bit.ly/BoletinSeguridadAlimentaria_FIES2022  


Vea aquí la transmisión del evento de socialización de resultados de la ECV-FIES 2022: https://www.youtube.com/live/63-TvWT1Jwo


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