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¿Puede la financiación climática impulsar la igualdad de género?

Los proyectos financiados por el Fondo Verde para el Clima (FVC) dirigidos y liderados por la FAO crean oportunidades para que las mujeres tengan una vida mejor y más sostenible en Nepal y en Gambia

Mujeres de una escuela de campo  para agricultores preparan un semillero de semillas de cebolla en Nepal

Mujeres de una escuela de campo preparan un semillero de semillas de cebolla en Nepal

©FAO/Nepal

08/03/2024

Hoy, 1 de cada 10 mujeres vive en extrema pobreza sin acceso equitativo a tierras, mercados y recursos naturales, que son fundamentales para la seguridad alimentaria, los ingresos y el bienestar.

El cambio climático amplifica la desigualdad de género y la discriminación: Cuanto más dependientes son las mujeres desfavorecidas de los recursos naturales, más vulnerables son a los eventos extremos como ciclones tropicales, sequías, inundaciones, olas de calor e incendios forestales.

La FAO y el FVC, movilizan financiamiento y experiencia para que los países integren la igualdad de género en los sectores de agricultura, silvicultura y pesca, al tiempo que abordan los impactos urgentes del cambio climático. Aquí dos ejemplos de cómo los proyectos climáticos en Nepal y Gambia están convirtiendo las inversiones en oportunidades para sistemas agroalimentarios más justos y sostenibles.

Escuelas de campo para agricultores mejoran los conocimientos y habilidades de las mujeres en Nepal

En las estribaciones del sur del Himalaya se encuentra una región conocida como las colinas de Churia, donde veintiséis sistemas fluviales atraviesan bosques hasta las fértiles y cultivadas llanuras de Terai. 

Las mujeres de las colinas de Churia, en Nepal, dependen de los sistemas forestales y fluviales para su subsistencia. ©FAO/Nepal

Aquí, las comunidades, incluidas las mujeres marginadas y los pueblos indígenas- dependen de los bosques para obtener bienes y servicios básicos, desde leña y agua para cocinar hasta forraje para el ganado. 

Pero las prácticas insostenibles de uso de la tierra dejan a los bosques y ecosistemas sin sus defensas: Con menos árboles para estabilizar los suelos y las pendientes pronunciadas, las colinas y sus habitantes están más expuestos a los impactos devastadores del cambio climático, como lluvias extremas, inundaciones repentinas y sequías. 

Para ayudar a restaurar los bosques degradados y mejorar los medios de subsistencia, la FAO está trabajando con el Gobierno de Nepal en un proyecto del FVC que utiliza escuelas de campo modelo para empoderar a las mujeres como tomadoras de decisiones en la gestión sostenible de los recursos naturales.

Gita Adhikari, del municipio rural de Arjundhara, es una de las participantes que inspira a otras mujeres a probar prácticas agrícolas basadas en la naturaleza en un entorno de igual a igual, desde la elaboración de fertilizantes líquidos y compost con orina y estiércol de ganado, hasta la plantación de árboles forrajeros y el uso de técnicas de acolchado para conservar la humedad del suelo.

"Aplicando lo que aprendimos en los centros de formación, pudimos casi duplicar nuestra cosecha", dice Gita, que comparte buenas prácticas y experiencias con otras mujeres de su comunidad.

Hasta la fecha, se han establecido 24 de las 120 escuelas de campo para agricultores planificadas bajo el proyecto.

Mejores medios de vida con manglares más sanos en Gambia

Gambia es una pequeña nación costera en el África subsahariana, rica en biodiversidad y en hábitats terrestres, costeros, marinos y de humedales, pero también es una de las más afectadas por la degradación del suelo, la deforestación y el cambio climático. 

En los manglares de color verde terroso a lo largo del río Gambia y el océano Atlántico, donde las raíces de los árboles crean elaboradas formas para respirar sobre las aguas salobres, las mujeres recogen ostras y otros moluscos para vender en el mercado. 

 

Estos manglares brindan servicios esenciales para las personas y la naturaleza: son zonas de cría vitales para las principales especies de moluscos y peces, y protegen contra inundaciones, control de la erosión y defensa contra tormentas costeras, que amortiguan los efectos del cambio climático.

Pero la deforestación ha provocado la pérdida de unas 1 080 hectáreas de manglares cada año durante los últimos 30 años.

Para restaurar la naturaleza y mejorar los medios de subsistencia, la FAO y el Gobierno de Gambia están llevando a cabo un proyecto de seis años del FVC que involucra a las comunidades costeras en actividades de pesca sostenible y restauración en 2 300 hectáreas de manglares. 

Mujeres ostricultoras y mariscadoras participan en una sesión de formación sobre acuicultura resistente al clima. ©FAO/Gambia

Hasta ahora, trescientas mujeres de la costa occidental de Gambia y de las regiones de la ribera inferior y septentrional han adquirido conocimientos prácticos sobre el cultivo de ostras y otros moluscos, como la protección contra la contaminación del agua y purificar la cosecha para comercializar mejor sus productos, con el apoyo de la FAO.

"Esta formación nos ha abierto los ojos sobre la importancia de los manglares. Ahora entendemos cómo nos protegen de las inundaciones y nos proporcionan alimentos de gran valor, y estamos ansiosos por formar parte de este esfuerzo para regenerar nuestros manglares", afirma Famara Tamba, que vive en la región baja del río Gambia.

Cerrarando la brecha de género para 2030

Según un informe de ONU Mujeres sobre el progreso en la consecución de la igualdad de género en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, solo el 4% del total de la ayuda bilateral se destina a programas dirigidos a la igualdad de género.

Para cambiar la situación de la igualdad de género en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es necesario invertir 360.000 millones de dólares adicionales al año en acciones centradas en el género.

Kaveh Zahedi, Director de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la FAO, afirma: "La FAO trabaja con sus socios para empoderar a mujeres y niñas como actores centrales para ayudar a sus comunidades a abordar simultáneamente los desafíos del clima, la biodiversidad y la seguridad alimentaria con soluciones prácticas y eficaces que sólo pueden encontrarse en los sistemas alimentarios y su transformación."

La transición hacia un futuro justo y con bajas emisiones de carbono es posible, pero no sin las mujeres.