Stefano Vecchi

“Formar parte de la cadena de producción de la empresa ha dado esperanza y motivación a las explotaciones agrícolas de los alrededores”.
13/09/2023

Italia

“Vamos a presentaros vuestro nuevo ingrediente básico favorito para cocinar”, presume en su sitio web la empresa de Tirol del Sur Dr. Schär, que produce alimentos para necesidades nutricionales especiales. ¿El ingrediente secreto? “El sorgo”. 

  

Aunque la empresa lleva años usando este cereal en sus panes sin gluten, pastas y otros alimentos esenciales, sigue siendo raro verlo en la mayoría de las despensas europeas, pese al valor nutricional que posee. Igual de raro, en esta época en la que vivimos, es la forma en la que la empresa lo obtiene.  

  

A unas tres horas al sur, en la región italiana de Emilia-Romaña, una granja de pruebas perteneciente a la Universidad de Bolonia comenzó a experimentar con mijo y sorgo blanco en 2010. Hoy en día es uno de los principales proveedores de la empresa, lo que propicia una cadena de valor inusualmente corta desde la granja hasta el consumidor.  

  

“La asociación con Dr. Schär nos permite tener orientación en todas las etapas de la cadena de suministro, desde la planificación hasta la cosecha”, explica Stefano Vecchi, gestor de la Azienda Agraria dell’Universitá di Bologna (AUB en forma abreviada). “Al mismo tiempo, podemos organizar proyectos de investigación agronómica sobre el terreno”. 

  

“Lo que significa que también otros salen ganando”, dice Vecchi. 

  

“A lo largo de los años, hemos sido capaces de difundir las mejores técnicas posibles entre quienes trabajan en el sector, de modo que otros agricultores han podido beneficiarse igualmente”. 

 

En un principio empezó a cultivar sorgo como forma de incrementar la rotación de cultivos. Sin embargo, sacarle el máximo provecho resultó ser un desafío, cuenta Vecchi.  

  

Por el método de prueba y error, su equipo observó que los cultivos necesitaban más espacio para crecer, y finalmente se decantaron por filas de 70 cm, lo que reduce las infestaciones de malas hierbas y ayuda al cultivo a resistir al estrés hídrico. También recuerda que encontrar el momento perfecto para la siembra fue otro escollo.  

  

Cuando la explotación suscribió un contrato para abastecer a Dr. Schär en 2013, hubo que poner especial cuidado en el manejo de la contaminación por gluten: toda la maquinaria se limpia meticulosamente antes de que entre en contacto con el sorgo.  

  

Según dice, aparte de los conocimientos que comparte, “formar parte de la cadena de producción de la empresa ha dado esperanza y motivación a las explotaciones agrícolas de los alrededores”. 

  

El Instituto de Estadística italiano señala a Emilia-Romaña como la mayor región productora de sorgo del país: más de la mitad de las 36 000 hectáreas plantadas el año pasado pertenecían a esta región. Esto deja un gran potencial desaprovechado en otras regiones, particularmente en el sur, donde el sorgo figura entre los pocos cultivos que pueden soportar los recurrentes problemas con el agua.  

  

Finalmente, para Vecchi y su equipo, la asociación cumple además un propósito más simple. “Entregar el sorgo cosechado para que sea procesado y convertido en alimento nos llena de orgullo”, afirma.