Que cada mujer y niña rural cuente
Las mujeres rurales tienen un rol esencial en todas las sociedades del mundo y son fundamentales para las economías de sus países, ya sea por medio de la productividad agrícola y no agrícola, el abastecimiento de alimentos a las ciudades o la reproducción social y cultural de sus comunidades.
Sin las mujeres y niñas, las comunidades rurales no podrían funcionar. Y tampoco el mundo.
Sin embargo, las mujeres y las niñas se encuentran entre las personas con mayor predisposición a ser pobres, a carecer de acceso a los bienes, la educación, la sanidad y otros servicios esenciales
Y además de estas muy serias dificultades, las mujeres y niñas rurales también viven un mayor riesgo de sufrir múltiples formas de violencia y prácticas nocivas.
La violencia puede tener lugar en los hogares, en el trabajo o en los espacios públicos, cuando las mujeres y las niñas salen de casa para realizar sus actividades diarias.
Los mayores niveles de pobreza, un acceso limitado a la justicia y la discriminación arraigada son algunos de los factores que aumentan el riesgo de violencia para las mujeres y niñas de las zonas rurales, en comparación con aquellas que viven en las ciudades.
Ahora es el momento de construir un entorno seguro para todas ellas.