FAO en El Salvador

El Salvador celebra Día Mundial de la Alimentación 2016

21/10/2016

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en conjunto con más de 35 instituciones del Estado, organizaciones no gubernamentales, representantes de la academia, de la sociedad civil, familias productoras y agencias del sistema celebró en El Salvador el Día Mundial de la Alimentación 2016, bajo el lema: “El clima está cambiando. La alimentación y la agricultura también.   

“El cambio climático es un reto que debe abordarse con el fin de continuar la lucha contra el hambre. Todas las personas tenemos un papel que desempeñar en la mitigación de los efectos del cambio climático. Siendo consumidores conscientes o éticos y cambiando simples decisiones cotidianas, podemos reducir nuestra huella ambiental y contribuir a mejorar la situación”, señaló el Representante de la FAO en El Salvador, Alan González.

En este marcó  del DMA, se realizaron varias actividades como la celebración del Día Nacional de la Gastronomía Salvadoreña en el cual, se degustaron diferentes platos típicos y contó con la presencia del Representante de FAO en el Salvador, el Presidente del Frente Parlamentario contra el Hambre, diputado Adelmo Rivas y el Presidente de la Asociación de Cocineros de El Salvador y embajador de la buena voluntad de FAO, Chef Francisco Arévalo.

Otra de las actividades que se llevaron a cabo fue la carrera denominada “Muévete contra el Hambre” junto a la Alcaldía de San Salvador que contó con la participación de cientos de salvadoreños así como de animadores de diferentes medios televisivos en El Salvador.

La celebración llega en momentos en que 177 países han firmado el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y en vísperas de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se desarrollará del 7 al 18 de noviembre en Marrakech, Marruecos, con el objetivo de reiterar los compromisos por parte de  los gobiernos para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la construcción de resiliencia contra el cambio climático.

Este año, el Día Mundial de la Alimentación aborda cada una de las siguientes áreas temáticas: bosques, agricultura, ganadería, pérdida y desperdicio de alimentos, recursos naturales, pesca y sistemas alimentarios.  

En consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, la FAO ha reiterado que la seguridad alimentaria debe ser una prioridad en los planes de acción nacionales sobre el clima para lograr el objetivo de erradicar el hambre, tomando en consideración que el cambio climático impacta con mayor dureza a las personas más pobres del mundo, que en un 75% dependen de la agricultura y los recursos naturales para su subsistencia, lo que producirá dificultades para generar suficientes alimentos.

Asimismo, el cambio climático pone en peligro la estabilidad de los alimentos. Las precipitaciones y temperaturas variables, así como los fenómenos meteorológicos extremos, amenazan con alterar la producción de alimentos. 

Alrededor del 25% del impacto económico negativo de los desastres relacionados con el clima en los países en desarrollo los sufren el sector agrícola, ganadero, pesquero y forestal. Mientras que la pérdida y el desperdicio mundial de alimentos generan el 8% de las emisiones totales de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) al año.

En tanto, la deforestación y la degradación forestal siguen representando aproximadamente del 10 al 11% de las emisiones globales de GEI.

Para 2050 se espera que las capturas de las principales especies de peces disminuyan en un 40% en los trópicos, donde los medios de vida y la seguridad alimentaria y nutricional dependen en gran medida del sector pesquero.

De ahí la importancia de que los países adopten prácticas de agricultura sostenible ajustadas al contexto local, los pequeños productores pueden lograr considerables ganancias de productividad y de ingresos, al tiempo que aumentan la resiliencia de sus actividades agrícolas e ingresos ante condiciones meteorológicas extremas y variables. Las prácticas agrícolas sostenibles pueden detener e incluso revertir la sobreexplotación de los recursos naturales y la degradación de los ecosistemas.