Las prácticas y técnicas son métodos locales y comunitarios específicos que usan, preservan y mejoran los procesos biológicos y ecológicos en la producción de la agricultura familiar. Por lo tanto, crean agroecosistemas más diversos, resilientes y productivos al utilizar menos insumos externos. Su enfoque es promover interacciones y sinergias positivas entre las plantas, los animales, el suelo, el agua y el sistema agroalimentario. Las prácticas y técnicas de la agricultura familiar, con un enfoque ecológico, enfatizan la diversificación mediante la combinación de cultivos y cultivos intercalados, el uso de semillas nativas, la implementación del control bioplaguicidas y la aplicación de biofertizantes. En particular, estas prácticas se enfocan en la recuperación de los suelos, el balance hídrico y la salud de las plantas y animales.
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Mediante el uso de prácticas y tecnologías sostenibles, los agricultores familiares pueden aumentar la calidad y la sostenibilidad de sus productos y reducir su dependencia de insumos externos.
Las y los agricultores familiares necesitan acceder, absorber, aplicar, colaborar y compartir sus saberes y los ricos conocimientos técnicos disponibles. La creación conjunta y el intercambio de conocimientos pueden mejorar la difusión de innovaciones e información en diferentes contextos, desde el nivel local hasta el regional.
La transformación hacia sistemas alimentarios sostenibles requiere un cambio de paradigma hacia modelos de co-creación participativos e inclusivos para la innovación local y la adaptación de un enfoque territorial, uniendo la ciencia y la práctica moderna con el conocimiento tradicional y local, y promoviendo intercambios tanto verticales como horizontales que empoderen a las y los pequeños productores y agricultores(as) familiares.