Programa sobre los bosques y el agua

Enseñanzas adquiridas de la crisis de COVID-19: afrontar la "nueva normalidad" y mejorar el futuro del manejo forestal y del agua


31/08/2020

¿Cómo deseamos que sea nuestro futuro después de la pandemia de COVID-19? Esta fue una de las preguntas formuladas anteriormente “Enseñanzas adquiridas de la crisis del COVID-19 para el mejor manejo de nuestros bosques y agua”. El impacto de COVID-19 en la vida humana, los bosques y el agua ya ha tenido consecuencias a corto plazo. La reducción del tráfico acuático y de los vertimientos a los ríos contribuyó a la mejora de la calidad del agua, evidenciando un efecto positivo de la pandemia. Sin embargo, también presentó impactos negativos. La imposibilidad de implementar la ley ambiental durante las restricciones de COVID puede aumentar la deforestación y la degradación forestal, lo que a su vez puede tener un impacto directo en la calidad y cantidad del agua, ya que los árboles y el agua son recursos sumamente interdependientes.

Existen diversas medidas que se pueden adoptar para mejorar el manejo de los bosques y el agua, basándose en las consecuencias y enseñanzas adquiridas de la pandemia. Algunas medidas incluyen la participación de la sociedad, enfoques holísticos y soluciones basadas en la naturaleza.

Vinculando las personas y los bosques

A medida que las restricciones de confinamiento se vuelven más flexibles, recurrimos a la naturaleza para mejorar nuestra salud mental y reducir los niveles de estrés. Este contacto creciente con las zonas verdes puede tener un gran impacto en el reconocimiento de sus beneficios, así como en la valorización y protección de los árboles y bosques. Además de los beneficios relacionados con la actividad física, la cohesión social y la reducción del estrés, las zonas verdes urbanas también pueden abordar los desastres relacionados con el agua, como inundaciones y sequías, que están aumentando debido al cambio climático. Los espacios verdes y el agua manejados de manera adecuada son soluciones innovadoras que mejoran la resiliencia de las ciudades a estos desafíos, ya que los árboles y los bosques ayudan a afrontar la sequía y las inundaciones al capturar el agua de niebla, reducir la escorrentía de aguas superficiales, promover la infiltración del suelo y la recarga de las aguas subterráneas. Por ejemplo, en Curitiba, Brasil, el aumento de las zonas verdes en las últimas décadas significó 64,5 metros cuadrados de espacios verdes para cada residente y mitigó las inundaciones en la ciudad. Una mayor conciencia sobre la importancia de los espacios verdes debe ir acompañada por la conservación, restauración y extensión de estas áreas, alentando la acción comunitaria para manejar y proteger los bosques de futuras incursiones humanas.

Enfoque integral de la función de las interacciones bosque-agua

La crisis de COVID-19 está demostrando la importancia de mejorar las prácticas forestales a nivel de paisaje. La extensión de los bosques, así como su ubicación dentro del paisaje, puede originar una serie de beneficios o impactos negativos relacionados con el agua. Si estos bosques se manejan de manera adecuada, pueden promover paisajes multifuncionales, resilientes y productivos. Los bosques en las cuencas hidrográficas superiores, por ejemplo, proporcionan recursos hídricos de alta calidad para las zonas bajas, lo cual mantiene numerosas actividades agrícolas, como por ejemplo el riego. En Rajasthan, India, la restauración de los bosques a escala de paisaje en el estado tras las sequías históricas de mediados de los años 80, determinó que los ríos fluyeran nuevamente después de la temporada monzónica, el restablecimiento de la pesca, el aumento de los niveles de agua subterránea, de 20 a 80 por ciento más de tierras agrícolas productivas y aproximadamente 33 por ciento más de cubierta forestal. Se implementaron soluciones centradas en el aprovechamiento de agua en pequeña escala, así como en la restauración de los bosques y suelos, especialmente en zonas de captación superior para aumentar la cantidad y disponibilidad de agua en el estado.

Los bosques son parte de la solución

El manejo de los bosques como soluciones basadas en la naturaleza puede abordar las pandemias y otros problemas sociales de una manera eficaz y adaptable, proporcionando beneficios para el bienestar humano y la biodiversidad. La adopción de soluciones para el agua basadas en la naturaleza puede amplificar y optimizar el rendimiento y los beneficios económicos de la infraestructura hidráulica proyectada, como presas, diques y embalses. Por ejemplo, los bosques pueden regular la escorrentía del agua y el suelo, salvaguardando los embalses de la sedimentación, reduciendo los costosos trabajos de limpieza y garantizando la generación continua de electricidad. En Senegal, la adopción de soluciones basadas en la naturaleza originó el proyecto de reforestación de manglares más grande del mundo, que permitió proteger las tierras cultivables de la contaminación por sal, la restauración de arrozales y la reposición de las poblaciones de peces en hasta 18 000 toneladas más por año. La restauración de los manglares también redujo los impactos de las tormentas y las inundaciones, creando resiliencia al cambio climático y a los desafíos futuros.

 

De hecho, los bosques ocupan un lugar central en la recuperación ecológica de COVID-19 y son una de las soluciones para mitigar los impactos futuros inesperados en la Tierra. ¿Cuáles son las otras enseñanzas adquiridas que podemos aplicar para mejorar el manejo sostenible de los bosques y el agua? Comparta sus opiniones con nosotros acerca del modo en que podemos avanzar y construir juntos un futuro mejor.