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Madagascar da pasos adelante en el camino hacia la autosuficiencia gracias a una variedad de arroz de mayor rendimiento


Cómo la cooperación Sur-Sur ayuda a garantizar la seguridad alimentaria de los agricultores familiares

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A través del proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de cooperación Sur-Sur entre China y Madagascar, los participantes esperan que una variedad de arroz de mayor rendimiento contribuya a garantizar la seguridad alimentaria del país y reducir su dependencia de las importaciones de este alimento básico. ©FAO/Fanilo Randriatsizafy.

11/09/2020

Madagascar tiene una rica historia de cultivo de arroz y, fuera de Asia, es el país con mayor tradición en la producción de este alimento básico que se cultiva en casi todos sus distritos. El arroz es una parte esencial de la alimentación de la población malgache: muchas familias lo consumen tres veces al día y en su mayoría, es producido localmente. En algunas ocasiones especiales, se sirve el ranonapango, una bebida tradicional hecha a partir del arroz tostado y agua hervida. 

Sin embargo, en Madagascar el sueldo promedio asciende a menos de 1,90 USD al día y la población malgache se ve gravemente afectada por la inseguridad alimentaria, incluida la escasez de alimentos. La producción interna de arroz, por ejemplo, sigue sin cubrir las necesidades de la isla y el país se ve obligado a recurrir en gran medida al arroz importado para ayudar a garantizar la seguridad alimentaria a nivel nacional. 

A pesar de lo anterior, cabe esperar que esto no sea así por mucho más tiempo: Madagascar se ha propuesto el objetivo de ser autosuficiente en cuanto al arroz a finales de 2020.

Cooperación, cooperación y cooperación

A finales de 2019, se puso en marcha un proyecto de la FAO de cooperación Sur-Sur entre China y Madagascar con el fin de trabajar en pos de este objetivo. Los expertos en producción de arroz de China visitaron Madagascar para presentar un tipo de arroz de mayor rendimiento y capacitar a los agricultores respecto de la manera de cultivarlo y cosecharlo.

Este nuevo tipo de semillas de arroz se adapta de una mejor manera al clima subtropical malgache que consiste en una temporada de calor y lluvia entre noviembre y finales de marzo y una temporada más fría y seca entre mayo y octubre. Esta variedad del arroz weichu ha sido especialmente desarrollada para ajustarse a las condiciones climáticas y del suelo de Madagascar.

Arriba a la izquierda: Cecile, productora de arroz y beneficiaria del proyecto, posa orgullosa en su arrozal. ©FAO/Mijoro. Abajo a la derecha: Modeste siempre ha mostrado interés en las nuevas técnicas agrícolas y participó con entusiasmo en el proyecto d

Modeste Rabenarivo es un productor de arroz, de 54 años de edad, originario de Mahitsy, en la zona central de Madagascar, donde es dueño de una parcela de 3 000 metros cuadrados. Siempre ha estado muy interesado en las nuevas técnicas y métodos agrícolas y cuando el proyecto de la FAO se puso en marcha cerca de su lugar de residencia, la idea de cultivar una nueva variedad de arroz llamó su atención.

“Tan pronto como me enteré de que [el arroz] podía lograr rendimientos de ocho, nueve o 10 toneladas por hectárea, inmediatamente me uní al proyecto”, declara Modeste. 

Ciento veinticuatro productores de arroz participaron en el proyecto que se extendió por tres zonas de la isla, trabajando conjuntamente con un equipo de expertos de China, con miras a beneficiarse de la capacitación teórica y sobre el terreno en materia de cultivo de arroz. Hasta el momento, los participantes están contentos con los resultados.

“Lo que me tranquiliza de este tipo de arroz es que las plantas de dos meses ya tienen más de seis hojas, de tal manera que están creciendo adecuadamente”, agrega Modeste.

“Tras la capacitación en preparación de semillas, así como sobre gestión de viveros, incluido el control del agua, el suministro de fertilizantes y la utilización de productos contra insectos, bichos y malezas, se me ocurrió la idea de realizar el trasplante antes para ver el potencial de este arroz. Estoy motivado para adoptar esta variedad”, expresa Modeste con entusiasmo.

A fecha de hoy, la cosecha ha reportado un rendimiento promedio de aproximadamente 8,45 toneladas por hectárea en comparación con las 2,8 toneladas por hectárea que se cosechaban antes del proyecto. Alain Randrianarivelo, quien se ha dedicado al cultivo de arroz por más de 20 años, declaró: “Creo que esta nueva variedad de arroz es el futuro de nuestra agricultura. Los rendimientos que hemos logrado son impresionantes”.

El proyecto Sur-Sur de Madagascar tiene por objeto capacitar a, por lo menos, 1 000 productores de arroz para aumentar el rendimiento medio de este producto de 2,8 toneladas por hectárea a entre 8 y 12 toneladas, ayudando de esa manera a que Madagascar sea autosuficiente a la hora de satisfacer la demanda nacional. ©FAO/K. Chen.

Autosuficiencia para 2020 y posteriormente 

El proyecto Sur-Sur no solo se centra en las tres zonas piloto, sino que también busca tener repercusiones a largo plazo en el cultivo de arroz que tiene lugar en Madagascar en términos generales. Para ello, los técnicos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Madagascar participaron también en la capacitación con vistas a aplicar el enfoque en otras zonas del país. Asimismo, casi 70 gestores y técnicos de la Dirección Regional de Agricultura, Ganadería y Pesca asistieron a estos cursos de capacitación sobre el terreno con el objetivo de que la difusión de las técnicas se lleve a cabo de una mejor manera. El proyecto tiene la finalidad de capacitar a, por lo menos, 1 000 agricultores para aumentar el rendimiento medio del arroz de 2,8 toneladas por hectárea a entre 8 y 12 toneladas.

El Ministro de Gobierno, Lucien Ranarivelo, es optimista en cuanto a la colaboración Sur-Sur con China y manifestó lo siguiente: “Esta tecnología se utiliza ampliamente en muchos países y es una de las condiciones que ha permitido que China sea autosuficiente en lo que respecta a los alimentos. La colaboración repercute en los aspectos técnicos de la producción de semillas de Madagascar. Se imparten capacitaciones y nosotros las aplicamos y utilizamos las semillas directamente”. 

Un aumento en la producción de sus arrozales significaría todo para Modeste. Como padre de tres hijos, esto supondría ser capaz de enviar a sus niños a la escuela, una proeza que no muchos agricultores pueden lograr. También significa que, a largo plazo, puede ahorrar algo de dinero y llevar a cabo actividades menos agotadoras para su jubilación.

Esta nueva variedad permitirá que Madagascar, como país, sea autosuficiente al reducir de manera considerable los niveles de importación de arroz. 

Tras la pandemia mundial de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), los efectos positivos desempeñarán una función aún más importante: la producción autosuficiente de alimentos, que garantiza la seguridad alimentaria, es fundamental en el plan de recuperación. 

Los proyectos de cooperación Sur-Sur de la FAO alientan a los países a intercambiar conocimientos especializados, información y soluciones. El trabajo en colaboración es esencial para crear un sector agrícola más sólido y resiliente a escala mundial, lo que mejora la seguridad alimentaria y los medios de vida para todos.

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