Mariam Kouanda

“Los beneficios del mijo son enormes”. | “Mientras tenga un campo, siempre voy a producir mijo”.
02/06/2023

Burkina Faso

Mariam Kouanda produce mijo desde que era pequeña. No ha pasado una sola estación húmeda en la que no lo haya cultivado, señala. “Cultivaba mijo con mis padres y todavía lo produzco en mi propio hogar; se ha convertido en una costumbre para nosotros”. 

Mariam vive en Bissiga Yarcé, un pueblo cerca de Ziniaré, en la meseta central de Burkina Faso, a alrededor de una hora en automóvil al norte de la capital, Uagadugú. Como muchas otras partes del país, la zona es arenosa y las condiciones de plantación son secas y difíciles la mayor parte del año. 

“Es difícil producir otros cultivos en nuestras tierras, que son relativamente pobres”, explica. “Afortunadamente, el mijo se adapta muy bien y produce buenos rendimientos, siempre que se apliquen las técnicas agrícolas adecuadas”. 

Antes del comienzo de la temporada, prepara compost, eleva las líneas pedregosas que tienen la finalidad de limitar las inundaciones, traza las terrazas en media luna que cavó para acumular agua y nutrientes y controla sus zaï, pequeños pozos en los que pronto colocará su fertilizante casero y las semillas de mijo que guardó de la cosecha del año pasado. Son técnicas fáciles de aplicar que aprendió de una organización de apoyo a los agricultores denominada APIL (Action pour la Promotion des Initiatives Locales [Acción para la Promoción de Iniciativas Locales]) y han ayudado a aumentar su rendimiento. 

Mariam todavía no produce lo suficiente para comercializar sus cereales, pero el mijo perla y el sorgo que cultiva le permiten comer bien: “Puedo preparar distintos platos con mijo”, comenta y menciona las gachas, los panqueques y los tô, buñuelos típicos de Burkina Faso que se comen con distintas salsas. Con buenas precipitaciones, produce suficiente alimento para seis meses, que dura hasta la próxima cosecha. 

Para Mariam, cada parte del mijo es útil —hasta los tallos, que usa para alimentar a sus animales y como combustible para su estufa de cocina—. 

Otra gran ventaja del mijo es que los agricultores pueden usar semillas de campesinos, semillas no modificadas, adaptadas a lo largo de los siglos al clima local. Los cultivos producidos de esta manera producen nuevas semillas que los agricultores pueden plantar nuevamente, compartir y comercializar. Por otro lado, muchas semillas de cultivos comerciales están patentadas, no pueden compartirse y requieren que los agricultores compren nuevas semillas cada año. 

Mariam teme que lo mismo suceda con el mijo, según dice, y en última instancia, los agricultores podrían perder sus derechos al cultivo. “Es por eso que las personas tienen que movilizarse”, subraya, “para proteger las semillas antiguas y mantener el patrimonio genético en manos de los agricultores”. Y esto significa que seguirá almacenando, compartiendo y plantando las suyas. 

“Los beneficios del mijo son enormes”, afirma. “Mientras tenga un campo, siempre voy a producir mijo”.