Las corporaciones reemplazan a los campesinos como la “vanguardia” de la nueva agenda de seguridad alimentaria en China
La seguridad alimentaria siempre ha sido la máxima prioridad de los gobernantes chinos. Hasta hace muy poco tiempo esto significaba garantizar que se produjera en China la suficiente comida para alimentar a la población entera, y esta tarea recaía casi por entero en el campesinado chino.
A lo largo de los últimos veinte años, sin embargo, el gobierno ha virado su aproximación a la seguridad alimentaria, rompiendo gradualmente con las antiguas políticas de autosuficiencia. Parte de este ímpetu vino cuando el gobierno abrazó los tratados de libre comercio que obligaron a China a permitir la importación de ciertos alimentos al país. Pero el gobierno también buscó crear sus propias políticas internas destinadas a desplazar la producción alimentaria, de las fincas campesinas a establecimientos comerciales más grandes, además de sacar la asistencia y las compras públicas de manos del Estado para entregarlas a los agronegocios y las corporaciones alimentarias.