Nombre del proyecto: “Produccion de granos de maíz y frijol sanos y nutritivos mediante la aplicación de una pluralidad epistémica que potencie la productividad y la relación simbiótica y armónica campesino-tierra”.
Resumen ejecutivo
El proyecto “Produccion de granos de maíz y frijol sanos y nutritivos mediante la aplicación de una pluralidad epistémica que potencie la productividad y la relación simbiótica y armónica campesino-tierra”, expone una propuesta integral nutrida por la ciencia, la tecnología e innovación de frontera para que las familias campesinas logren el derecho sostenible a la alimentación mediante la produccion y consumo de maíz, frijol y pepita de calabaza, plantas constitutivas de la milpa, que sean sanos, nutritivos y culturalmente idóneas.
La propuesta se reflexionará desde la transdisciplina y devendrá de la interpretación de los datos obtenidos de la evaluación de tecnologías aplicadas en el manejo del monocultivo de maíz versus el policultivo de la milpa, para: a) explicar los desacuerdos epistémicos entre los paradigmas productivista y agroecológico; b) las fracturas metabólicas causadas por estas dos formas de manejo; c) identificar las experiencias agroecológicas exitosas llamados Modelo Productor-Innovador (MP-I) las cuales se escalarán horizontal y verticalmente en faros agroecológicos para transferirlos a los milperos menos eficientes y, a la vez, innovarlas para potenciar la produccion de granos y d) examinar mediante estudios bromatológicos, que los granos producidos sean saludables y nutritivos.
Las derivaciones de siete estudios de caso remarcan varias regularidades empíricas del MP-I donde destaca que: el patrón tecnológico de los maiceros eficientes manejó la milpa mediante una pluralidad epistémica sistematizada en un diálogo de saberes. En este manejo se usaron tecnologías radicales (modernas) y progresivas (campesinas) creadas con racionalidades científicas distintas, con una clara supremacía de las segundas, que al integrarse potenciaron la productividad sostenible de granos del agroecosistema milpa.
Por esta razón, se puede conjeturar que la pluralidad epistémica puede resultar en una innovación tecnológica que se materializa en nuevas prácticas agrícolas, las cuales sintetizan nuevos saberes, conocimientos y praxis con capacidad de potenciar la productividad, la sostenibilidad y de recrear una relación armónica y simbiótica campesino-tierra.
Transformar sistemas alimentarios insostenibles a sostenibles en ámbitos territoriales distintos (municipal, regional, nacional o supranacional), que sean positivos para la naturaleza, resilientes y reduzcan la contaminación, exige poner en marcha políticas públicas alternativas, como el MP-I, el cual consta de cuatro etapas:
1. Cálculo del Coeficiente de Localización para identificar los territorios que tienen vocación productiva en el manejo de maíz de secano.
2. Evaluar las tecnologías aplicadas en el manejo de maíz de secano mediante el cálculo del Índice de Apropiación de Tecnologías Radicales y el Índice de Apropiación de Tecnologías Campesinas, e identificar a los milperos eficientes y sus patrones tecnológicos en cada ámbito territorial.
3. Establecer faros agroecológicos para escalar horizontal y verticalmente el MP-I. El primer escalamiento significa que los faros funcionen como vitrinas tecnológicas para mostrar in situ, y mediante el uso de otras técnicas de comunicación, las ventajas innovadoras, productivas, y de sostenibilidad que distingue al MP-I, con el fin de que sea apropiado por los milperos menos eficientes. Por su parte, el escalamiento vertical del MP-I involucra la experimentación agroecológica para dilucidar las interacciones y simbiosis recreadas por los entes bióticos y abióticos que existe a ras y abajo del suelo que radican en la biodiversidad de la milpa.
4. Compostear los recursos orgánicos originados en las ciudades para producir millones de toneladas de composta y miles de litros de bioinsumos que hay que regresar al campo, porque ahí fue donde se originaron. La elaboración y aplicación de compostas y de bioinsumos tiene un gran potencial para recuperar la salud de suelos; además, el procesamiento de estos recursos orgánicos sería una importante cadena productiva para la crear millones de empleos. Finalmente, reduciría los problemas causados por los recursos orgánicos en las ciudades: polución ambiental, creación de gas metano, obstrucción de drenajes, inundaciones, entre otros problemas.
De aplicarse el Modelo Productor-Innovador se triplicarían la producción de maíz, frijol y de otros bienes alimenticios (pepita de calabaza, alaches, flor de calabaza, entre otros) en un periodo no mayor de una década, suficiente para conseguir el derecho sostenible a la alimentación.
Las plantas constitutivas de la milpa son la base de la dieta alimenticia y nutricional campesina y son parte esencial de su biodiversidad que es un importante catalizador de mutualismos entre entes bióticos y abióticos, mediante una mayor capacidad fotosintética que eficientiza el uso de la energía solar y aumenta la conversión de compuestos inorgánicos en orgánicos y los rendimientos, así como un mayor consumo de dióxido de carbono por las plantas, menguando la emisión de este gas efecto invernadero, lo que mitiga el calentamiento del planeta.
Asimismo, la abundancia de flora y fauna que hay en el policultivo al cumplir su ciclo de vida, o antes, cuando por ejemplo, los campesinos realizan labores de cultivo, adicionan grandes cantidades de biomasa que será transformada por los microorganismos del suelo en materia orgánica y ésta en nutrientes y energía que recrean nueva vida. Además, regulan el equilibrio biológico de la fauna presente en la milpa, conservan suelo, agua y aire, y han sido un eficaz proveedor de nitrógeno.
Dr. Miguel Ángel Damián Huato