Insectos comestibles

Edible insect vendor ©Flickr/Kalboz

Papel de la FAO en el desarrollo de programas sobres insectos comestibles

Desde 2003, la FAO trabaja sobre temas relacionados con los insectos comestibles en muchos países del mundo. Las contribuciones de la FAO cubren los siguientes campos temáticos:

  • generación e intercambio de conocimientos a través de publicaciones, reuniones de expertos y un portal web sobre insectos comestibles;
  • concienciación sobre el papel de los insectos a través de la colaboración con los medios de comunicación (p. ej. periódicos, revistas y televisión);
  • apoyo a los países miembros a través de proyectos de campo (por ejemplo, el proyecto de cooperación técnica en Laos);
  • creación de redes e interacciones multidisciplinarias (p. ej. partes interesadas trabajando en el campo de la nutrición, de la alimentación animal y de las cuestiones relacionadas con la legislación) con varios sectores dentro y fuera de la FAO.
ODS relacionados
SDG1, No poverty SDG 3, good health and well being
SDG 2, Zero hunger SDG13, climate action

La recolección en la naturaleza puede ser realizada por agricultores, pero muy a menudo es una actividad llevada a cabo por aldeanos o recolectores especializados. Por ejemplo, en el caso de la oruga del mopane en África meridional, los recolectores (muy a menudo las mujeres) recorren largas distancias para recoger insectos en la naturaleza (en Zimbabue, por ejemplo, pueden conseguir contratos de grandes fincas para recolectarlos). La oruga del mopane es uno de los productos de los recursos forestales más conocido y más económicamente importante de los bosques de mopane en el sur de Zimbabue, en Botsuana y en el norte de Sudáfrica. Se estima que cada año 9,5 000 millones de larvas mopane son recolectadas en los 20 000 km2 de bosques de mopane en Sudáfrica, por un valor de 85 milliones de USD, de los que aproximadamente 40 % se destinan a los productores, principalmente las mujeres rurales pobres. Una mayor provisión de orugas del mopane en las áreas rurales y urbanas tiene, por lo tanto, el potencial de tratar los problemas de seguridad alimentaria aumentando no solo los ingresos de los recolectores o productores pobres de mopane (proveyendo capital financiero para la compra de alimento), sino aumentando también la disponibilidad de un alimento popular y rico en proteínas.  

Asimismo, en Laos se comprobó que la mayoría de los aldeanos se encarga de recolectar insectos para el consumo doméstico y la venta en los mercados. Como tal, esta actividad aporta tanto ingresos como alimentos de alta calidad.

Existen muchos estudios sobre el valor nutricional de los insectos. A veces son difíciles de comparar por falta de metodologías estandardizadas. Además, las múltiples especies comestibles tienen todas valores nutricionales distintos. Hasta la composición química de especies relacionadas puede variar ya que esta depende a menudo de las plantas de las que se alimentan, así que es especifica a un lugar. Sin embargo, se pueden hacer algunas generalizaciones. El contenido de proteínas es comparable al de la carne convencional. Aunque los aminoácidos esenciales están a menudo presentes, la calidad proteica de cada insecto debe de considerarse en relación con el alimento básico. El contenido de fibras (quitina del exoesqueleto) es más elevado que el de la carne convencional, pero es comparable a los granos de cereales. Todos los insectos comestibles son una fuente importante de ácidos grasos poliinsaturados, así como una buena fuente de hierro, de calcio y de vitaminas B. En general, como grupo de alimentos, los insectos son nutritivos, ricos en proteínas y grasas, proporcionando también grandes cantidades de minerales y vitaminas. En la mayoría de los casos, la composición en aminoácidos es mejor que la de los cereales y de las legumbres.

Los insectos pueden ser utilizados como fuente complementaria de pienso para el ganado. Los insectos más prometedores para la producción industrial son las larvas de las moscas soldado negro, las moscas comunes, los gusanos de la harina, los gusanos de seda y los saltamontes. Alimentar a los animales con fuentes de proteínas como la harina de carne, la harina de pescado y la harina de soja representa a menudo hasta 60-70 % de los costes de producción. Otro problema medioambiental cada vez más serio relacionado con el ganado es la eliminación del estiércol. Las moscas soldado negro pueden reducir el potencial de contaminación del estiércol en 50-60 % a través de la concentración de nutrientes. Reducen también los olores nocivos, las bacterias dañinas y las poblaciones de moscas comunes. En cuanto componentes de una dieta completa, se ha descubierto que las moscas soldado negro favorecen el buen crecimiento de los pollos, de los cerdos, de las truchas arcoíris, de los bagres de canal y de las tilapias azules. Las larvas de las moscas comunes pueden proporcionar una fuente excelente de proteínas de origen animal para las granjas avícolas locales y su producción puede reducir el problema medioambiental relacionado con la acumulación de estiércol.  Además, los gusanos de la harina pueden criarse sobre residuos de bajo valor nutritivo y alimentar a los pollos de engorde. Criar insectos comestibles sobre los residuos orgánicos para pienso para animales permitiría utilizar los cereales normalmente destinados a la alimentación del ganado para el consumo humano.

La cultura de comer insectos se basa en su recolección en la naturaleza. Es posible tratarlos como mini-ganado. Algunos artrópodos ya se están criando a escala industrial, como los escorpiones en China; otros, como los grillos y los chinches de agua, se crían a escala semiindustrial. En las zonas templadas, las compañías que se dedican a la cría de insectos producen insectos para alimentar a reptiles y primates. En los Países Bajos, tres de estos criadores de insectos han montado líneas especiales de producción dedicadas a la alimentación de los humanos. En otras partes del mundo, se está intentando criar insectos de manera artificial como en el caso del picudo negro de la palma, la oruga del mopane, y las avispas. También existen métodos de cría en masa de larvas de díptero y moscas soldado negro para utilizar como pienso. Estos insectos se crían subproductos agrícolas, reduciendo así los problemas de eliminación de los residuos orgánicos.

Se sabe que las langostas no siempre se consideran una plaga, sino que a veces son una apreciada fuente alimentaria. Por esta razón, en algunos países árabes, el uso de pesticidas contra las langostas es duramente criticado. La cría de insectos comestibles puede a veces utilizarse como método de control. En varias partes del mundo, la cosechamecanizada de saltamontes se lleva a cabo mientras se usan como alimento para los humanos o para los animales. En el sureste asiático, las larvas de las hormigas tejedoras son un platillo popular, pero al mismo tiempo, las hormigas pueden utilizarse en los huertos como agentes de lucha biológica. Actualmente se están desarrollando metodologías que combinan la cria de las hormigas como alimento y la promoción de su potencial de control biológico.

Al igual que otros alimentos, los insectos comestibles también están asociados a riesgos para la seguridad alimentaria (FAO, 2021).